photo om_anm_zps9964cdbf.gif

108 ULTIMAS PUBLICACIONES

sábado, 19 de mayo de 2012

ENTREVISTA RADIOSAI CON LA SRA. PREENI


Nos complace poderles presentar esta serie de entrevistas en las cuales publicamos conversaciones con devotos de Bhagaván Baba, incluidas algunas personalidades eminentes y distinguidas. Estas son conversaciones que han sido emitidas en Radio Sai Armonía Global, Puttaparthi, India.



___________________________________________________________________________





ENTREVISTA CON LA SRA. PREENI



Les presentamos ahora una conversación con la Sra. Preeni, ex alumna del Campus de Anantapur, Instituto de Enseñanza Superior Sri Sathya Sai. Conversando con ella está el Profesor G. Venkataraman.

Prof G.V.
Sai Ram Preeni, y bienvenida a nuestros estudios de grabación. ¿Alguna vez has pensado que un día serías entrevistada en este programa de Radio Sai?

Sra. P.
No ¡Realmente no me lo esperaba!

Prof G.V.
¿Has tenido alguna vez la posibilidad de oír nuestra emisión fuera de Prashanti Nilayam? ¡Esperamos que pronto serás capaz de oírla estés donde estés! Ahora cuéntame un poco acerca de ti. Estudiaste en el Instituto de Anantapur, ¿cierto?

Sra. P.
Entré en Anantapur en el año 1980, para dos años de estudios pre-universitarios. Fuimos el primer curso en hacerlo. Estudié Comercio.

Prof G.V.
¿Cómo es que estudiaste en Anantapur? Eres de Sri Lanka, ¿qué es lo que te atrajo?

Sra. P.
La primera vez que vine, no venía planeando estudiar en el Instituto de Anantapur. Yo venía de un trasfondo muy diferente. Pero por aquel entonces, mi madre estaba aquí. Ahora lleva aquí más de 20 años, pero en aquel momento llevaba casi un año aquí, haciendo servicio.

Prof G.V.
¿Así que viniste a ver a tu madre?

Sra. P.
Y a ver a Swami, claro. Pero era la primera vez que venía a ver a Swami.

Prof G.V.
¿Conocíais a Swami ya en Sri Lanka?

Sra. P.
Si. He sabido de Swami desde mi niñez.

Prof G.V.
¿Cómo conoció tu madre a Swami?

Sra. P.
Ella siempre había estado interesada en la Espiritualidad, y un día unos amigos le dieron unos libros acerca de Swami, y comenzó a leerlos. Las enseñanzas de Swami, eso fue lo que la trajo a Swami. Sus enseñanzas...

Prof G.V.
Quisiera hacerte una pregunta – ¿eres Budista, verdad? ¿No tuviste problemas en reconciliar las enseñanzas del Buda con las enseñanzas de Swami?

Sra. P.
Bueno, yo vengo de un trasfondo budista, pero estudié en una escuela de la Misión Anglicana y ...

Prof G.V.
¡Eso debería haberte complicado las cosas aún más!

Sra. P.
Puede, pero los budistas son muy tolerantes. Al mismo tiempo mi madre también solía visitar un templo Hindú regularmente, un templo que estaba al lado del templo Budista. Así que yo crecí expuesta a tres religiones al mismo tiempo…

Prof G.V.
¡Creciste con unidad de credos! ¿Cómo fue tu experiencia en Anantapur, en los primeros días del Instituto?

Sra. P.
No fue fácil ajustarme, porque yo venía de una familia muy occidentalizada, y había muchas cosas que tuve que des-aprender, y muchas cosas a las que me tuve que acostumbrar.

Prof G.V.
Y supongo que también tuviste que acostumbrarte al calor - en Anantapur hace mucho calor...

Sra. P.
Si, ¡los veranos eran terribles! Lo que realmente me ayudó fue la Gracia de Swami...

Prof G.V.
Swami solía visitar Anantapur con frecuencia en aquellos días, ¿no es cierto?

Sra. P.
A veces, pero también nosotras veníamos a Puttaparthi a menudo. Y Swami solía hablarme, y darme la fortaleza y los ánimos para acostumbrarme a la vida de Ashram y a la vida en el Instituto, y poco a poco me adapté.

Prof G.V.
¿Hay alguna cosa muy especial que recuerdes de aquellos días?

Sra. P.
Bueno, físicamente supongo que teníamos más acceso a Swami que las estudiantes de hoy día, porque había menos gente. Y cuando veníamos, normalmente una vez al mes, nos solía llamar al templito interno y hablarnos, y nos daba consejos acerca de cómo nos debíamos comportar, cómo debíamos ser un ejemplo de un estudiante del Instituto Sathya Sai, y cómo nos debíamos comportar con nuestros suegros cuando nos casáramos. Durante esas charlas Swami nos daba muchos consejos paternales. Yo me apunté algunos de esos discursos, y aún hoy en día los leo a veces y me traen hermosas memorias. Y Swami vino un par de veces a Anantapur cuando yo estudiaba allí, y tuvimos la oportunidad de presentar programas culturales, obras de teatro, y también una especie de encuentro deportivo delante Suyo, y comimos en Su Presencia. Así que tuvimos algunos momentos de intimidad que probablemente las estudiantes de hoy día no tienen, porque el número de estudiantes ha aumentado mucho. 

