DISCURSO DIVINO
Visita divina a Alemania | Abril, 2016.
¿Cuál es el secreto de Dios viniendo como una encarnación?
Él desciende desde el cielo hasta esta Tierra, tanto con consciencia individual como con consciencia Divina, por
compasión y amor hacia Sus devotos. (Poema Telugu)
¡Encarnaciones del Atma Divino!
Dios no tiene un nombre o una forma particulares. Él toma el nombre y la forma que le dan Sus devotos. Basándose en la devoción de los devotos, Él se manifiesta de una forma
determinada. Por el bien de los devotos, que se vinculan con el nombre y la forma, la Divinidad sin nombre y sin forma se manifiesta con un nombre y una forma.
Cuando la Conciencia Divina decide limitarse en una conciencia humana, se manifiesta como
el cuerpo de un Avatar.
A un nivel básico, no hay diferencia entre los dos, puesto que la cualidad de la Divinidad es la misma, ya sea sin forma o teniendo una forma.
Sin embargo, para aquellos que tienen una forma física, es muy difícil comprender lo que no tiene forma.
Por el bien de los devotos que están limitados por la naturaleza de la forma, la Divinidad también
toma una forma y nombre particulares.
Éste es el secreto de todas las encarnaciones a
lo largo de los tiempos.
La Conciencia Divina puede manifestarse como Jesús en un lugar; la misma manifestación podría ser un Buda en otro lugar; de manera similar, la misma manifestación puede ser
Rama, Krishna o Sai Baba.
Cuando los Avatares culminan la misión para la cual han
venido, ellos regresan al aspecto sin forma, dejando atrás la forma.
Si entendéis esto, entenderéis las maneras de obrar de las encarnaciones, los Avatares.
Como ejemplo, el agua existe en todas partes en la forma de vapor de agua. Vosotros no podéis ver, oír, tocar ni saborear este vapor, que es otra forma del agua. Si tenéis sed, no podéis satisfacer esta sed con vapor de agua, aunque éste se encuentre a vuestro alrededor. Sin embargo, cuando sopla una brisa fresca y la temperatura desciende, el vapor se convierte en nubes. Debido al frío, el vapor se condensa y se convierte en gotas de agua. Cuando esta agua se derrama sobre la tierra como lluvia, podéis recogerla, beberla y saciar vuestra sed.
El agua que cae como lluvia en Alemania no es diferente del agua que cae en la India.
La sed que siente una persona en Alemania no es diferente de la que siente una persona en la India.
Ya sea que un indio beba agua de lluvia alemana o que un alemán beba agua de lluvia india, ambos estarán satisfechos y su sed será saciada.
La calidad del agua sigue siendo la misma, sin importar el lugar o la geografía donde ésta haya caído.
Toda agua es conocida por su propiedad de saciar la sed.
Si ponéis agua en un vaso de cristal, ésta adoptará la forma del vaso; si ponéis agua en una olla de barro, éste adoptará la forma de la olla; de manera similar, si ponéis agua dentro de una vasija grande, ésta adoptará la forma de la vasija.
El agua adopta la forma del recipiente donde se mantiene.
Si una persona en la India pone agua en una vasija de barro, el agua adoptará la forma de la vasija de barro. Si una persona almacena aquí agua en una jarra de vidrio, el agua
adoptará la forma de la jarra de vidrio.
Según sea la forma y el tamaño del recipiente que
la contiene, el agua adoptará la misma forma y tamaño. Asimismo, si el agua se conserva
en una botella roja, se verá de color rojo; si se conserva en una botella verde, se verá verde.
No obstante, por sí sola, el agua no tiene color ni forma ni tamaño. De acuerdo al color, forma y tamaño del envase, el agua adquiere el mismo color, forma y tamaño.
