¿Cuándo deberíamos empezar el Seva? – Resúmen del Discurso Divino – 14 de noviembre de 2019.
Aunque nacemos puros, adquirimos impurezas en términos de “yo” y “mío” y por lo tanto nos contaminamos. El veneno mundano entra en la mente del niño cuando otros le dicen de diferenciar entre los que le pertenecen y los que no. No alguien más; los propios padres le dicen: “Mira, esta es nuestra gente. Esta es nuestra familia; ellos no son nuestros. No hagas nada por ellos”. Y así es como el niño aprende a ser egoísta, autocentrado. Decimos “Día del Niño”; realmente el único día que debería celebrarse es el Día del Niño, porque los niños son iguales a Dios. Sus corazones son puros. No conocen la diferencia entre los nuestros y los demás. Su corazón está dispuesto a soportar el dolor y el sufrimiento de todos. Si sólo pudiéramos conservar el corazón del niño aun cuando nuestros cuerpos y mentes crecen, moriríamos como dioses.
La abnegación es pureza. El egoísmo es impureza. Así que aquellos que se vuelven desinteresados, se vuelven puros, permanecen puros. Permanecer desinteresado es todo el esfuerzo que debemos hacer y eso es espiritualidad en el verdadero sentido. Porque el que tiene una visión espiritual no diferencia entre los nuestros y los otros; para él todo es suyo, todo le pertenece. Lo que han aprendido sobre el altruísmo, sobre el sacrificio, no tienen que esperar un día más para practicarlo una vez que terminen su educación, sino que aquí y ahora, mientras viven tienen la oportunidad de practicar estos valores. Empiecen aquí para ayudar, para servir a los demás, para practicar el desinterés. Si pueden hacerlo bien aquí, en su vida también, dondequiera que vayan, podrán practicar estos valores sin ninguna duda.
Comiencen el sacrificio, inicien el Seva primero, no se preocupen por cómo lo harán, cómo vendrán todas estas cosas, quién los ayudará, cómo seguirán adelante. No tengan tales temores. Con total fe en el poder de la bondad, en el poder de la abnegación, sacrifiquen por el bien de los otros y todo lo demás seguirá. Y una vez que den el primer paso con fe, el camino se revelará. Háganlo porque esa es su naturaleza básica, esa es su naturaleza interior con la que han nacido. Dar, sacrificar es natural para los humanos; acaparar, esconder es antinatural. La gente piensa que es natural guardar y acumular y no es natural sacrificar y dar, lo cual está mal. Por eso son miserables a pesar de tener todo lo que desean. Lo antinatural es ser egoísta, no estar dispuestos a sacrificar. Esto es antinatural y eso es lo que causa la miseria, mientras que el que sirve siempre es feliz. Que conserven la pureza con la que nacieron. Que continúen siendo niños en sus vidas, y que puedan sentir compasión y sacrificar por los demás como los niños.