ENTREVISTA
CON LA SRA. PREENI
Cortesía
de Radio, Armonía Global
Les presentamos ahora una conversación
con la Sra. Preeni, ex alumna del Campus de Anantapur, Instituto de Enseñanza
Superior Sri Sathya Sai. Conversando con ella está el Profesor G. Venkataraman.
Prof G.V.
Sai
Ram Preeni, y bienvenida a nuestros estudios de grabación. ¿Alguna vez has
pensado que un día serías entrevistada en este programa de Radio Sai?
Sra.
P.
No
¡Realmente no me lo esperaba!
Prof G.V.
¿Has
tenido alguna vez la posibilidad de oír nuestra emisión fuera de Prashanti
Nilayam? ¡Esperamos que pronto seas capaz de oírla estés donde estés! Ahora
cuéntame un poco acerca de ti. Estudiaste en el Instituto de Anantapur,
¿cierto?
Sra.
P.
Entré
en Anantapur en el año 1980, para dos años de estudios pre-universitarios.
Fuimos el primer curso en hacerlo. Estudié Comercio.
Prof G.V.
¿Cómo
es que estudiaste en Anantapur? Eres de Sri Lanka, ¿qué es lo que te atrajo?
Sra.
P.
La
primera vez que vine, no venía planeando estudiar en el Instituto de Anantapur.
Yo venía de un trasfondo muy diferente. Pero por aquel entonces, mi madre
estaba aquí. Ahora lleva aquí más de 20 años, pero en aquel momento llevaba
casi un año aquí, haciendo servicio.
Prof G.V.
¿Así
que viniste a ver a tu madre?
Sra.
P.
Y
a ver a Swami, claro. Pero era la primera vez que venía a ver a Swami.
Prof G.V.
¿Conocías
a Swami ya en Sri Lanka?
Sra.
P.
Si.
He sabido de Swami desde mi niñez.
Prof G.V.
¿Cómo
conoció tu madre a Swami?
Sra. P.
Ella
siempre había estado interesada en la Espiritualidad, y un día unos amigos le
dieron unos libros acerca de Swami, y comenzó a leerlos. Las enseñanzas de
Swami, eso fue lo que la trajo a Swami. Sus enseñanzas...
Prof G.V.
Quisiera
hacerte una pregunta – ¿eres Budista, verdad? ¿No tuviste problemas en
reconciliar las enseñanzas del Buda con las enseñanzas de Swami?
Sra. P.
Bueno,
yo vengo de un trasfondo budista, pero estudié en una escuela de la Misión
Anglicana y...
Prof G.V.
¡Eso
debería haberte complicado las cosas aún más!
Sra. P.
Puede,
pero los budistas son muy tolerantes. Al mismo tiempo mi madre también solía
visitar un templo Hindú regularmente, un templo que estaba al lado del templo
Budista. Así que yo crecí expuesta a tres religiones al mismo tiempo…
Prof G.V.
¡Creciste con unidad de credos! ¿Cómo
fue tu experiencia en Anantapur, en los primeros días del Instituto?
Sra. P.
No
fue fácil ajustarme, porque yo venía de una familia muy occidentalizada, y
había muchas cosas que tuve que des-aprender, y muchas cosas a las que me tuve
que acostumbrar.
Prof G.V.
Y
supongo que también tuviste que acostumbrarte al calor - en Anantapur hace
mucho calor...
Sra. P.
Si,
¡los veranos eran terribles! Lo que realmente me ayudó fue la Gracia de
Swami...
Prof G.V.
Swami
solía visitar Anantapur con frecuencia en aquellos días, ¿no es cierto?
Sra. P.
A
veces, pero también nosotras veníamos a Puttaparthi a menudo. Y Swami solía
hablarme, y darme la fortaleza y los ánimos para acostumbrarme a la vida de
Ashram y a la vida en el Instituto, y poco a poco me adapté.
Prof G.V.
¿Hay
alguna cosa muy especial que recuerdes de aquellos días?
Sra. P.
Bueno,
físicamente supongo que teníamos más acceso a Swami que las estudiantes de hoy
día, porque había menos gente. Y cuando veníamos, normalmente una vez al mes,
nos solía llamar al templito interno y hablarnos, y nos daba consejos acerca de
cómo nos debíamos comportar, cómo debíamos ser un ejemplo de un estudiante del
Instituto Sathya Sai, y cómo nos debíamos comportar con nuestros suegros cuando
nos casáramos. Durante esas charlas Swami nos daba muchos consejos paternales.
Yo me apunté algunos de esos discursos, y aún hoy en día los leo a veces y me
traen hermosas memorias. Y Swami vino un par de veces a Anantapur cuando yo
estudiaba allí, y tuvimos la oportunidad de presentar programas culturales,
obras de teatro, y también una especie de encuentro deportivo delante Suyo, y
comimos en Su Presencia. Así que tuvimos algunos momentos de intimidad que
probablemente las estudiantes de hoy día no tienen, porque el número de
estudiantes ha aumentado mucho.
Prof G.V.
La
multitud de gente también ha aumentado mucho – no debiera decir gente, los
devotos. En aquellos días todavía estaban en pie los viejos arcos, y había la
arena…
Sra.
P.