Prof G.V.
La multitud de gente también ha aumentado mucho – no debiera decir gente, los devotos. En aquellos días todavía estaban en pie los viejos arcos, y había la arena…

Sra. P.
¡El amanecer y el atardecer allí sentados eran bellísimos! Y Swami caminaba entre nosotros con frecuencia... ¡Pero los tiempos han cambiado, y hemos de aprender a ajustarnos a los tiempos!

Prof G.V.
Después de acabar el Instituto ¿qué hiciste?

Sra. P.
Regresé brevemente a Sri Lanka, pues en Anantapur no había nada en la línea de Comercio. Y entonces me casé, y nos fuimos a vivir a Nueva Zelanda, a Auckland. Era a final de los años 80.

Prof G.V.
Y te involucraste bastante en las actividades del centro Sai de allá…

Sra. P.
Si. Desde el principio, cuando llegué, se dio por hecho de que siendo una alumna del Instituto de Swami, participaría de lleno. Incluso en aquella época, la Organización Sai era bastante grande, y yo comencé a dar clases de Educación Espiritual, de Valores Humanos, y también participé en otros centros Sai algo más grandes en Auckland. Y al cabo de unos meses me hicieron Coordinadora Espiritual a nivel nacional, porque la señora que había ocupado esa posición dimitió, y querían que yo asumiera ese cargo. Así que a pesar de que yo por aquel entonces era muy joven accedí, con el apoyo de los que en aquellos momentos eran los dirigentes de la Organización Sai, lo tomé como un desafío, y con la Gracia de Swami...

Prof G.V.
¿Cuantos años vivisteis en Nueva Zelanda, antes de ir a Europa?

Sra. P.
Casi ocho años. Luego, en el ´97, mi marido fue a Bosnia, y yo le seguí en el ´98.

Prof G.V.
¡Bosnia! Eso nos recuerda a la guerra - ¿Cómo es que fuisteis a Bosnia?

Sra. P.
Mi marido trabaja para la ONU, y de Nueva York le habían asignado a Bosnia, en la misión de paz de la ONU, en el campo administrativo. Yo no quería ir, realmente, pues llevaba una buena vida en Auckland, tenía mi trabajo regular y también muchas actividades relacionadas al centro Sai, y tenia una vida muy cómoda. Y no sabia qué es lo que iba a hacer en Bosnia, no sabia ni si allí habría siquiera un devoto de Swami...

Prof G.V.
¡Aparte de tu marido, claro! (risas) ¡No le va a gustar que le omitas!

Sra. P.
(Risas) ¡Si, cierto!

Prof G.V.
Pero a pesar de todo fuiste…

Sra. P.
Bueno, de hecho fue Swami quien me dijo en una entrevista que debía ir, que no estaba bien que mi marido estuviera en un país y yo en otro, dijo que debíamos estar juntos.

Prof G.V.
Cuando llegaste a Bosnia, ¿cual fue tu primera impresión del país? La guerra en aquel entonces ya había acabado, ¿no es cierto?

Sra. P.
Si, la guerra en si ya había acabado, pero económicamente el país estaba en muy malas condiciones...

Prof G.V.
Y la destrucción, los daños causados por la guerra estaban muy presentes, ¿verdad?

Sra. P.
Si, eran muy visibles. También había muchas minas, incluso en Sarajevo. Vivíamos en la capital de Sarajevo.

Prof G.V.
Aparte de las minas - la destrucción de edificios. Me acuerdo haber visto muchas fotos, eran terribles.

Sra. P.
Se destruyeron muchos edificios. Y la gente no tenía dinero, no tenía trabajo, no podían limpiar la ciudad...

Prof G.V.
¿La gente en Bosnia es, en su mayoría, Musulmana?

Sra. P.
Bosnia tiene tres diferentes grupos étnicos o religiosos: los Cristianos católicos, los Cristianos ortodoxos, y los Musulmanes. Pero predominan los Musulmanes.

Prof G.V.
Al principio te debe haber resultado una experiencia muy difícil - el país estaba destrozado por la guerra, la cultura era diferente, el idioma era diferente, y tal vez también el estilo de vida era diferente. ¿Cómo lo manejaste?

Sra. P.
A pesar de que es una cultura Musulmana, de cierta forma están muy occidentalizados. Pero el idioma si que era una dificultad mayor, nadie hablaba inglés, en su mayoría hablaban ruso, alemán, y por supuesto el idioma Serbo croata, y al principio no fue fácil...

Prof G.V.
¿Encontraste a devotos Sai en Bosnia?

Sra. P.
Bueno – nos encontramos con que nuestro apartamento estaba a sólo cinco minutos a pie del centro Sai de Sarajevo. ¡Eso para mi fue una muy grata sorpresa!

Prof G.V.
¡Interesante! Tienes alguna idea de cómo se dio que hubiera un centro Sai allí, en Sarajevo?

