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lunes, 14 de octubre de 2024

EL GITA DE SAI BABA - CAPITULO XX - DIOS, PRESENTE EN TODOS, ES TODO

20. CAPÍTULO XX. Dios, presente en todos, es todo

Krishna es el testigo imparcial. - Dios está presente en todos y es todo. - Krishna le da a Arjuna una visión de Dios. - Arjuna pregunta si la adoración de la forma o de lo sin forma, es más agradable a Dios.

El Gita dice claramente que sólo la flor del corazón (hrudayapushpa) libre de impurezas que crece en el lago Manasa sarovar o en las cristalinas aguas de la mente, merece ser ofrecida a Dios. Es la razón por la cual Krishna dijo a Arjuna: "Mi querido cuñado, cualquier actividad en que te ocupes, cualquier regalo que des, cualquier alimento que tomes, hazlo como una ofrenda dedicada a Mí; hazlo todo con espíritu de dedicación, como un tributo a Dios, pues sólo actos así llegan hasta Mí. No tengo preferencia especial por ningún nombre; todos los nombres son Míos. No conozco ni amigo ni enemigo. Soy el testigo no afectado. Yo resido en todos los que me sirven y hago provenir alegría de ese servicio".

Esto hizo surgir algunas dudas en la mente de Arjuna, que preguntó: "¡Krishna! Dices que no haces ninguna distinción, que no tienes ni amigo ni enemigo; ¿cómo ocurre entonces que algunos son felices y otros infelices, algunos son fuertes de cuerpo y mente, otros débiles y enfermizos, algunos son pobres y otros son ricos? ¿Cuál es la razón que hay detrás de todo esto? Puesto que Tú mismo estás por encima de toda distinción, ¿por qué no puedes mantenerlos a todos en la misma condición? Observando los hechos tales como son, es difícil creer que Tú miras imparcialmente a todos".

¡Krishna sonrió ante esta "duda" que preocupaba a Arjuna! Y dijo: "Yo doy expresión solamente a la verdad. Yo no ajusto Mi lenguaje a tu aprobación o desaprobación; ni me da gusto cuando apruebas ni me deprimo cuando desapruebas. Soy el mismo en todos. Pero todos no son lo mismo en Mí. Tú has observado que por las noches de los meses invernales, los aldeanos suelen sentarse alrededor del fuego; pero solamente aquellos que se sientan cerca reciben su calor. Los que se sientan lejos, en cuclillas, tienen además que soportar la oscuridad. Si la gente permanece alejada y se queja de que no recibe el calor y que tiene que sufrir la oscuridad, ¿puede atribuírsele eso a la parcialidad del fuego? No, no tiene sentido inferir de esto que el fuego trata de diferente manera a las distintas personas.

"El esplendor de la Visión Divina es semejante a esto; si quieres percibirlo, tienes que acercártele y permanecer ahí. Todos tienen el mismo derecho de hacerlo, como también de alimentar el fuego, de modo que pueda iluminar y calentar aún más. El fuego es imparcial; hay algunas diferencias en sacar beneficio de él y en hacerlo crecer en mayor y mayor intensidad. Yo soy el esplendor; no tengo ninguna parcialidad. Para experimentarme y obtener Bienaventuranza de Mí, todos tienen la misma oportunidad. Las distinciones y diferencias surgen como resultado de las fallas de los aspirantes. No hay máculas en Mí."