Del mismo modo, la Divinidad es una y la misma. Toma una forma según la devoción de los devotos. Para algunos, ésta aparece como Jesús, para otros, como Buda, Rama, Krishna o Sai Baba; todos son varios recipientes que contienen la misma agua divina en su interior. Ya sea que experimentéis el amor de Jesús, de Buda, de Alá, de Sai Baba, de Rama o de Krishna, o de cualquiera de estos Avatares, vuestra sed espiritual será saciada.
Sin embargo, llega un momento cuando el
Avatar descarta el envase donde ha vivido.
Entonces, la Divinidad ya no está limitada
a un lugar o tiempo, a una vasija. El agua
puede almacenarse y conservarse en tanto
sea agua. Sin embargo, una vez que ésta
se convierte otra vez en vapor de agua, se
vuelve ilimitada y llega a todas partes. Ésta
es la manera en la cual lo sin forma toma
una forma y la forma se vuelve a transformar
en lo sin forma. Todos pueden ver la lluvia
cayendo a la tierra, pero nadie puede ver el agua en la tierra regresando al cielo.
Vosotros veis sólo la mitad de la verdad, que es perceptible para vuestros sentidos físicos cuando la lluvia cae.
No obstante, cuando la misma agua del mar se transforma en vapor y regresa al cielo, vuestros ojos físicos son incapaces de presenciarlo.
Sólo porque no veis el agua convirtiéndose en vapor, ¿significa que eso no ocurre? ¡Ocurre todo el tiempo!
Así es como las nubes se forman y vienen las lluvias una y otra vez. Sólo veis una mitad de la verdad, pero no veis la otra mitad. Vuestro entendimiento sobre la verdad es sólo
a medias, no es completo.
Queridos, la verdad de que el Avatar viene en un cuerpo y está disponible para Sus devotos es sólo una verdad a medias. Cuando un Avatar decide abandonar Su cuerpo
y se transforma en Su Ser sin forma, esa es la otra mitad que vosotros no veis.
Para comprender el secreto de las encarnaciones, hay que ver la verdad en su totalidad.
Se debe entender todo este ciclo, no sólo la mitad. ¡La verdad a medias es peligrosa!
Sólo la verdad completa os liberará de la ignorancia.
Cuando alguien os pregunta: «¿Quién eres tú?», ¿cuál es vuestra respuesta? Decís: «Yo soy un hombre » o «Yo soy una mujer» o «Yo soy un niño».
Sin embargo, esto es sólo una verdad a medias. La otra mitad de la verdad es: «Yo soy Divino. Yo soy Divino. Yo soy Divino».
La misma Divinidad ha tomado una forma en todos vosotros; de hecho, en cada átomo de la creación. Puede haber una diferencia en la cantidad, pero la calidad es la misma.
Tanto la mota de polvo más pequeña como el ser más grande de la tierra, todo es Divino.
Si desarrolláis visión divina, veréis a toda la creación nada más que como la Divinidad.
Según es vuestra visión, así será la creación.
En una ocasión, Krishna llamó a los dos primos, Dharmaraja y Duryodhana.
Duryodhana era un hombre muy codicioso. So codicia fue la causa de la guerra del Mahabharata.
Aunque Dharmaraja era su propio primo, éste no quiso compartir ninguna parte de su reino con él. Como resultado, ellos lucharon y hubo una guerra. Krishna llamó a ambos
y les hizo una pregunta.
Él le preguntó al ambicioso y malvado Duryodhana: «¿Puedes
encontrarme una persona buena en todo el reino?».
Él dijo: «Oh sí, lo haré», y partió en busca de una persona buena por todo el reino.
Luego, Krishna llamó a Dharmaraja, el hermano bueno y noble, y le dijo: «¿Puedes encontrarme una persona mala en todo este reino?».
Dharmaraja también obedeció y dijo: «Sí, mi Señor, iré a buscar una persona mala, como me has pedido».