¡El
amanecer y el atardecer allí sentados eran bellísimos! Y Swami caminaba entre
nosotros con frecuencia... ¡Pero los tiempos han cambiado, y hemos de aprender
a ajustarnos a los tiempos!
Prof G.V.
Después
de acabar el Instituto ¿qué hiciste?
Sra.
P.
Regresé
brevemente a Sri Lanka, pues en Anantapur no había nada en la línea de
Comercio. Y entonces me casé, y nos fuimos a vivir a Nueva Zelanda, a Auckland.
Era a final de los años 80.
Prof G.V.
Y
te involucraste bastante en las actividades del centro Sai de allá…
Sra.
P.
Si.
Desde el principio, cuando llegué, se dio por hecho de que siendo una alumna
del Instituto de Swami, participaría de lleno. Incluso en aquella época, la
Organización Sai era bastante grande, y yo comencé a dar clases de Educación
Espiritual, de Valores Humanos, y también participé en otros centros Sai algo
más grandes en Auckland. Y al cabo de unos meses me hicieron Coordinadora
Espiritual a nivel nacional, porque la señora que había ocupado esa posición
dimitió, y querían que yo asumiera ese cargo. Así que a pesar de que yo por
aquel entonces era muy joven accedí, con el apoyo de los que en aquellos
momentos eran los dirigentes de la Organización Sai, lo tomé como un desafío, y
con la Gracia de Swami...
Prof G.V.
¿Cuantos
años viviste en Nueva Zelanda, antes de ir a Europa?
Sra.
P.
Casi
ocho años. Luego, en el ´97, mi marido fue a Bosnia, y yo le seguí en el ´98.
Prof G.V.
¡Bosnia!
Eso nos recuerda a la guerra - ¿Cómo es que fuiste a Bosnia?
Sra.
P.
Mi
marido trabaja para la ONU, y de Nueva York le habían asignado a Bosnia, en la
misión de paz de la ONU, en el campo administrativo. Yo no quería ir,
realmente, pues llevaba una buena vida en Auckland, tenía mi trabajo regular y
también muchas actividades relacionadas al centro Sai, y tenía una vida muy
cómoda. Y no sabia qué es lo que iba a hacer en Bosnia, no sabia ni si allí
habría siquiera un devoto de Swami...
Prof G.V.
¡Aparte
de tu marido, claro! (risas) ¡No le va a gustar que le omitas!
Sra.
P.
(Risas)
¡Si, cierto!
Prof G.V.
Pero
a pesar de todo fuiste…
Sra.
P.
Bueno,
de hecho fue Swami quien me dijo en una entrevista que debía ir, que no estaba
bien que mi marido estuviera en un país y yo en otro, dijo que debíamos estar
juntos.
Prof G.V.
Cuando
llegaste a Bosnia, ¿cual fue tu primera impresión del país? La guerra en aquel
entonces ya había acabado, ¿no es cierto?
Sra.
P.
Si,
la guerra en si ya había acabado, pero económicamente el país estaba en muy
malas condiciones...
Prof G.V.
Y
la destrucción, los daños causados por la guerra estaban muy presentes,
¿verdad?
Sra.
P.
Si,
eran muy visibles. También había muchas minas, incluso en Sarajevo. Vivíamos en
la capital de Sarajevo.
Prof G.V.
Aparte
de las minas - la destrucción de edificios. Me acuerdo haber visto muchas
fotos, eran terribles.
Sra.
P.
Se
destruyeron muchos edificios. Y la gente no tenía dinero, no tenía trabajo, no
podían limpiar la ciudad...
Prof G.V.
¿La
gente en Bosnia es, en su mayoría, Musulmana?
Sra.
P.
Bosnia
tiene tres diferentes grupos étnicos o religiosos: los Cristianos católicos,
los Cristianos ortodoxos, y los Musulmanes. Pero predominan los Musulmanes.
Prof G.V.
Al
principio te debe haber resultado una experiencia muy difícil - el país estaba
destrozado por la guerra, la cultura era diferente, el idioma era diferente, y
tal vez también el estilo de vida era diferente. ¿Cómo lo manejaste?
Sra.
P.
A
pesar de que es una cultura Musulmana, de cierta forma están muy
occidentalizados. Pero el idioma si que era una dificultad mayor, nadie hablaba
inglés, en su mayoría hablaban ruso, alemán, y por supuesto el idioma Serbo
croata, y al principio no fue fácil...
Prof G.V.
¿Encontraste
a devotos Sai en Bosnia?
Sra.
P.
Bueno
– nos encontramos con que nuestro apartamento estaba a sólo cinco minutos a pie
del centro Sai de Sarajevo. ¡Eso para mi fue una muy grata sorpresa!
Prof G.V.
¡Interesante!
Tienes alguna idea de cómo se dio que hubiera un centro Sai allí, en Sarajevo?
Sra.
P.
En
Bosnia han habido devotos Sai desde hace muchos años. No sé realmente cómo
comenzó, pero han oído y sabido de Swami desde hace muchos años.
Prof G.V.
Y
cuando fuiste a este centro Sai, a 5 minutos de tu casa, ¿te sentiste en casa,
ahí?
Sra.
P.
Bueno
– era algo diferente…
Prof G.V.