¿Notaron ustedes las amorosas palabras de Krishna? ¿El efluvio de Su Gracia? ¡Cuán ciertas son Sus palabras! Realmente, la gente no acepta que haya faltas en sí misma; pero las busca en los demás. Si el Señor tuviera faltas, ¿cómo podría existir o sobrevivir el mundo? El Señor ve a todos como iguales. Su corazón abraza a todos con Amor; ésa es la razón por la cual el mundo tiene por lo menos un poco de paz y prosperidad. El doctor podrá decir que el paciente no tiene fiebre tan sólo para consolar al enfermo; pero el termómetro no puede mentir. Dios conoce y reacciona al sentimiento interno, no a la apariencia exterior; nunca puede equivocarse ni puede ser engañado. El mundo considera solamente la apariencia externa; se guía solamente por ella. Tú debes vadear el río; sólo entonces podrás conocer la profundidad de la corriente. Come, si quieres conocer el sabor. Cuando la gente emite un juicio sobre la profundidad o el sabor sin vadear ni saborear, ¿cómo pueden ser tomadas como ciertas sus declaraciones? Si el Señor mismo hubiera estado afectado de parcialidad, ¿cómo habría podido otorgar el éxtasis de la fusión con Dios (sayujya) a las doncellas pastoras de Brindavan? ¿Podría haber gustado de los frutos comidos parcialmente por Sabari (una santa que sirvió al Señor Rama)?¿Podría Janaka (personaje del Ramayana) haberse convertido en un autorrealizado? ¿Podría Nandanar (padre adoptivo de Krishna) haber alcanzado la gran Visión del Señor? ¿Podrían PraNada (niño devoto de Vishnu) y Vibhishana (rey de Lanka) haberse acercado al Señor? ¿Habría sido Hanuman (el dios mono del Ramayana) aceptado como el mensajero de Rama? ¿Podría Valmiki haber escrito la gran epopeya del Ramayana? ¿Indican éstos alguna parcialidad en la composición del Señor? ¿O prueban en cambio que El no tiene tal característica? Estos son ejemplos del Amor del Señor, de Su bondad que derrama de manera uniforme sobre todos.

"Mantén tu mente fija en Mí, sé sinceramente devoto Mío, póstrate ante Mí ofreciéndome todos tus pensamientos, palabras y obras; ámame constantemente" ("Manmana bhava, madbhakatho, mad yoji, mam namaskuru"); eso es lo que El ordenó. Asimismo ha indicado que lo que El más desea en ti es una "mente pura" y un "amor inmaculádo".

Inmersos en su condición humana, los hombres no pueden alcanzar la condición divina. Primero tienen que alcanzar la propia naturaleza de Dios para lograr la condición de la Divinidad. Para ver oscuridad, sólo tiene que haber oscuridad; para ver luz, deben tener luz. Para comprender la inteligencia, tienen que ser inteligentes. Si están constantemente ocupados en cosas humanas, ¿cómo pueden alcanzar la gloria de la Divinidad? Para volverse divinos deben tener en la memoria lo divino, actuar de manera divina, conducirse de manera divina. El estado, el ambiente y el sentimiento; todo debe coordinarse para este único propósito. S61o entonces puede captarse el principio.

Es sobre la base de esta verdad que Krishna continuó de esta manera: "¡Arjuna! Los sabios (jñanis) son superiores a los dioses, quienes a su vez son superiores a los hombres; pero estos sabios (jñanis) tampoco pueden captar el pleno significado de Dios. ¿Cómo podrán, pues, los hombres comunes como tú comprenderlo alguna vez?" Ante esta observación disimuladamente sarcástica, Arjuna dobló la cabeza avergonzado y dijo: "Estoy de acuerdo, Krishna. Tú estás más allá de la comprensión de nadie, por inteligente que sea. Eres de una multiplicidad infinita. Estoy convencido. Eres el Absoluto Universal, yo lo sé.

"Creo que Tú has creado el Universo entero y que estás fomentando y presidiendo tanto la evolución como la involución de los mundos y que eres el amo de la Creación, de la preservación y de la destrucción. Tú mismo me lo has dicho y te estaré por siempre agradecido y soy feliz de que me hayas considerado merecedor de ello.

"Pero ahora dime: ¿en cuántas formas te manifiestas dentro de este Universo que Tú mismo has creado? Estoy deseoso de escucharlo de Ti para hacer lo que más convenga para merecer la gracia de estar vivo", dijo Arjuna. "¿Y en cuál de estas diversas formas debo meditar? Dímelo para hacerlo así y salvarme", imploró.

"¡Vaya preguntita ésa!", dijo Krishna, con una sonrisa. "Quizás pensaste que podrías comprender fácilmente la respuesta, si la tuvieras. Bien, puesto que me haces la pregunta, me ablandaré un poco y te daré la respuesta. Escucha cuidadosamente. Yo soy el Atma interna en el corazón de loto de cada ser. Así que si tú crees y normas tu v¡da sobre la base de la creencia de que el Atma interna en cada ser es Mi Ser Supremo (Paramatna), esto será una forma de meditación suficiente para ti. Vela porque esa creencia no se debilite ni se pierda. Aférrate constantemente a ella, practica esa creencia, aplicala a tus obras, palabras y pensamientos. Entonces la experiencia de la unidad, o sea, de que tú eres Yo y de que Yo soy tú, puede lograrse.