Transcurrido algún tiempo, los dos regresaron. Ambos se
mostraban muy tristes. Krishna estaba sorprendido y primero le preguntó al malvado Duryodhana: «¿Qué sucedió? ¿Encontraste siquiera una persona buena en tu reino?».
Duryodhana sacudió su cabeza con gran pesar y dijo: «¡Qué cosa más desafortunada!
En todo el reino, no pude encontrar ni una sola persona buena. En todo caso, si hay una buena persona en el reino, ¡soy sólo yo!».
Luego, Krishna llamó a Dharmaraja, el hermano bueno, y le preguntó: «¿Encontraste alguna persona mala en este reino?». Él también sacudió su cabeza con total desaliento y dijo: «Lo siento, Señor Krishna. No pude encontrar ni una mala persona en este reino. De hecho, si hay alguna mala persona en este reino, ¡debo ser yo!».
¿Cómo es que, en el mismo reino, uno no puede encontrar una persona mala y otro no puede encontrar una persona buena?
La verdad es que no hay ningún fallo con la creación; el fallo está en vuestra visión. La creación no es más que reflejo, reacción y resonancia; sólo refleja vuestro ser interior.
Si sois buenos, veréis bondad en todo. Si sois malvados, veréis maldad en todas partes. Eso sólo depende de vuestro sentimiento y no de la creación externa.
Es por ello que el que desarrolla su conciencia divina y su visión
divina, verá a toda la creación como Divina.
Si le preguntan a una persona que está llena de visión divina: «¿Dónde está Sai Baba?
¿Dónde no está Él? ¿Está aquí o allí?», esta persona dirá: «Sai Baba está en todas partes.
No es posible decir que Él está aquí o allí, porque Él está en todas partes».
Por lo tanto, desarrollen visión divina y sientan la Divinidad dentro y fuera de ustedes.
Es su derecho ser Divinos. Eso es lo que realmente sois.
Por eso he continuado dirigiéndome a vosotros como «Encarnaciones de la Divinidad», «Encarnaciones del
Atma» y «Encarnaciones del amor».
¿Cómo es que Swami está diciendo que sois Divinos, pero, aun así, no sois capaces de experimentarlo?
Queridos, aunque Yo os dé el pedazo de chocolate más dulce, si tenéis fiebre, no seréis capaces de saborearlo. Debido al problema de la fiebre en vuestro cuerpo, a vuestra lengua le sabrá todo amargo y no será capaz de entender la dulzura.
Si tenéis ictericia, vuestros ojos verán sólo amarillo por todas partes. Incluso si se trata de otro color, veréis sólo amarillo. Por lo tanto, si no sois capaces de ver a la Divinidad en todas
partes, el fallo está en vosotros.
¿Qué es esta fiebre, esta enfermedad
que no os está dejando experimentar la
Divinidad? Es el ego; el sentimiento de
«yo», de que «ustedes son este cuerpo, son
esta mente»; ese es el ego y esa es la
enfermedad que no les está permitiendo
experimentar la Divinidad.
Si hay «yo», no puede haber Sai,
pero si hay Sai, no puede
haber «yo».
Por consiguiente, si abandonan
el «yo», tendran a Sai.
Después de todo, ¿qué son ustedes? ¿Qué es su existencia en toda esta creación?
Hoy estamos sentados en este salón, en esta ciudad, en este país, en esta tierra que está dentro del sistema solar, que está dentro de las galaxias y los universos.
¿Cuál es su tamaño ante toda esta creación? ¿Dónde está el margen para tener ego?
Ustedes son un diminuto aspecto en esta vasta creación de Dios. Por tal motivo, abandonen este sentimiento de ego, abandonen este sentimiento de «yo» y busquen a Sai en todos.
Todos estos vasos con agua son diferentes, pero el agua en ellos es la misma.
Ya sea que Narasimha Murthy beba de éste, que Sreenivas beba de éste otro, que Tigrett beba de ese o que quienquiera beba de aquel, es la misma agua la que saciará su sed.