¿Pero
seguramente verías la foto de Swami, allí?
Sra.
P.
Si,
había muchas fotos en las paredes. Era una sala muy pequeña y había mucha, mucha
gente, así que estábamos todos bastante apretujados allí, en ese pequeño
cuarto, con un montón de personas que de hecho no podían comunicarse con
nosotros debido al idioma…
Prof G.V.
¿Y
los bhajans? Son una manera de comunicarse…
Sra.
P.
Si,
cantaban bhajans en sánscrito.
Prof G.V.
¿Y
eso no hizo que te sintieras como en casa?
Sra.
P.
Bueno,
la verdad es que yo soy más bien una persona que piensa que debiéramos cantar
siempre en varios idiomas, especialmente en la lengua del país en el que
vivimos…
Prof G.V.
¡Pero,
al menos en este caso, de esta manera cantaban bhajans que tú conocías!
Sra.
P.
Si.
¡No me quejé, desde luego!
Prof G.V.
Y
estos devotos Sai, eran Cristianos, Musulmanes, o ambos?
Sra.
P.
Habían
devotos pertenecientes a las tres diferentes religiones…
Prof G.V.
¿Y
se entendían bien entre ellos?
Sra.
P.
Si,
se llevaban todos muy bien. El coordinador del centro en aquel momento era
Musulmán.
Prof G.V.
Normalmente
se supone que a los musulmanes les resulta difícil aceptar nada que esté fuera
de lo establecido en su religión. ¿Cómo llegaron a Swami? ¿Les resultó fácil
aceptarlo?
Sra.
P.
Bueno,
Yugoslavia, bajo Tito, tenía un régimen Socialista, y aunque no se les
prohibía la religión, tampoco se les
animaba a que la practicaran. Así que la religión no era una parte realmente
importante en sus vidas.
Prof G.V.
Si,
eso fue cierto también de la Unión Soviética…
Sra.
P.
Probablemente
era algo más relajado que en la Unión Soviética.
Prof G.V.
Aún
así, Musulmanes que aceptaban a Baba, ¿no te parecía algo un poco extraño?
Sra.
P.
Si,
pero conocí a tantos Musulmanes que eran devotos Sai, que dejó de
sorprenderme...
Prof G.V.
¿Hay
alguna razón por la cual a ellos les resultara tan fácil el aceptar a Swami, en
comparación con otros musulmanes en otros lados?
Sra.
P.
Yo
diría que en Bosnia mismo, la cultura musulmana es muy relajada, más que en
otros países musulmanes. Y también, lo que pasó es que la guerra unió a los
devotos Sai aún más como una familia, compartieron sus experiencias unos con
otros, y eso les dio fuerza. Así que durante la guerra, su fe en Swami aumentó
aun más.
Prof G.V.
Mencionas
experiencias. ¿Podrías decirnos si alguno de estos devotos de Bosnia tuvo
experiencias espirituales de las que oímos hablar tantas veces?
Sra.
P.
Bien,
para explicarte un poco acerca de Bosnia y su situación - durante la guerra
todos ellos pasaron por unos tiempos muy difíciles...
Prof G.V.
¿Cuanto
duró la guerra?
Sra.
P.
Duró
casi cinco años.
Prof G.V.
¿Cinco
años? Eso es un tiempo muy largo ¡es casi tanto como duró la Segunda Guerra
Mundial!
Sra.
P.
Cierto.
No tenían comida, no tenían ropa, no tenían calefacción, y los inviernos allí
son muy severos. En Sarajevo solíamos tener de dos a tres metros de nieve, la
temperatura de noche a veces bajaba a
–20 C. Igual has oído hablar de que algunos años atrás, las Olimpiadas
de Invierno tuvieron lugar en Sarajevo. Es un lugar muy frío, así que el no
tener electricidad, y el no poder alimentar una hoguera, es una situación
terrible. Quemaban zapatos, y libros, y cualquier cosa que pudieran, solamente
para mantenerse calientes.
Durante
la guerra había también el problema del agua, no había agua. En toda la ciudad
sólo había dos lugares donde la gente podía ir a buscar agua, y había esas colas
para el agua, y las colas para el pan. Sarajevo es un valle rodeado de
montañas, y la gente del valle eran atacados desde las montañas. Así que cuando
se formaban estas colas, eran una meta muy fácil para la gente en las montañas,
que de esa manera les disparaban. En el centro Sai había una señora que se
llama Alejandra, ella un día me contó que una vez que estaba en la cola del
agua, vio la figura de Swami, o por lo menos la vio por atrás, estaba caminando
por el otro lado de la calle, justo se iba por la esquina, y ella se sintió muy
sorprendida, pensó que estaba soñando...
Prof G.V.
¿Eso
era a plena luz del día?
Sra.
P.
Si,
ella estaba en la cola para recoger agua, que era una cola muy larga, y vio a
Swami en el lado opuesto de la calle, justo estaba desapareciendo tras la
esquina, así que rápidamente cruzo la calle para seguirle, para ver si
realmente era Swami. Y en el momento en que cruzó la calle, una granada cayó
exactamente en el lugar en donde ella había estado parada en la cola.
Prof G.V.
La
salvo…
Sra.
P.