Sra. P.
En Bosnia han habido devotos Sai desde hace muchos años. No sé realmente cómo comenzó, pero han oído y sabido de Swami desde hace muchos años.

Prof G.V.
Y cuando fuiste a este centro Sai, a 5 minutos de tu casa, ¿te sentiste en casa, ahí?

Sra. P.
Bueno – era algo diferente…

Prof G.V.
¿Pero seguramente verías la foto de Swami, allí?

Sra. P.
Si, había muchas fotos en las paredes. Era una sala muy pequeña y había mucha, mucha gente, así que estábamos todos bastante apretujados allí, en ese pequeño cuarto, con un montón de personas que de hecho no podían comunicarse con nosotros debido al idioma…

Prof G.V.
¿Y los bhajans? Son una manera de comunicarse…

Sra. P.
Si, cantaban bhajans en sánscrito.

Prof G.V.
¿Y eso no hizo que te sintieras como en casa?

Sra. P.
Bueno, la verdad es que yo soy más bien una persona que piensa que debiéramos cantar siempre en varios idiomas, especialmente en la lengua del país en el que vivimos…

Prof G.V.
¡Pero, al menos en este caso, de esta manera cantaban bhajans que tu conocías!

Sra. P.
Si. ¡No me quejé, desde luego!

Prof G.V.
Y estos devotos Sai, eran Cristianos, Musulmanes, o ambos?

Sra. P.
Habían devotos pertenecientes a las tres diferentes religiones…             

Prof G.V.
¿Y se entendían bien entre ellos?

Sra. P.
Si, se llevaban todos muy bien. El coordinador del centro en aquel momento era Musulmán.

Prof G.V.
Normalmente se supone que a los musulmanes les resulta difícil aceptar nada que esté fuera de lo establecido en su religión. ¿Cómo llegaron a Swami? ¿Les resultó fácil aceptarlo?

Sra. P.
Bueno, Yugoslavia, bajo Tito, tenía un régimen Socialista, y aunque no se les prohibía  la religión, tampoco se les animaba a que la practicaran. Así que la religión no era una parte realmente importante en sus vidas.

Prof G.V.
Si, eso fue cierto también de la Unión Soviética…

Sra. P.
Probablemente era algo más relajado que en la Unión Soviética.

Prof G.V.
Aún así, Musulmanes que aceptaban a Baba, ¿no te parecía algo un poco extraño?

Sra. P.
Si, pero conocí a tantos Musulmanes que eran devotos Sai, que dejó de sorprenderme...

Prof G.V.
¿Hay alguna razón por la cual a ellos les resultara tan fácil el aceptar a Swami, en comparación con otros musulmanes en otros lados?

Sra. P.
Yo diría que en Bosnia mismo, la cultura musulmana es muy relajada, más que en otros países musulmanes. Y también, lo que pasó es que la guerra unió a los devotos Sai aún más como una familia, compartieron sus experiencias unos con otros, y eso les dio fuerza. Así que durante la guerra, su fe en Swami aumentó aun más.

Prof G.V.
Mencionas experiencias. ¿Podrías decirnos si alguno de estos devotos de Bosnia tuvo experiencias espirituales de las que oímos hablar tantas veces?

Sra. P.
Bien, para explicarte un poco acerca de Bosnia y su situación - durante la guerra todos ellos pasaron por unos tiempos muy difíciles...

Prof G.V.
¿Cuanto duró la guerra?

Sra. P.
Duró casi cinco años.

Prof G.V.
¿Cinco años? Eso es un tiempo muy largo ¡es casi tanto como duró la Segunda Guerra Mundial!

Sra. P.
Cierto. No tenían comida, no tenían ropa, no tenían calefacción, y los inviernos allí son muy severos. En Sarajevo solíamos tener de dos a tres metros de nieve, la temperatura de noche a veces bajaba a  –20 C. Igual has oído hablar de que algunos años atrás, las Olimpiadas de Invierno tuvieron lugar en Sarajevo. Es un lugar muy frío, así que el no tener electricidad, y el no poder alimentar una hoguera, es una situación terrible. Quemaban zapatos, y libros, y cualquier cosa que pudieran, solamente para mantenerse calientes.

Durante la guerra había también el problema del agua, no había agua. En toda la ciudad sólo había dos lugares donde la gente podía ir a buscar agua, y había esas colas para el agua, y las colas para el pan. Sarajevo es un valle rodeado de montañas, y la gente del valle eran atacados desde las montañas. Así que cuando se formaban estas colas, eran una meta muy fácil para la gente en las montañas, que de esa manera les disparaban. En el centro Sai había una señora que se llama Alejandra, ella un día me contó que una vez que estaba en la cola del agua, vio la figura de Swami, o por lo menos la vio por atrás, estaba caminando por el otro lado de la calle, justo se iba por la esquina, y ella se sintió muy sorprendida, pensó que estaba soñando...

Prof G.V.
¿Eso era a plena luz del día?

Sra. P.
Si, ella estaba en la cola para recoger agua, que era una cola muy larga, y vio a Swami en el lado opuesto de la calle, justo estaba desapareciendo tras la esquina, así que rápidamente cruzo la calle para seguirle, para ver si realmente era Swami. Y en el momento en que cruzó la calle, una granada cayó exactamente en el lugar en donde ella había estado parada en la cola.

