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martes, 11 de diciembre de 2018

REFLEXIONANDO CON MADHU _“Seamos de Dios. Unámonos a Swami en el otro lado de la mesa. Levántate y conviértete en el anfitrión ".




Un hermoso aprendizaje del hermano Madhusudan Naidu desde Swami, cuando Swami estaba en la forma física y ahora en la forma sutil.





“Seamos de Dios. Unámonos a Swami en el otro lado de la mesa. Levántate y conviértete en el anfitrión ".

Recuerdo la primera vez que vine a Muddenahalli para enseñar inglés a los estudiantes. Esto fue alrededor de 2008 o 2009. Solía ​​venir de Bangalore algunos de los días para enseñar a los estudiantes universitarios de PU. En el momento en que llegué, por primera vez, nuestra Jayaram Shetty Anna, corría y me traía una taza de té. Lo hizo con tanto amor que se sintió increíble. Pensaba debo tomar el té, no porque sea té, sino porque es amor líquido, ¡amor tangible! 
Cualquier anciano aquí en Muddenahalli nos recibe con tanto amor. Y esa fue siempre la razón por la que las personas se sentían atraídas por este lugar, incluso cuando Swami no estaba aquí de esta manera, lo que yo he visto por mí mismo. Nadie te dejaría salir del ashram sin que hayas tenido tu comida. ¡Lo primero que preguntaban, 'Oota?' Te preguntaban si tomastes tu comida. Y si dices que no, eso es todo! Ellos moverán el cielo y la tierra para asegurarse de que algo de comida aparezca frente a ti. Harían lo que fuera según su mejor capacidad. Si no, incluso irían a las tiendas y comprarían algo para poner en tu mano.


Mahendra Anna está aquí y yo había estado en Alike en 2009. Y volvía con la barriga llena. Todo el tiempo él me estaba alimentando. Ven, vamos a tomar el té. Tendremos Pakoda ', todo el tiempo. Y estaba pensando, cuanto amor es eso? He visto a Mahendra Anna correr y hacer esto. Este no es un deber que tenía que cumplir. Pero aun así me cuidó personalmente. Esto fue lo que me conmovió en primer lugar.

Hoy, a medida que crecemos, obviamente pocas personas, aquellos que son, por así decirlo, los residentes originales de aquí, no tendrían la capacidad de ir y hacer esto por todos. Así que cada uno de nosotros tiene que levantarse y convertirse en el anfitrión.

Debo compartir con ustedes un incidente que ocurrió en Trayee Brindavan cuando era estudiante en 2003. Habíamos hecho una hermosa decoración en el césped de Trayee para el día de aniversario de Trayee. Swami estaba tan contento. Cortó el pastel, se quedó con nosotros y pozo para algunas fotos. Eso en sí fue una gran recompensa. Todos pensamos que fuimos bendecidos y cumplido nuestro anhelo. Así que todos regresamos al albergue, cuando alguien vino corriendo y dijo: 'Swami está llamando a todos los decoradores a Trayee'. Swami había organizado bocadillos para todos nosotros, sus artículos favoritos de Bangalore. Tumbler Idli, Rasam Vada, Mini Dosa, Ras Malai, etc. Cuando llegué a Trayee, todos los invitados, profesores y alumnos habían llegado. Quizás fui el último. Se les pidió a todos que se sentaran en la sala circular del Trayee. Yo también, como un invitado, fui y se sente. Entonces Swami me miró y dijo: 'Sombheri' (perezoso). Me di cuenta de que Swami no quería que me sentara y comiera. Él quería que yo sirviera. Corrí a la cocina. Me dieron un poco de agua para servir. Mientras estaba vertiendo el agua lentamente y con cuidado en vasos plásticos para que no se derramara nada, Él me miró y nuevamente dijo 'Sombheri', ¡cuán lentamente estás vertiendo agua! (Risas) 
Cuando terminé toda la ronda de verter agua, Swami me pidió que fuera a sentarme en mi lugar y comiera. Terminamos el brunch. Swami luego entró en la habitación del Jhoola (hamaca). Todos los chicos corrieron desesperadamente para estar con Swami, y por qué no, después de todo, era una oportunidad de por vida. Swami se estaba entregando tan fácil y libremente. ¿Quién no lo quiere? Todos corrieron. Pero yo aprendí mis lecciones. Comencé a recoger los platos, lo limpié todo, lo puse en la cocina y finalmente fui allí, pero no había lugar para sentarme. Así que me quedé apoyado en la puerta mirando a Swami en el Jhoola a la distancia. Swami les estaba hablando. Pensé que Swami no me había notado, pero lo había notado. Me miró a los ojos y sacudió la cabeza con un gesto para decir "Bien". La mirada decía que estaba satisfecho. Me sentí muy honrado ese día porque no me consideraba un extraño que tenía que ser alimentado y cuidado. Él me consideraba como suyo, quien se suponía que estaba de su lado y servía a los demás y no corría detrás de las oportunidades. 
Debía esperar en una esquina y ver lo que Swami estaba haciendo, en caso de que necesitara algo. 
¡Y pensé que pertenecía a Dios! Yo era de Dios. No me permitió sentarme como invitados. Me hizo levantarme y correr, servir y ayudar, y solo cuando todos fueron servidos, Él me permitió comer. 


Esta fue una gran lección para mí. Eso es exactamente lo que todos podemos hacer. En lugar de esperar ser invitados, queriendo ser atendidos, esta es una gran oportunidad para que nos unamos a Swami al otro lado de la mesa. Puede que no obtengamos un lugar estratégico en la alfombra roja, pero Swami estará mucho más feliz porque dirá: 'Aquí está Mi gente haciendo Mi trabajo. No son huéspedes a quienes tengo que cuidar, sino que estarán conmigo y cuidarán a todos los que vienen.

Esta es la cultura que debemos crear. Es la visión con la que Swami configura cualquier Ashram , ya sea Prasanthi Nilayam, Whitefield o Kodaikanal. Él tenía su propia gente. Esperaba que cuidaran al otro. Swami dijo: "Una vez que pruebes la alegría del servicio, cualquier otra alegría será insípida". No nos esforcemos por ser atendidos. Trabajemos para cuidarnos unos a otros como suyos propios.



- Sri Madhusudan Naidu en 'Tattva Sameeksha' (19 de marzo de 2018), Sathya Sai Grama, Muddenahalli.



TRAD. _ CENTRO SAI HISPANO

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