Si
ella hubiera estado allí unos momentos más ¡ya no estaría entre nosotros! Así
es como Swami la salvó, y esto no fue el único incidente que ella vivió. Hay un
mercado muy famoso en Sarajevo, se le llama el Mercado Verde, allí se venden toda
clase de verduras, y esta mujer, Alejandra, vive a 5 minutos del mercado. Un
día estaba en este mercado, comprando, y dice que una voz dentro le dijo, “Vete
a casa, vete a casa”.
Ella
lo ignoró, pensó, “No, yo tengo que acabar mi compra”. Pero esta voz continuó,
hasta que ya no la pudo ignorar más. Era una voz muy insistente, y ella sintió
fuertemente que era Swami diciéndole que se fuera a casa. Cuando ya no la pudo
ignorar más, se fue a su casa, que no estaba más que a cinco minutos andando, y
entonces oyó una explosión masiva. Mucha, mucha gente quedó herida, y hubo
gente que murió, y si ella se hubiera entretenido unos minutos más...
Prof.
G.V.
¡Así
que se salvo dos veces!
Sra.
P.
Ni
siquiera llegó hasta su casa, estaba en la puerta de su casa cuando oyó la
explosión…
Prof G.V.
Esto
me recuerda un incidente que me contó una persona de las Antillas, el
coordinador del centro Sai de allí. Parece ser que hay allí un hombre muy rico,
de descendencia africana, que un día iba en su coche, un Mercedes Benz, a gran
velocidad. Su idea era chocar y matarse. Y mientras estaba en eso, oyó una voz
que le decía, “Ven a Prashanti”. El no sabía qué es lo que estaba pasando, qué
era esa voz. Continuó a toda velocidad. Otra vez oyó, “Ven a Prashanti”. Siguió
conduciendo, pero preguntándose qué era eso. Y una tercera vez oyó, “Ven a
Prashanti”, con mucha urgencia. Se detuvo. No sabía lo que era Prashanti, no
sabía dónde estaba, no sabía lo que significaba. Pero sintió que no debía
morir. Entonces hizo algunas indagaciones, descubrió lo que Prashanti es, vino
a Prashanti y vio a Swami. Swami le dio una entrevista. Así que aquí había un
hombre que no sabía nada acerca de Swami y fue salvado por Swami en
circunstancias similares.
Allí
fue a través de oír la voz, aquí, en la historia que tú nos cuentas, fue a
través de la aparición física. ¡Es simplemente asombroso! ¿Hay alguna otra
historia similar que nos puedas contar? ¡Porque a nuestros oyentes les encantan
estas historias!
Sra.
P.
Bueno
– los devotos de allí se solían encontrar en la casa de uno de ellos, para
hacer sesiones de cantos devocionales, o para celebrar festivales. Pero durante
la guerra, todo el mundo sospechaba de todos los demás. Sospechabas de tu
vecino, que había sido amigo tuyo por muchos años, pero la guerra lo cambió
todo. Así que los devotos tenían miedo de que si se juntaban a cantar bhajans,
se les podría atacar, de que podrían tener problemas. Y había policía de
seguridad por todas partes. La mujer en casa de la cual se juntaban siempre para
cantar era una mujer mayor, y siempre estaba preocupada acerca de si iban a
tener problemas, porque los vecinos ya de por si le hacían la vida imposible.
Así que preparó respuestas en su mente, para el caso de que viniera la policía
a interrogarla.
Y
si, un día vino un policía a su casa, y ella estaba tan nerviosa al igual que
bien preparada con sus respuestas, que ¡ni siquiera le dio la oportunidad de
hacerle las preguntas, enseguida se puso a dar sus respuestas! El policía
parecía estar bastante divertido por esto, sabes, y supongo que ella también lo
estaba y sonaba confusa.
Cuando
él entró en la casa y comenzó a mirar a su alrededor, ella sintió miedo, porque
tenía una foto de Swami de tamaño natural, que se podía ver desde la entrada, y
no había tenido tiempo de esconderla. Así que pensó, “Ya está, se acabó, ahora
sí que tenemos un gran problema…”.
Pero
cuando después de abrirle la puerta al policía se volvió a mirar, ¡la foto de
Swami ya no estaba en su lugar! Ella estaba segura de haberla visto cuando fue
a abrir la puerta, así que no entendía qué podía haber pasado. Así pues, el
hombre miró a su alrededor, no vio nada extraño, y se volvió a ir, solamente le
dijo que tuviera cuidado con lo que hiciera. Y ella cerró la puerta tras suyo y
corrió hacia el lugar donde se suponía que debía estar la foto de Swami, y miró
a todo su alrededor, porque no entendía cómo la foto podía simplemente
desaparecer. Y vio que la foto había resbalado y caído bajo la alfombra. ¡Justo
antes de que entrara ese hombre, la fotografía había caído tras la alfombra!
Allí fue donde la encontró, para su gran asombro...
Prof G.V.
¿Y
nunca antes había sucedido?
Sra.
P.
Nunca
antes había sucedido. Y es una fotografía de tamaño natural, no es una
fotografía pequeña.
Prof G.V.
¡No
es muy fácil que caiga y se esconda tras la alfombra!
Sra.
P.