Prof G.V.
La salvo…

Sra. P.
Si ella hubiera estado allí unos momentos más ¡ya no estaría entre nosotros! Así es como Swami la salvó, y esto no fue el único incidente que ella vivió. Hay un mercado muy famoso en Sarajevo, se le llama el Mercado Verde, allí se venden toda clase de verduras, y esta mujer, Alejandra, vive a 5 minutos del mercado. Un día estaba en este mercado, comprando, y dice que una voz dentro le dijo, “Vete a casa, vete a casa”. Ella lo ignoró, pensó, “No, yo tengo que acabar mi compra”. Pero esta voz continuó, hasta que ya no la pudo ignorar más. Era una voz muy insistente, y ella sintió fuertemente que era Swami diciéndole que se fuera a casa. Cuando ya no la pudo ignorar más, se fue a su casa, que no estaba mas que a cinco minutos andando, y entonces oyó una explosión masiva. Mucha, mucha gente quedó herida, y hubo gente que murió, y si ella se hubiera entretenido unos minutos más...

Prof. G.V.
¡Así que se salvo dos veces!

Sra. P.
Ni siquiera llegó hasta su casa, estaba en la puerta de su casa cuando oyó la explosión…

Prof G.V.
Esto me recuerda un incidente que me contó una persona de las Antillas, el coordinador del centro Sai de allí. Parece ser que hay allí un hombre muy rico, de descendencia africana, que un día iba en su coche, un Mercedes Benz, a gran velocidad. Su idea era chocar y matarse. Y mientras estaba en eso, oyó una voz que le decía, “Ven a Prashanti”. El no sabía qué es lo que estaba pasando, qué era esa voz. Continuó a toda velocidad. Otra vez oyó, “Ven a Prashanti”. Siguió conduciendo, pero preguntándose qué era eso. Y una tercera vez oyó, “Ven a Prashanti”, con mucha urgencia. Se detuvo. No sabía lo que era Prashanti, no sabía dónde estaba, no sabía lo que significaba. Pero sintió que no debía morir. Entonces hizo algunas indagaciones, descubrió lo que Prashanti es, vino a Prashanti y vio a Swami. Swami le dio una entrevista. Así que aquí había un hombre que no sabía nada acerca de Swami y fue salvado por Swami en circunstancias similares.

Allí fue a través de oír la voz, aquí, en la historia que tú nos cuentas, fue a través de la aparición física. ¡Es simplemente asombroso! ¿Hay alguna otra historia similar que nos puedas contar? ¡Porque a nuestros oyentes les encantan estas historias!

Sra. P.
Bueno – los devotos de allí se solían encontrar en la casa de uno de ellos, para hacer sesiones de cantos devocionales, o para celebrar festivales. Pero durante la guerra, todo el mundo sospechaba de todos los demás. Sospechabas de tu vecino, que había sido amigo tuyo por muchos años, pero la guerra lo cambió todo. Así que los devotos tenían miedo de que si se juntaban a cantar bhajans, se les podría atacar, de que podrían tener problemas. Y había policía de seguridad por todas partes. La mujer en casa de la cual se juntaban siempre para cantar era una mujer mayor, y siempre estaba preocupada acerca de si iban a tener problemas, porque los vecinos ya de por si le hacían la vida imposible. Así que preparó respuestas en su mente, para el caso de que viniera la policía a interrogarla. 

Y si, un día vino un policía a su casa, y ella estaba tan nerviosa al igual que bien preparada con sus respuestas, que ¡ni siquiera le dio la oportunidad de hacerle las preguntas, enseguida se puso a dar sus respuestas! El policía parecía estar bastante divertido por esto, sabes, y supongo que ella también estaba y sonaba confusa.

Cuando él entró en la casa y comenzó a mirar a su alrededor, ella sintió miedo, porque tenía una foto de Swami de tamaño natural, que se podía ver desde la entrada, y no había tenido tiempo de esconderla. Así que pensó, “Ya está, se acabó, ahora sí que tenemos un gran problema…”.

Pero cuando después de abrirle la puerta al policía se volvió a mirar, ¡la foto de Swami ya no estaba en su lugar! Ella estaba segura de haberla visto cuando fue a abrir la puerta, así que no entendía qué podía haber pasado. Así pues, el hombre miró a su alrededor, no vio nada extraño, y se volvió a ir, solamente le dijo que tuviera cuidado con lo que hiciera. Y ella cerró la puerta tras suyo y corrió hacia el lugar donde se suponía que debía estar la foto de Swami, y miró a todo su alrededor, porque no entendía cómo la foto podía simplemente desaparecer. Y vio que la foto había resbalado y caído bajo la alfombra. ¡Justo antes de que entrara ese hombre, la fotografía había caído tras la alfombra! Allí fue donde la encontró, para su gran asombro...

Prof G.V.
¿Y nunca antes había sucedido?

Sra. P.
Nunca antes había sucedido. Y es una fotografía de tamaño natural, no es una fotografía pequeña.