"Los cinco elementos, la tierra, el agua, el fuego, el viento y el éter son también formas Mías. Yo soy la actividad que se manifiesta en el Sol, la Luna y las estrellas. Cuando llega una gran destrucción, Yo soy esa fuerza destructora y también la fuerza que vuelve a construir. Lo soy todo, desde lo microscópico hasta lo macroscópico; soy el pasado, el presente y el futuro. Soy las tres regiones y los tres gunas (atributos de la materia) que han modelado al hombre y a la Naturaleza. No hay objeto que no sea Yo; ningún nombre que no sea Mío. La sangre tomada de una parte del cuerpo es igual a la de cualquier otra; así también, lo divino es idéntico en todas partes."

Arjuna juntó las palmas y levantando las manos exclamó: "¡Krishna! Toda la Creación tiene Tu forma. El conocimiento, la riqueza, el poder, la fuerza, la energía y el esplendor son expresiones de Tu gloria, ¿no es así? Pues bien, ¿no me darás la sagrada oportunidad de satisfacer el deseo de mi vida de experimentarte como toda esta Creación, como la Forma Cósmica (Visvarupa), como la forma misma de la Creación? Yo te lo imploro. Te lo ruego postrado a Tus pies".

Conociendo la angustia de su corazón, Krishna replicó: "¡Arjuna! Ciertamente que te complaceré. Pero tus ojos físicos no pueden ver esa gloria. La Forma Cósmica (Visvarupa) no puede ser percibida por la limitada capacidad visual que capta solamente esta naturaleza. Por tanto, te dotaré de visión sobrenatural. Y ahora, ¡mira!" Así dijo El y se manifestó ante Arjuna como la Creación y más aún. ¡Qué misericordia tan grande! ¡Qué experiencia tan grandiosa!

En este punto, hay un detalle sutil en el que los buscadores deben fijarse. Los Vedas, los Sastras y los Puranas (libros de mitología hindú), además de muchos eruditos y santos que tienen el derecho de hablar sobre estos asuntos, todos describen a Dios como algo presente en todas partes y como la realidad interna en todo ser. Basándose en esto, hay algunos que argumentan: "Si El está presente en todas partes y en toda cosa, ¿por qué no es visto por todos?" Para todos los que así arguyen, la respuesta es: ¿cómo puede el ojo físico, compuesto sólo de los cinco elementos, ver más allá de los cinco?

Nada puede iluminar a un objeto que no refleje la luz; pero una llama se ilumina a sí misma y desparrama luz a su alrededor. Dios es Autoluminoso; El lo ilumina todo, está más allá de la Naturaleza, que no es sino una manifestación de Su gloria. De modo que El puede ser visto sólo con el ojo de la sabiduría, un ojo que puede obtenerse únicamente a través de Su Gracia. Por tanto, la adoración a Dios es una parte esencial de la práctica que llevará a este fin; quien no alcanza a verse a sí mismo, jamás podrá lograr ver a otros, ver algo fuera de sí mismo. Dedíquense, pues, a las prácticas espirituales que les asegurarán la Gracia de Dios y mediante esa Gracia, el ojo de la sabiduría les será otorgado. Esa meta es fácil de alcanzar por el sendero de la devoción. Mientras Arjuna experimentaba la visión de Dios en el Universo y de Dios como el Universo, derramaba lágrimas de alegría. "¡Oh Dios Todopoderoso, todos los dioses, Brahma el Creador, todos los sabios y santos, todos los múltiples seres y objetos, móviles e inmóviles! ¡Oh, de Tu aterrorizante rostro surgen llamaradas de luz y se esparcen hasta los más lejanos confines! ¡Cómo desearía conocer el significado de esta forma tan excelsa!", exclamó Arjuna.

"¿Viste, Arjuna? ¿Sabes ahora que Yo soy el Creador, el Sostenedor y el Destructor de toda actividad y de todos los seres y objetos? ¿Te has dado cuenta de que no puedes salvar a nadie en este campo de batalla, y que a nadie puedes matar? Tú no tienes poder para matar ni tienen ellos poder para morir por su propio esfuerzo. Vivir y morir son actos dirigidos por Mi voluntad. Yo llevo encima la carga de la Tierra; Yo la he creado; y Yo la suprimo", dijo Krishna, dándole afectuosas palmadas en la espalda y hablándole con suavidad para atemperar su extática emoción.