¡No,
no lo es! Es asombroso cómo Swami la ayudó en esa situación, para que no
tuviera problemas con el policía. Y otra historia interesante – realmente debo
decir que la devoción de esta gente hacia Swami fue una experiencia que me
enseñó la humildad, que pasando por esa terrible guerra, pero su devoción, su
fe nunca vaciló. Algunos miembros del centro Sai fueron heridos durante la
guerra, otros incluso murieron, pero ellos permanecieron muy firmes en su fe.
Una mujer llamada Ashra me explicó que en una ocasión, cuando ella estaba
llevando leña para la celebración de Shivaratri...
Prof G.V.
¿Leña
para calentarse?
Sra.
P.
Si.
Llevaba un saco de leña sobre sus espaldas cuando fue atacada por
francotiradores. Le dieron al saco, pero no la hirieron a ella. Y ella continuó
su camino, no se detuvo, continuó andando, pero rezándole a Swami, “¡Swami por
favor, déjame llegar al centro Sai, porque necesitamos esta leña, sino no
aguantaremos el cantar toda la noche!
Prof G.V.
¿Quieres
decir que aun continuaban con los bhajans durante la noche de Shivaratri? ¡Es
fantástico!
Sra.
P.
Toda
la noche. Incluso durante la guerra. ¡Aún teniendo que esquivar a
francotiradores para poder llegar con la leña! Y esa noche, cuando estaban
cantando, sintieron calor que emanaba de la foto de Swami. No era un calor que
calentara el cuarto entero, pero si acercabas tus manos a la foto de Swami,
emanaba suficiente calor para que lo pudieras sentir. Supongo que era una señal
de Swami para mostrarles que estaba ahí con ellos durante esos momentos tan
difíciles. Y eso los emocionó mucho, y les dio fuerzas para cantar toda aquella
noche.
Prof G.V.
Bien
- de Bosnia fuisteis a Israel, ¿es cierto eso?
Sra.
P.
Es
cierto.
Prof G.V.
¿Cómo
es el movimiento Sai en Israel? ¿Qué tal si nos cuentas un poco acerca de esto?
Sra.
P.
Fuimos
a Israel en el año 2000. Se nos reasignó a Israel, y llegamos allí justo antes
de que comenzara lo que llamamos la Intifada, el levantamiento Palestino. En el
momento en que llegamos, parecía que se iba a conseguir llegar a un acuerdo de
paz que el Presidente Clinton estaba tratando de organizar, pero
desafortunadamente no se logró. Había varios centros Sai, uno pequeño en Haifa
y uno algo mayor en Tel Aviv. Nosotros estábamos situados cerca de Haifa, así
que indagamos un poco y al cabo de unas semanas logramos encontrarlos, y
comenzamos a asistir de manera regular, una vez por semana, para participar en
los cantos devocionales.
Prof G.V.
Esta
gente en Israel, ¿cómo supieron de Swami? ¿y cómo fue que comenzaron a seguir
las enseñanzas de Swami? ¿Hubo alguna circunstancia especial que hizo que esto
sucediera?
Sra.
P.
Hay
una señora llamada Miriam, que vino a ver a Swami hace muchos años, hace unos
20 años. Ella se enteró de Swami, leyó acerca de Swami y vino a verle desde
Israel, y quedó convencida de que Swami es Dios. Y regresó a Israel y habló
acerca de Swami, algunas personas comenzaron a leer y lentamente el movimiento
creció en Israel...
Prof G.V.
¿Pero
allí hay mucha gente muy ortodoxa, no es cierto? ¿No pusieron objeciones?
Sra.
P.
Bueno,
en cierta manera tienes que ser cuidadoso hasta un cierto punto, la gente
ortodoxa no le da la bienvenida a ningún otro credo. Pero al mismo tiempo puedes
seguir tus creencias, hay lugar para la práctica de otros credos, en Israel. Y
de hecho, hoy día muchos Israelíes vienen a la India como turistas.
Así
que me encontré que fuera donde fuera, ya sea que fuera a enmarcar una foto de
Swami, o si tenia una foto en el coche, cuando iba a la gasolinera – todos
sabían acerca de Swami, de una manera u otra todos habían oído hablar de Swami.
Hace poco la Televisión Nacional de Israel incluso mostró un documental acerca
del Hospital de Super Especialidades...
Prof G.V.
¡Qué
interesante! Por supuesto, aquí de tanto en tanto vemos a devotos que llevan la
estrella de David. Hace dos semanas vi a algunos. Ahora, ¿cómo compararías el
movimiento Sai en Israel con el de Bosnia? ¡Si es que una comparación así es
justa!
Sra.
P.
En
Bosnia la organización estaba más orientada hacia el servicio, porque había
mucha necesidad de servicio.
Prof G.V.
Es
natural – hablando de servicio, creo que los devotos de Alemania prestaron
muchísimo servicio durante la guerra, ¿sabes algo acerca de ello?
Sra.
P.
Si,
ese servicio todavía continua. Los devotos Sai de Alemania – y no sólo devotos
Sai, también miembros de la comunidad, del público Alemán – donaban frutos
secos, ropa, medicina, libros, y diferentes artículos esenciales, y los
enviaban en camiones a Bosnia, al grupo Sai de Sarajevo, que los recolectaba y
los distribuía entre los refugiados. Los artículos donados eran almacenados en
una escuela, donde Ashra, la coordinadora, es maestra. En la escuela tenían
grandes cuartos que hacían de almacén. Los devotos Sai y algunos de los
refugiados que se beneficiaban del proyecto, clasificaban los objetos y luego los distribuían.