Prof G.V.
¡No es muy fácil que caiga y se esconda tras la alfombra!

Sra. P.
¡No, no lo es! Es asombroso cómo Swami la ayudó en esa situación, para que no tuviera problemas con el policía. Y otra historia interesante – realmente debo decir que la devoción de esta gente hacia Swami fue una experiencia que me enseñó la humildad, que pasando por esa terrible guerra, pero su devoción, su fe nunca vaciló. Algunos miembros del centro Sai fueron heridos durante la guerra, otros incluso murieron, pero ellos permanecieron muy firmes en su fe. Una mujer llamada Ashra me explicó que en una ocasión, cuando ella estaba llevando leña para la celebración de Shivaratri...

Prof G.V.
¿Leña para calentarse?

Sra. P.
Si. Llevaba un saco de leña sobre sus espaldas cuando fue atacada por francotiradores. Le dieron al saco, pero no la hirieron a ella. Y ella continuó su camino, no se detuvo, continuó andando, pero rezándole a Swami, “¡Swami por favor, déjame llegar al centro Sai, porque necesitamos esta leña, sino no aguantaremos el cantar toda la noche!

Prof G.V.
¿Quieres decir que aun continuaban con los bhajans durante la noche de Shivaratri? ¡Es fantástico!

Sra. P.
Toda la noche. Incluso durante la guerra. ¡Aún teniendo que esquivar a francotiradores para poder llegar con la leña! Y esa noche, cuando estaban cantando, sintieron calor que emanaba de la foto de Swami. No era un calor que calentara el cuarto entero, pero si acercabas tus manos a la foto de Swami, emanaba suficiente calor para que lo pudieras sentir. Supongo que era una señal de Swami para mostrarles que estaba ahí con ellos durante esos momentos tan difíciles. Y eso los emocionó mucho, y les dio fuerzas para cantar toda aquella noche.

Prof G.V.
Bien - de Bosnia fuisteis a Israel, ¿es cierto eso?

Sra. P.
Es cierto.

Prof G.V.
¿Cómo es el movimiento Sai en Israel? ¿Qué tal si nos cuentas un poco acerca de esto?

Sra. P.
Fuimos a Israel en el año 2000. Se nos reasignó a Israel, y llegamos allí justo antes de que comenzara lo que llamamos la Intifada, el levantamiento Palestino. En el momento en que llegamos, parecía que se iba a conseguir llegar a un acuerdo de paz que el Presidente Clinton estaba tratando de organizar, pero desafortunadamente no se logró. Había varios centros Sai, uno pequeño en Haifa y uno algo mayor en Tel Aviv. Nosotros estábamos situados cerca de Haifa, así que indagamos un poco y al cabo de unas semanas logramos encontrarlos, y comenzamos a atender de manera regular, una vez por semana, para participar en los cantos devocionales.

Prof G.V.
Esta gente en Israel, ¿cómo supieron de Swami? ¿y cómo fue que comenzaron a seguir las enseñanzas de Swami? ¿Hubo alguna circunstancia especial que hizo que esto sucediera?

Sra. P.
Hay una señora llamada Miriam, que vino a ver a Swami hace muchos años, hace unos 20 años. Ella se enteró de Swami, leyó acerca de Swami y vino a verle desde Israel, y quedó convencida de que Swami es Dios. Y regresó a Israel y habló acerca de Swami, algunas pesonas comenzaron a leer y lentamente el movimiento creció en Israel...

Prof G.V.
¿Pero allí hay mucha gente muy ortodoxa, no es cierto? ¿No pusieron objeciones?

Sra. P.
Bueno, en cierta manera tienes que ser cuidadoso hasta un cierto punto, la gente ortodoxa no le da la bienvenida a ningún otro credo. Pero al mismo tiempo puedes seguir tus creencias, hay lugar para la práctica de otros credos, en Israel. Y de hecho, hoy día muchos Israelíes vienen a la India como turistas.

Así que me encontré que fuera donde fuera, ya sea que fuera a enmarcar una foto de Swami, o si tenia una foto en el coche, cuando iba a la gasolinera – todos sabían acerca de Swami, de una manera u otra todos habían oído hablar de Swami. Hace poco la Televisión Nacional de Israel incluso mostró un documental acerca del Hospital de Super Especialidades...

Prof G.V.
¡Qué interesante! Por supuesto, aquí de tanto en tanto vemos a devotos que llevan la estrella de David. Hace dos semanas vi a algunos. Ahora, ¿cómo compararías el movimiento Sai en Israel con el de Bosnia? ¡Si es que una comparación así es justa!

Sra. P.
En Bosnia la organización estaba más orientada hacia el servicio, porque había mucha necesidad de servicio.

Prof G.V.
Es natural – hablando de servicio, creo que los devotos de Alemania prestaron muchísimo servicio durante la guerra, ¿sabes algo acerca de ello?