Este incidente es un buen ejemplo para ilustrar cómo Dios está obligado por la sinceridad de la devoción y cómo El se inclina para consolar y estimular a Sus devotos. ¡Nada más imaginen! ¿Cómo pudo este Arjuna que tan vacilante y nervioso estaba antes de obtener una demostración ocular, enfrentarse y derrotar como un mortal común y corriente a héroes poderosos y maestros en todas las artes como Bhishma, Drona y Karna? Fueron vencidos por la voluntad del Señor.

Arjuna secó sus lágrimas, juntó las manos en actitud suplicante y dijo: "Oh Señor, veo la Forma Cósmica que nunca antes había visto, ni había oído mencionar, ni había siquiera concebido. Me doy cuenta de que es una verdad. Esas terribles llamaradas de luz me están achicharrando, mi cuerpo se está chamuscando, chirriando bajo el impacto de esa gloria. Preséntate ante mí de nuevo en la dulce y sonriente Forma Tuya; no puedo soportar más esta visión. ¡Padre! Reasume Tu Forma, ¡no puedo seguir viendo esto!", rogó Arjuna.

Su Divina Gracia le hizo condescender. Y dijo: "¡Arjuna! Acabas de ver esta Forma Universal Mía, que es una visión que ningún grado de erudición védica, ni de ascetismo ritualista o de austeridad puede jamás aspirar a percibir. Esto lo logra sólo el devoto que se dedica a Mí con una devoción que no admite la menor distracción (ananyabhakthi). Tales devotos ven únicamente al Señor; cualquier cosa que hagan, la hacen como adoración al Señor. No tienen ninguna otra forma ante sus ojos; ningún otro pensamiento en sus manos. En todo tiempo y en todas partes ellos ven solamente Mi Forma, pronuncian sólo Mi Nombre, piensan solamente en Mí, sienten sólo por Mí o respecto a Mí y están activos únicamente en interés Mío. Tales son, oh Arjuna, quienes logran captar esta visión. Yo en cambio sólo pido esto: devoción inconmovible" (ananyabhkthi).

Arjuna preguntó con una sonrisa y un ligero temblor en sus labios: "¡Señor! Me doy cuenta de que Tú te complaces con una devoción centrada y constante. Pero, ¿te complace la adoración de Ti con Forma o de Ti sin Forma? ¿Cuál te ablanda más y contribuye mejor a obtener Tus bendiciones? ¿Cuál es más fácil para el aspirante y mejor recibida por Ti? Ten la bondad de decírmelo".

Krishna se alegró de que Arjuna le hiciera esta pregunta y le dijo: "No hago ninguna distinción entre las dos. Me siento complacido siendo adorado, siempre y cuando la mente esté saturada de Mí y haya fe constante en cada acto, en cada palabra y en cada pensamiento". Arjuna volvió a preguntar: "¿Son suficientes la pureza del corazón y la fe firme? ¿No constituyen obstáculos para el éxito el sexo o la condición, determinados por la casta o la etapa que se vive?" Krishna reprendió a Arjuna y replicó: "Me sorprende que hagas tales preguntas después de haber pasado por esta experiencia. ¿No te das cuenta de que en aquellos que han fijado su mente en Dios, que descansan en Mí, que soy la personificación de la eterna y pura Verdad, no habrá quedado ni un ápice de identificación del ser con el cuerpo? Si todavía les quedara la conciencia de sexo, de casta o de la etapa de la vida, con el consiguiente orgullo o humildad, eso sólo revelaría que no han entregado sus mentes a Dios. Para aquellos que se han librado del apego, no habrá distracción por motivo de casta, condición, etcétera.

"Pero los códigos de conducta moral prescriptos para las castas (varnadharmas) y para quienes se encuentran en los cuatro estados de la vida estudiante, jefe de familia, recluso y renunciarte (ashramadharmas) no obstaculizan en forma alguna la disciplina de fijar la mente en Dios, de purificar a la mente de todo mal, y de adorar al Señor mediante todas las acciones, palabras y pensamientos. Las distinciones de sexo, casta, estado o etapa de la vida afectan únicamente a aquellos que viven en la conciencia del cuerpo como realidad y que actúan como si este mundo fuese absoluto y eterno."

A esto, Arjuna dijo: "¡Krishna! La contemplación de Lo sinForma, sin características, es muy difícil, ¿verdad? Para aquellos que identifican al ser con el cuerpo, ¿puede la adoración del aspecto con Forma de Dios, que está al alcance del hombre común producir la pureza de la mente y la pureza de los instrumentos de la conciencia? Por favor, ilústrame".