Prof G.V.
Dices
que en Bosnia la organización Sai esta muy orientada hacia el servicio. ¿Cuál
es la orientación en Israel?
Sra.
P.
Yo
diría que en Israel la gente tiene una buena calidad de vida, un nivel de vida
alto. Antes de asentarnos en Israel ya habíamos ido una vez, pero fue cuando al
cabo de pocas semanas fuimos evacuados por la Intifada. Después de esta
evacuación vine a ver a Swami, y en esa ocasión durante un Darshan, Swami me
preguntó, “¿Qué es lo que estás haciendo?” Me sorprendió tanto esa pregunta que
de repente fue lanzada hacia mí durante el Darshan, que no sabía qué decir,
porque recién habíamos llegado a Israel y todavía estábamos en el proceso de
instalarnos. Pero no quería decir que “no estoy haciendo nada”, así que dije,
“Swami, ahora estamos en Israel”.
Entonces
se volvió hacia mí y dijo: “¡Educación en Valores Humanos!”
Prof G.V.
¡Así
que te dio una pista!
Sra.
P.
Así
que me dio la pista de que a lo que debía dedicarme en Israel era a la
educación en Valores Humanos. Cuando fui a Israel por primera vez, me había
encontrado allí a una pareja que había estado en Puttaparthi por unas seis
semanas, y ellos estaban entusiasmados con el programa de Educación en Valores
Humanos. Pero el resto del grupo no sabía nada acerca de ello, y los mayores no
estaban tan entusiasmados, pues no sabían de qué se trataba. Supongo que Swami
nos mandó en el momento correcto, y yo estaba tratando de animarlos. Pero esto
fue una respuesta directa de Swami, de que éste es el camino a seguir.
Prof G.V.
¡Una
directiva directa!
Sra.
P.
¡Una
directiva directa, cierto! En esa primera estancia allí, les había dicho a mis
amigos en Israel que trataría de conseguir a alguien que nos entrenara
oficialmente en Educación en Valores Humanos antes de que fuéramos a las
escuelas. Y entonces, en esa visita aquí, como dos días después de que Swami me
hubiese dado esta directiva, me encontré con la coordinadora de Educación de
Inglaterra, Carole Alderman.
Prof G.V.
¿Creo
que ha hablado aquí en ocasión del Día de la Mujer, cierto?
Sra.
P.
Si,
es cierto. Yo había tratado de conseguir que Carole Alderman viniera a
Macedonia, que está al lado de Kosovo, una vez que se nos había asignado ahí
por un tiempo breve, para que entrenara a los facilitadores de los campos de
refugiados. Había dado una charla acerca de la Educación en Valores Humanos
allí, y estaban muy interesados en ello. Así que me había puesto en contacto
con Carole, pero de alguna manera no pudo ser, ella no pudo venir a Macedonia.
Pero
cuando me la encontré ahora, me dijo que esta vez definitivamente vendría, y un
par de meses más tarde, cuando regresamos a Israel, vino y tuvimos un taller
maravilloso en Israel, que fue atendido tanto por devotos Sai como por no
devotos. Y ahora tenemos regularmente un taller que dura tres meses, para gente
interesada en Educación en Valores Humanos.
Prof G.V.
¿Hay
interés?
Sra.
P.
Si,
hay mucho interés. Yo estuve enseñando Educación en Valores Humanos en una
escuela de la ONU en Israel, y lo hacemos en Haifa, y poco a poco se está
difundiendo. El Instituto de Educación de Maestros ha invitado al coordinador
de Educación en Valores Humanos israelí a dar un curso el año que viene...
Prof G.V.
¿Están
contentos con ello?
Sra.
P.
Están
muy contentos, están extremadamente contentos con ello.
Prof G.V.
¿Te
encontraste con alguien que hubiera tenido experiencias?
Sra.
P.
Bueno
- todo el mundo tiene experiencias, pero una en concreto de la cual me acuerdo
ahora, me la explicó la coordinadora israelí. Ella vive fuera de la ciudad, en
el campo. Una vez hubo un incendio muy sospechoso allí donde vive, donde la
zona residencial se ha extendido bastante. Es una zona muy bella. Hoy día hay
bastantes casas allí, y el fuego estaba llegando a la suya. Se les aconsejó que
cerraran todas las puertas y ventanas y salieran de la casa, y eso es lo que
hicieron. Ella se apresuró mucho, y cuando ya se estaban marchando, de repente
se acordó de que la túnica que Swami le había dado años atrás todavía estaba
dentro de la casa, y a pesar de que regresar suponía un gran riesgo para ella,
pensó, “No, no voy a permitir que nada le suceda a la túnica de Swami!” Así que
regresó a la casa, al dormitorio, para sacar la túnica. Y allí se dio cuenta de
que había dejado abierta una gran ventana en el dormitorio, la túnica estaba
justo al lado de esa ventana. Así que recogió la túnica y cerró la ventana y
salió. Y la casa se salvo del incendio.