Sra. P.
Si, ese servicio todavía continua. Los devotos Sai de Alemania – y no sólo devotos Sai, también miembros de la comunidad, del publico Alemán – donaban frutos secos, ropa, medicina, libros, y diferentes artículos esenciales, y los enviaban en camiones a Bosnia, al grupo Sai de Sarajevo, que los recolectaba y los distribuía entre los refugiados. Los artículos donados eran almacenados en una escuela, donde Ashra, la coordinadora, es maestra. En la escuela tenían grandes cuartos que hacían de almacén. Los devotos Sai y algunos de los refugiados que se beneficiaban del proyecto, clasificaban los objetos y lo luego los distribuían. 

Prof G.V.
Dices que en Bosnia la organización Sai esta muy orientada hacia el servicio. ¿Cuál es la orientación en Israel?

Sra. P.
Yo diría que en Israel la gente tiene una buena calidad de vida, un nivel de vida alto. Antes de asentarnos en Israel ya habíamos ido una vez, pero fue cuando al cabo de pocas semanas fuimos evacuados por la Intifada. Después de esta evacuación vine a ver a Swami, y en esa ocasión durante un Darshan, Swami me preguntó, “¿Qué es lo que estás haciendo?” Me sorprendió tanto esa pregunta que de repente fue lanzada hacia mi durante el Darshan, que no sabía qué decir, porque recién habíamos llegado a Israel y todavía estábamos en el proceso de instalarnos. Pero no quería decir que “no estoy haciendo nada”, así que dije, “Swami, ahora estamos en Israel”. Entonces se volvió hacia mi y dijo, “¡Educación en Valores Humanos!”

Prof G.V.
¡Así que te dio una pista!

Sra. P.
Así que me dio la pista de que a lo que debía dedicarme en Israel era a la educación en Valores Humanos. Cuando fui a Israel por primera vez, me había encontrado allí a una pareja que había estado en Puttaparthi por unas seis semanas, y ellos estaban entusiasmados con el programa de Educación en Valores Humanos. Pero el resto del grupo no sabía nada acerca de ello, y los mayores no estaban tan entusiasmados, pues no sabían de qué se trataba. Supongo que Swami nos mandó en el momento correcto, y yo estaba tratando de animarlos. Pero esto fue una respuesta directa de Swami, de que éste es el camino a seguir.

Prof G.V.
¡Una directiva directa!

Sra. P.
¡Una directiva directa, cierto! En esa primera estancia allí, les había dicho a mis amigos en Israel que trataría de conseguir a alguien que nos entrenara oficialmente en Educación en Valores Humanos antes de que fuéramos a las escuelas. Y entonces, en esa visita aquí, como dos días después de que Swami me hubiese dado esta directiva, me encontré con la coordinadora de Educación de Inglaterra, Carole Alderman.

Prof G.V.
¿Creo que ha hablado aquí en ocasión del Día de la Mujer, cierto?

Sra. P.
Si, es cierto. Yo había tratado de conseguir que Carole Alderman viniera a Macedonia, que está al lado de Kosovo, una vez que se nos había asignado ahí por un tiempo breve, para que entrenara a los facilitadores de los campos de refugiados. Había dado una charla acerca de la Educación en Valore Humanos allí, y estaban muy interesados en ello. Así que me había puesto en contacto con Carole, pero de alguna manera no pudo ser, ella no pudo venir a Macedonia.

Pero cuando me la encontré ahora, me dijo que esta vez definitivamente vendría, y un par de meses más tarde, cuando regresamos a Israel, vino y tuvimos un taller maravilloso en Israel, que fue atendido tanto por devotos Sai como por no devotos. Y ahora tenemos regularmente un taller que dura tres meses, para gente interesada en Educación en Valores Humanos.

Prof G.V.
¿Hay interés?

Sra. P.
Si, hay mucho interés. Yo estuve enseñando Educación en Valores Humanos en una escuela de la ONU en Israel, y lo hacemos en Haifa, y poco a poco se está difundiendo. El Instituto de Educación de Maestros ha invitado al coordinador de Educación en Valores Humanos israelí a dar un curso el año que viene...

Prof G.V.
¿Están contentos con ello?

Sra. P.
Están muy contentos, están extremadamente contentos con ello.

Prof G.V.
¿Te encontraste con alguien que hubiera tenido experiencias?

Sra. P.
Bueno - todo el mundo tiene experiencias, pero una en concreto de la cual me acuerdo ahora, me la explicó la coordinadora israelí. Ella vive fuera de la ciudad, en el campo. Una vez hubo un incendio muy sospechoso allí donde vive, donde la zona residencial se ha extendido bastante. Es una zona muy bella. Hoy día hay bastantes casas allí, y el fuego estaba llegando a la suya. Se les aconsejó que cerraran todas las puertas y ventanas y salieran de la casa, y eso es lo que hicieron. Ella se apresuró mucho, y cuando ya se estaban marchando, de repente se acordó de que la túnica que Swami le había dado años atrás todavía estaba dentro de la casa, y a pesar de que regresar suponía un gran riesgo para ella, pensó, “No, no voy a permitir que nada le suceda a la túnica de Swami!” Así que regresó a la casa, al dormitorio, para sacar la túnica. Y allí se dio cuenta de que había dejado abierta una gran ventana en el dormitorio, la túnica estaba justo al lado de esa ventana. Así que recogió la túnica y cerró la ventana y salió. Y la casa se salvo del incendio.

