”Soy como el árbol colmador de deseos (Kalpavriksha). Mi labor es darle a cada cual lo que pide. No tengo ni prejuicios ni favoritismos. Ni siquiera la sombra de la crueldad puede tocarme. Ninguna falta puede imputárseme. Los rayos del Sol caen en forma pareja sobre todos aquellos que están en su camino; pero si uno se encuentra debajo de algo, como por ejemplo, dentro de un cuarto cerrado, ¿cómo podría el Sol iluminarlo? Entonces, cultiva los anhelos más elevados y alcanzarás los estados superiores. La falta está en el aspirante y sus aspiraciones, no en la actitud del Señor.
”¡Arjuna! El hombre deja de reverenciarme y de buscarme, a Mí que soy su propio ser. ¡Qué necio! No está ansioso de alcanzarme; pero por otra parte, persigue logros menores, que son temporales, falsos, transitorios. Te diré la razón de esta extraña y estúpida conducta. La dedicación al karma da resultados inmediatos; el hombre busca lo que es asequible aquí y ahora, en forma concreta, susceptible de ser captada por los sentidos. El hombre generalmente considera la realidad última como demasiado difícil de lograr; y así se deja atraer por los placeres frívolos, alejándose del gozo pleno que deriva del hecho de trascender los sentidos.
”El logro del conocimiento (jñana) es la victoria interna y se gana después de una larga y ardua lucha. Los hombres generalmente carecen de la paciencia necesaria; además, le conceden mayor importancia al cuerpo denso (sthula sarira). El cuerpo sólo puede sentirse feliz con los objetos que complacen sus sentidos, y por eso, los hombres no buscan el conocimiento que los llevaría por senderos apartados de los sentidos. Anhelan tener los poderes para la acción (karmasiddhi), pero no procuran los del conocimiento (jñanasiddhi). Los cautivos de los impulsos del intelecto son menos que los cautivos de los sentidos y sus impulsos. Los de mentalidad sensual son atraídos por lo obvio, lo patente, lo perceptible y lo físico. Los pocos que tienen una mentalidad inclinada hacia lo espiritual anhelan lo imperceptible, la invisible Bienaventuranza de fundirse en el Absoluto Universal. El suyo es el sendero correcto. La dedicación exclusiva al karma es el incorrecto. Mi tarea es explicarles a todos el valor de los karmas correctos (dharma-karmas) y que han de ser adoptados después de hacer una adecuada distinción.
”Pero, Arjuna, hay un método para reavivar el Dharma, la tarea para la cual he venido. Es la organización de las cuatro clases o varnas (chathurvarnyam), basadas en la actividad (karma) y la cualidad o característica (guna) de cada uno. El sistema de las clases o castas (varna) es esencial para el funcionamiento del mundo. Su significado no es fácil de captar. Algunos se desvían por creer que causa inquietud y divide a los hombres. Pero si se analiza el problema, entonces se verá claramente cuál es la verdad. Considerar que el sistema de castas no es benéfico, sólo muestra ignorancia. Un juicio semejante crea confusión. Yo he establecido esta organización con el objeto de promover el bienestar del mundo, es decir, su tranquilidad (lokakshema). Las castas o clases ayudan al hombre a elegir las actividades que vayan
de acuerdo con sus capacidades y de esa manera realizarse a sí mismo. Sin esa diferenciación el hombre no puede lograr la felicidad ni por un momento.
”Para lograr éxito en las actividades el sistema de castas es como el mismo aliento. Aquellos que están dotados del guna sátvico (puro y equilibrado), que han alcanzado el pleno Conocimiento de Brahman (Dios), que promueven la vida espiritual, moral y progresista, que ayudan a los demás a lograr la Bienaventuranza de visualizar la realidad de su naturaleza, ésos son los brahmines. Aquellos que montan la guardia y protegen el sólido sistema político, la ley y la justicia, así como el bienestar y la prosperidad del país, que protegen el orden moral establecido y mantienen controlados a los malvados y a los inmorales, que acuden al salvamento de los débiles y de los afligidos, ésos son los guerreros (kshatriyas).
”Aquellos que almacenan y proveen dentro de límites apropiados lo necesario para que toda la gente pueda llevar una existencia física feliz, son los vaisyas o comerciantes. Aquellos que colocan los cimientos del bienestar humano mediante actividades de servicio y aportan la fuerza y los músculos, son los sudras. Así es como he establecido estas cuatro castas. Si estas castas desempeñan los deberes que se les han asignado, la humanidad alcanzará un progreso cabal. Como resultado de este sistema, se obtiene una división del trabajo y los individuos llevan una vida social feliz y armoniosa, sin pesar ni temor. Este sistema de las castas es un ejemplo de la Gracia que el Señor ha conferido a la India.”
La gente de la India es en verdad bendita, pues considera cada acto suyo como la mera ejecución de la orden del Señor y como algo que la conduce hacia Su Gracia. Hay que reflexionar sobre este punto. Es un tema importante. El divino mandato se encuentra ahora ante el gran peligro de verse reducido a la nada. Si los dirigentes cambian este sistema de clases, el mundo no obtendrá el bienestar. Mucha gente arguye y opina que la India llegó a la triste condición en que se encuentra, debido a este sistema de castas. Pero estas personas deberían reflexionar un momento y formular estas otras preguntas: ¿Ha sobrevivido el país como resultado de este sistema o ha llegado a esta triste condición porque el sistema se ha debilitado? Entonces, basados en una atinada conclusión, podrán aconsejar la eliminación de las clases. Si la gente critica la organización de las castas sin haber hecho una investigación imparcial, su opinión no debe tomarse en cuenta.
Por supuesto, es un hecho que el sistema se ha desviado de su propio sendero y se ha encaminado en direcciones equivocadas; esto lo han notado muchos grandes hombres. Pero esto no puede ser razón suficiente para condenarlo. Por el solo hecho de que la pierna esté desempeñando el trabajo de la mano y la cabeza la función de los pies, no es aconsejable cortar las manos y los pies. Tienen que hacerse esfuerzos para enderezar las cosas, en vez de destruir el sistema mismo.
El sistema de las clases no es la causa de toda esta confusión e inquietud. La falta estriba más bien en la forma desordenada como se ha desarrollado. Se convirtió en un juguete en manos de toda clase de gente y así perdió su simetría y armonía originales. Este sistema es esencial, no tan sólo para la India, sino también para el mundo. En países fuera de la India, este sistema no es desconocido. El nombre podrá ser diferente; pero su funcionamiento es el mismo. Allá también hay cuatro clases de personas: los que enseñan (sikshaka varga), los que cuidan (rakshaka varga), los que proveen (vanig varga) y los trabajadores (sramika varga). En la India, las clases se determinan por el origen del individuo; en otras partes del mundo por la actividad que desarrolla o karma, o sea por el trabajo que cada uno desempeña. Esa es la distinción.
Ahora bien, entre los brahmines que fueron honrados al ser colocados en el primer cuadro, muchos son los que han abandonado el sendero y se han perdido por caminos indignos. De igual manera, en la cuarta casta, la de los sudras, se pueden ver muchos que están motivados por ideales sagrados, por elevadas aspiraciones espirituales, y que están luchando por lograr pureza mental como un medio de realizarse. Por el solo hecho de que estas cosas sucedan, no es apropiado concluir que la organización de las cuatro castas en que está dividida la sociedad humana es inútil.
Extraído del libro: “El Gita”, capítulo VIII.
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