Prof G.V.
Porque
cerró la ventana...
Sra.
P.
Si.
De otra forma, el viento – viven en un valle, cerca del mar – el viento habría
hecho que el fuego entrase en la casa y todo se habría quemado…
Prof G.V.
¿Qué es lo que les atrae, de Swami, a
los Israelíes?
Sra.
P.
Es
la enseñanza de Swami: la unidad (esencial) de las religiones; el “Ama a todos,
sirve a todos”, que es una Sus citas más famosas; la Educación en Valores
Humanos – y todos ellos buscan paz. Todos quieren paz, y creo que se han dado
cuenta de que éste es el camino a seguir.
Prof G.V.
¿Hay
muchos niños que atienden a las clases de Valores Humanos?
Sra.
P.
El
número está creciendo, poco a poco. Cuando di clases de Valores Humanos en la
escuela de la ONU, tenía cómo alumnos a niños que provenían de todas partes del
mundo...
Prof G.V.
¿Les
gustaban las clases?
Sra.
P.
¡Amaban
las clases! Y lo que más les gustaba era la parte de sentarse en silencio, o
meditación. Y eso fue una gran sorpresa para mí, porque eran todo adolescentes,
pero siempre me decían, “¡Lo mejor es el sentarse en silencio!”
Prof G.V.
¡Yo
pensaba que es muy difícil permanecer en silencio! Swami nos dice siempre,
“Practiquen el silencio” ¡y nadie lo quiere hacer!
Sra.
P.
Si,
¡también yo estaba muy sorprendida! Pero de hecho, incluso me lo pedían, me
decían, “¿Podemos hacer ahora el rato de sentarse en silencio?” ¡Y era un
pedido muy popular!
Prof G.V.
¡Asombroso!
Sra.
P.
Si.
Y muy alentador, porque eran niños que nunca habían sido expuestos a ningún
tipo de espiritualidad, por decirlo de alguna manera. Algunos de los niños ni
siquiera sabían acerca de Dios, ¡no conocían la palabra “Dios”!
Prof G.V.
¿En
Israel?
Sra.
P.
Estos
eran niños de la ONU, de diferentes partes del mundo.
Prof G.V.
¿Así
que, cómo les explicabas acerca de Dios?
Sra.
P.
Trataba
de no hablarles acerca de Dios, sino de concentrarme en los Valores…
Prof G.V.
Pero,
cuando te preguntaban acerca de Dios, ¿qué les decías?
Sra.
P.
Bueno,
había entre ellos algunos niños de Irlanda, que venían de un trasfondo
católico, y ellos mismos se lo explicaron a sus amigos…
Prof G.V.
¿Y
su explicación fue aceptada?
Sra.
P.
Si.
Prof G.V.
¿Como
describieron a Dios, estos niños de Irlanda? ¿Qué decían?
Sra.
P.
Bueno,
decían que Dios es una Persona a la que Le rezas, y por supuesto, relacionaban
a Dios con la iglesia, vas a la iglesia, y también decían que rezaban cada día
con sus padres. Y ¡algunos de los niños ni siquiera entendían qué es rezar!
Nunca habían oído hablar de oraciones, dijeron, “No hemos ido nunca a una
iglesia o a aun templo”. Yo estaba realmente muy sorprendida de que haya niños
que no sepan acerca de Dios…
Prof G.V.
Porque
estaban aislados…
Sra.
P.
Si,
lo sé. Fue algo nuevo para mí, que me abrió los ojos, porque supongo que yo
siempre he estado en compañía espiritual, de alguna manera.
Prof G.V.
¿Fueron
los niños capaces, en algún momento, de entender que los Valores vienen de
Dios? ¿O no llegaste a ello en el tiempo que estuviste allí?
Sra.
P.
No.
Porque estos niños estaban allí de seis meses a un año, y yo realmente me
quería concentrar en el aspecto de la Educación en Valores, y no quería entrar
demasiado en la religión, porque estaba dando las clases en una escuela. Así
que me concentré en los Valores. Y también en temas relacionados a la ONU, como
por ejemplo el concienciarlos acerca del peligro de las minas. Les di proyectos
acerca de la destrucción causada por las minas, lo cual entendían porque veían
a sus padres, que trabajaban para el Ejército, involucrados en estos temas. Yo
trataba de hacer las clases lo más prácticas posible para ellos.
Prof G.V.
Pero
los valores han de ser relacionados a un plano moral más elevado, o a un Poder
o a una Fuerza Superior, Dios es sólo una palabra para ello. Como decía Gandhi,
hay un Poder extraño y misterioso que nos controla, le puedes dar el nombre que
quieras. Este Poder Superior es lo que nos motiva desde dentro, es lo que
llamamos espíritu, lo que llamamos alma, y es lo que diferencia a un vegetal o
una piedra del ser humano. Y es este Poder lo que inspira la compasión en un
ser humano, lo que motiva la sensibilidad latente en el ser humano. Así que en
un momento u otro, junto con la abstracción de los Valores, el Poder tras de
ellos, su Origen, ha de ser transmitido de una manera u otra. ¿Formó esto parte
de tu enseñanza? ¿O es algo que viene más tarde?
Sra.
P.