Prof G.V.
Porque cerró la ventana...

Sra. P.
Si. De otra forma, el viento – viven en un valle, cerca del mar – el viento habría hecho que el fuego entrase en la casa y todo se habría quemado…

Prof G.V.
¿Qué es lo que les atrae, de Swami, a los Israelíes?

Sra. P.
Es la enseñanza de Swami: la unidad (esencial) de las religiones; el “ama a todos, sirve a todos”, que es una Sus citas más famosas; la Educación en Valores Humanos – y todos ellos buscan paz. Todos quieren paz, y creo que se han dado cuenta de que éste es el camino a seguir.

Prof G.V.
¿Hay muchos niños que atienden a las clases de Valores Humanos?

Sra. P.
El número está creciendo, poco a poco. Cuando di clases de Valores Humanos en la escuela de la ONU, tenía cómo alumnos a niños que provenían de todas partes del mundo...

Prof G.V.
¿Les gustaban las clases?

Sra. P.
¡Amaban las clases! Y lo que más les gustaba era la parte de sentarse en silencio, o meditación. Y eso fue una gran sorpresa para mí, porque eran todo adolescentes, pero siempre me decían, “¡Lo mejor es el sentarse en silencio!”

Prof G.V.
¡Yo pensaba que es muy difícil permanecer en silencio! Swami nos dice siempre, “Practicad el silencio” ¡y nadie lo quiere hacer!

Sra. P.
Si, ¡también yo estaba muy sorprendida! Pero de hecho, incluso me lo pedían, me decían, “¿Podemos hacer ahora el rato de sentarse en silencio?” ¡Y era un pedido muy popular!

Prof G.V.
¡Asombroso!

Sra. P.
Si. Y muy alentador, porque eran niños que nunca habían sido expuestos a ningún tipo de espiritualidad, por decirlo de alguna manera. Algunos de los niños ni siquiera sabían acerca de Dios, ¡no conocían la palabra “Dios”!

Prof G.V.
¿En Israel?

Sra. P.
Estos eran niños de la ONU, de diferentes partes del mundo.

Prof G.V.
¿Así que, cómo les explicabas acerca de Dios?

Sra. P.
Trataba de no hablarles acerca de Dios, sino de concentrarme en los Valores…

Prof G.V.
Pero, cuando te preguntaban acerca de Dios, ¿qué les decías?

Sra. P.
Bueno, había entre ellos algunos niños de Irlanda, que venían de un trasfondo católico, y ellos mismos se lo explicaron a sus amigos…

Prof G.V.
¿Y su explicación fue aceptada?

Sra. P.
Si.

Prof G.V.
¿Como describieron a Dios, estos niños de Irlanda? ¿Qué decían?

Sra. P.
Bueno, decían que Dios es una Persona a la que Le rezas, y por supuesto, relacionaban a Dios con la iglesia, vas a la iglesia, y también decían que rezaban cada día con sus padres. Y ¡algunos de los niños ni siquiera entendían qué es rezar! Nunca habían oído hablar de oraciones, dijeron, “No hemos ido nunca a una iglesia o a aun templo”. Yo estaba realmente muy sorprendida de que haya niños que no sepan acerca de Dios…

Prof G.V.
Porque estaban aislados…

Sra. P.
Si, lo sé. Fue algo nuevo para mí, que me abrió los ojos, porque supongo que yo siempre he estado en compañía espiritual, de alguna manera.

Prof G.V.
¿Fueron los niños capaces, en algún momento, de entender que los Valores vienen de Dios? ¿O no llegaste a ello en el tiempo que estuviste allí?

Sra. P.
No. Porque estos niños estaban allí de seis meses a un año, y yo realmente me quería concentrar en el aspecto de la Educación en Valores, y no quería entrar demasiado en la religión, porque estaba dando las clases en una escuela. Así que me concentré en los Valores. Y también en temas relacionados a la ONU, como por ejemplo el concienciarlos acerca del peligro de las minas. Les di proyectos acerca de la destrucción causada por las minas, lo cual entendían porque veían a sus padres, que trabajaban para el Ejército, involucrados en estos temas. Yo trataba de hacer las clases lo más prácticas posible para ellos.

Prof G.V.
Pero los valores han de ser relacionados a un plano moral más elevado, o a un Poder o a una Fuerza Superior, Dios es sólo una palabra para ello. Como decía Gandhi, hay un Poder extraño y misterioso que nos controla, le puedes dar el nombre que quieras. Este Poder Superior es lo que nos motiva desde dentro, es lo que llamamos espíritu, lo que llamamos alma, y es lo que diferencia a un vegetal o una piedra del ser humano. Y es este Poder lo que inspira la compasión en un ser humano, lo que motiva la sensibilidad latente en el ser humano. Así que en un momento u otro, junto con la abstracción de los Valores, el Poder tras de ellos, su Origen, ha de ser transmitido de una manera u otra. ¿Formó esto parte de tu enseñanza? ¿O es algo que viene más tarde?

Sra. P.
Esto viene más tarde, no en la etapa inicial.