Los vasos son diferentes, pero el agua es la misma.
De modo similar, todos vosotros tenéis cuerpos diferentes, pero la Divinidad en el interior es la misma. Alguien puede ser un vaso de oro, otro puede ser un vaso de plata,
otro puede ser de vidrio, pero el valor o la calidad del agua es la misma en todos.
Ya sean ricos o pobres, eruditos o ignorantes, ancianos o jóvenes, la Divinidad es la misma.
Así pues, quien sea que venga hacia ustedes, tratenlo como divino.
No vayan en busca de algo que está justo enfrente de vosotros. Sai Baba no está en algún otro lugar; Él está
en ustedes, alrededor de ustedes, por encima de ustedes, por debajo de ustedes y en cada uno de ustedes.
Sólo cuando abandonen el ego y el apego podrán desarrollar esta visión de verlo a Él en cada aspecto de la creación.
Conforme a vuestro amor y devoción, Él toma una forma y llega a vosotros como un Avatar.
Sin embargo, es sólo una experiencia temporal. Todo es temporal en este mundo. Cuando Dios toma un cuerpo, ese cuerpo del Avatar también será temporal.
Lo que está hecho de los cinco elementos debe regresar a los cinco elementos. Ésta es la regla de la creación que incluso Dios debe seguir, así como el director de una escuela debe ser el primero en seguir las reglas de la escuela.
Si él no sigue las reglas, ¿cómo puede pretender que otros
las sigan? De la misma manera, el cuerpo tuvo que ser abandonado, ya que el momento había llegado y el trabajo había finalizado.
Sai todavía existe como el Ser divino, como el amor divino, y Él trabaja a través de todos vosotros. Sólo porque no veis el aire, no significa que éste no exista.
Aun si no son conscientes de estar respirando, están inhalando y exhalando ese aire. La prueba del aire es que hoy están vivos. Es este aire invisible lo que respiran y por eso viven. La prueba
de que Swami sin duda está presente yace en vuestra propia existencia. Si todos vosotros
están vivos todavía, están siendo sostenidos por la misma Divinidad, que es Swami.
Tengan fe en estas palabras de Swami, esfuércense y realicen vuestro verdadero Ser.
El trabajo que realizan para tomar conciencia de su Divinidad es el único trabajo que merece la pena realizar; todo lo demás es un desperdicio.
Cualquiera que sea su profesión, cualquiera que sea su trabajo, haganlo de manera tal que los acerque más a su Ser divino.
No tienen que abandonar su familia, su hogar o su
trabajo y marcharse a un bosque para realizar la Divinidad. Sus manos deben estar en la sociedad y sus cabeza debe estar en el bosque. Mientras trabajen en la sociedad, como todos los demás, deberán trabajar sin ego ni apegos. Así, mientras están
aquí, ahora mismo, pueden realizar su Divinidad. No hagan esfuerzos inútiles en buscarme fuera de ustedes, donde no Me encontraran. Conozcanme a Mí como su Ser interior; encuentrenme dentro.
S-a-i es «Mira siempre en tu interior»* ; sólo entonces
encontrarán a Sai.
*: Juego de palabras en inglés entre Sai y Su acrónimo:
S See: Mirad; A Always: siempre; I Inside: en el interior.
Estoy muy feliz de estar aquí hoy. He venido junto con Mi gente para que ellos puedan ver qué clase de devotos tiene Swami en el mundo. También es para que todos ustedes vean la clase de servidores tengo Yo, a quienes he traído hasta aquí.
Ellos tienen mucho que aprender de ustedes y ustedes tienen mucho que aprender de ellos.
¡Aprended los unos de los otros!
Saha navavatu saha nau bhunaktu, trabajemos juntos, crezcamos juntos, vivamos juntos con gran vigor; que nadie tenga malos sentimientos.
Éste es vuestro mantra.
...BABA.