Esto
viene más tarde, no en la etapa inicial.
Prof G.V.
No
en la etapa inicial. Sobretodo cuando han sido “resguardados” de Dios, por
decirlo de alguna manera...
Sra.
P.
Cierto.
Sabes, ha de ser de manera gradual, de manera que lo puedan entender. Y primero
tienen que tener confianza en mí, disfrutar del programa.
Prof G.V.
¿Cómo
reaccionaron los padres de los niños a este proyecto?
Sra.
P.
Estaban
muy contentos. Yo les enviaba los planes de las lecciones a casa. Y los
maestros estaban muy contentos con ello, y me pedían libros, planes de
lecciones, venían a las clases y se sentaban atrás, escuchando. Estaban
encantados con que diera estas clases, y querían que cuando me fuera les dejara
todo el material que tuviera, para que ellos pudiesen continuar aunque yo no
estuviese.
Prof G.V.
¿Algunos
de ellos mostraron interés en Swami?
Sra.
P.
Me
hicieron preguntas acerca de Swami, porque yo les había dicho que el origen de
este programa venia de Swami. Pero los maestros de la escuela no habían oído
hablar de Swami, a diferencia de otros Israelíes. Pero yo les había hablado de
Swami antes de comenzar el programa, les di material acerca del programa, y
acerca de cómo empezó, y de donde surgió, así que ellos conocían el trasfondo.
Prof G.V.
¿Dirías
que en Israel la conciencia acerca de Swami ha aumentado? ¿Y la Educación en
Valores Humanos, está difundiéndose?
Sra.
P.
Si.
Precisamente hace unos pocos meses tuvimos el primer retiro Sai nacional, al
que atendieron de 70 a 90 personas. Lo hicimos en un kibutz llamado Neve
Shalom, que es, creo, el único kibutz dónde las actividades se llevan a cabo
conjuntamente por israelíes árabes y judíos, si es que se puede expresar así.
Allí hay siempre un 50% de israelíes árabes y un 50% de israelíes judíos,
viviendo y trabajando en ese kibutz, y llevan a cabo muchos programas...
Prof G.V.
¿Hay
muchos árabes que van al centro Sai?
Sra.
P.
Una
cosa que estuvo muy bien en el retiro es que teníamos entre los participantes
un israelí árabe, un miembro de la comunidad judía – si eres familiar con la
comunidad judía. Luego, mi marido y yo que tenemos un trasfondo budista, y
también había cristianos, y por supuesto, teníamos muchos, muchos Israelíes
judíos que participaron en el retiro, así que fue una reunión realmente
agradable de personas de diferentes credos.
Prof G.V.
¿Disfrutaste
participar en las actividades Sai en Israel?
Sra.
P.
¡Si,
definitivamente, si!
Prof G.V.
Esperemos
que allá donde vayas la próxima vez…
Sra.
P.
Al
Líbano.
Prof G.V.
¡Al
Líbano - no está muy lejos de Israel! Esperemos que continúes teniendo ese tipo
de experiencias, y la próxima vez que vengas - ¿cuando tienes pensando venir
otra vez?
Sra.
P.
No
lo sé, pero, ¿puedo mencionar algo acerca del Líbano, si hay tiempo todavía?
Prof G.V.
¡Por
supuesto!
Sra.
P.
Nos
acabamos de mudar al Líbano, y sabes, donde hay voluntad, hay un camino. Y
Swami siempre encuentra un camino. Así que he comenzado a trabajar como
voluntaria en una escuela religiosa Islámica, enseñando inglés...
Prof G.V.
¡¿Qué
quieres decir con escuela Islámica religiosa?! Eso suena curioso – es: una es
escuela Islámica…
Sra.
P.
(Risas)
Perdona - si, es una escuela estrictamente Islámica. Pero es una fundación para
huérfanos, y para niños marginados, y tienen también un parvulario, y educación
especial, y varios otros proyectos, al igual que proyectos de ayuda médica. Así
que me he involucrado dando clases de inglés. También le enseño inglés al
presidente de esta fundación. Y lo hago todo de manera voluntaria. Porque es
una organización voluntaria, y es una buena causa. Y les dije el porqué lo
hago. Les llevé un libro acerca de Swami y les enseñé todos los proyectos que
están teniendo lugar, de Educación, los Hospitales, el Proyecto de Agua
Potable, y estaban muy impresionados.
Y entonces les hablé de la Educación en
Valores Humanos, y les pregunté, “¿Puedo empezar con este proyecto aquí, puedo
dar un curso de Valores Humanos en su escuela? Siéntense conmigo durante las
clases, vean como es, lo que es, y si piensan que es beneficial, organizaré el
que sus maestros puedan ser entrenados para dar clases de Valores”. Y están muy
interesados en ello. Aún no he empezado con las clases en si, pero les he
hablado acerca de ello, y me han pedido libros y materiales, y han puesto una
fecha para empezar con las clases. Si por ese entonces todavía estoy allí, en
Junio empezaremos con el entreno de sus maestros.
Prof G.V.
Muy
bien, ¡mucha suerte! ¡Y esperamos verte pronto con más noticias de todos los
lugares donde has estado y has trabajado!
SAIRAM
Cortesía
de Radio, Armonía Global