Prof G.V.
No en la etapa inicial. Sobretodo cuando han sido “resguardados” de Dios, por decirlo de alguna manera...

Sra. P.
Cierto. Sabes, ha de ser de manera gradual, de manera que lo puedan entender. Y primero tienen que tener confianza en mi, disfrutar del programa.

Prof G.V.
¿Cómo reaccionaron los padres de los niños a este proyecto?

Sra. P.
Estaban muy contentos. Yo les enviaba los planes de las lecciones a casa. Y los maestros estaban muy contentos con ello, y me pedían libros, planes de lecciones, venían a las clases y se sentaban atrás, escuchando. Estaban encantados con que diera estas clases, y querían que cuando me fuera les dejara todo el material que tuviera, para que ellos pudiesen continuar aunque yo no estuviese.

Prof G.V.
¿Algunos de ellos mostraron interés en Swami?

Sra. P.
Me hicieron preguntas acerca de Swami, porque yo les había dicho que el origen de este programa venia de Swami. Pero los maestros de la escuela no habían oído hablar de Swami, a diferencia de otros Israelíes. Pero yo les había hablado de Swami antes de comenzar el programa, les di material acerca del programa, y acerca de cómo empezó, y de donde surgió, así que ellos conocían el trasfondo.

Prof G.V.
¿Dirías que en Israel la conciencia acerca de Swami ha aumentado? ¿Y la Educación en Valores Humanos, está difundiéndose?

Sra. P.
Si. Precisamente hace unos pocos meses tuvimos el primer retiro Sai nacional, al que atendieron de 70 a 90 personas. Lo hicimos en un kibutz llamado Neve Shalom, que es, creo, el único kibutz dónde las actividades se llevan a cabo conjuntamente por israelíes árabes y judíos, si es que se puede expresar así. Allí hay siempre un 50% de israelíes árabes y un 50% de israelíes judíos, viviendo y trabajando en ese kibutz, y llevan a cabo muchos programas...

Prof G.V.
¿Hay muchos árabes que van al centro Sai?

Sra. P.
Una cosa que estuvo muy bien en el retiro es que teníamos entre los participantes un israelí árabe, un miembro de la comunidad judía – si eres familiar con la comunidad judía. Luego, mi marido y yo que tenemos un trasfondo budista, y también había cristianos, y por supuesto, teníamos muchos, muchos Israelíes judíos que participaron en el retiro, así que fue una reunión realmente agradable de personas de diferentes credos.

Prof G.V.
¿Disfrutaste participar en las actividades Sai en Israel?

Sra. P.
¡Si, definitivamente, si!

Prof G.V.
Esperemos que allá donde vayas la próxima vez…

Sra. P.
Al Líbano.

Prof G.V.
¡Al Líbano - no está muy lejos de Israel! Esperemos que continúes teniendo ese tipo de experiencias, y la próxima vez que vengas - ¿cuando tienes pensando venir otra vez?

Sra. P.
No lo sé, pero, ¿puedo mencionar algo acerca del Libano, si hay tiempo todavía?

Prof G.V.
¡Por supuesto!

Sra. P.
Nos acabamos de mudar al Líbano, y sabes, donde hay voluntad, hay un camino. Y Swami siempre encuentra un camino. Así que he comenzado a trabajar como voluntaria en una escuela religiosa Islámica, enseñando inglés...

Prof G.V.
¡¿Qué quieres decir con escuela Islámica religiosa?! Eso suena curioso – es: una es escuela Islámica…

Sra. P.
(Risas) Perdona - si, es una escuela estrictamente Islámica. Pero es una fundación para huérfanos, y para niños marginados, y tienen también un parvulario, y educación especial, y varios otros proyectos, al igual que proyectos de ayuda médica. Así que me he involucrado dando clases de inglés. También le enseño inglés al presidente de esta fundación. Y lo hago todo de manera voluntaria. Porque es una organización voluntaria, y es una buena causa. Y les dije el porqué lo hago. Les llevé un libro acerca de Swami y les enseñé todos los proyectos que están teniendo lugar, de Educación, los Hospitales, el Proyecto de Agua Potable, y estaban muy impresionados. Y entonces les hablé de la Educación en Valores Humanos, y les pregunté, “¿Puedo empezar con este proyecto aquí, puedo dar un curso de Valores Humanos en vuestra escuela? Siéntense conmigo durante las clases, vean como es, lo que es, y si piensan que es beneficial, organizaré el que sus maestros puedan ser entrenados para dar clases de Valores”. Y están muy interesados en ello. Aún no he empezado con las clases en si, pero les he hablado acerca de ello, y me han pedido libros y materiales, y han puesto una fecha para empezar con las clases. Si por ese entonces todavía estoy allí, en Junio empezaremos con el entreno de sus maestros.

Prof G.V.
Muy bien, ¡mucha suerte! ¡Y esperamos verte pronto con más noticias de todos los lugares donde has estado y has trabajado!



SAIRAM
Cortesía de Radio, Armonía Global
(paginas web: radiosai.org y h2hsai.org)




OMSAIRAMMM...
CENTRO SAI HISPANO...