El yo interno.
El hombre no es un simple bípedo, un animal que se pavonea por allí sobre dos piernas en vez de cuatro. Tiene el singular destino de realizar y apreciar la belleza, la verdad, la bondad, la armonía, la melodía, y de darse a sí mismo y a otros amor, compasión y bondad. Él puede cavilar, no sólo sobre los secretos de la naturaleza, sino también sobre su propio misterio y descubrir a Dios, quien está detrás tanto de la naturaleza como de él mismo. Las nubes de engreimiento e ignorancia esconden este destino de su vista. Él puede instalar en su corazón al Shivam, es decir, al motivador de toda la creación, toda la existencia y toda la disolución. Shivam es a la vez Sathyam y Sundaram, es decir, la bondad es verdad y belleza. En esta auspiciosa ocasión del Festival de Shiva, resuelvan adorarlo como al propio aliento de sus vidas.
Muchos de ustedes han venido para presenciar este día la asombrosa evidencia del poder divino. Pero no deben malgastar el tiempo en vanas especulaciones acerca de la naturaleza de ese poder y del proceso de su manifestación. Experiméntenlo y vibren con la emoción que produce, llénense de su maravilloso misterio, que es lo divino.
El sonar de las campanas, el tañido de las flautas, el ritmo de los tambores, todos estos son recordatorios de las flautas, tambores, campanas y conchas que anuncian este auspicioso día en Kailasa, la residencia divina de Shiva. La corriente de ceniza sagrada que cae durante los bhajans cantados por miles es otro recordatorio. El surgimiento del lingam (símbolo de Dios) de este cuerpo es la consumación, el anuncio de que ustedes están en Kailasa mismo. Esto sucede al anochecer y lo celebran con vigilia y ayuno, así como con bhajans y adoración.
La abeja revolotea alrededor del loto, se posa en él y bebe su néctar. Mientras chupa la dulce miel, está silenciosa, inmutable, concentrada, olvidada de todo lo demás. El hombre también se comporta así cuando está en la presencia de Dios. El zumbido de la abeja cesa y está silente una vez que comienza a beber el néctar. El hombre también canta, exalta y arguye y afirma sólo hasta que descubre la dulzura. Esta dulzura o esencia es el sabor del Amor. Donde hay Amor, no puede haber temor ni ansiedad, ni duda ni intranquilidad. Si están afligidos por la intranquilidad, pueden estar seguros de que su amor es restringido y tiene algo de ego mezclado en él.
EI que experimenta el Amor es el yo interno, que es el reflejo del verdadero Yo, el Alma. Cuando los sentidos están fuera de acción, ese Yo brilla en su gloria plena. Los sentidos son sus enemigos mortales, pues arrastran su atención y los alejan de la fuente de felicidad que está dentro de ustedes hacia los objetos de afuera. Cuando se convenzan de que son ellos los que están en el fondo de esta conspiración porque quieren descarriarlos, seguramente dejarán de darles alimento. El pescador usa aria caña y un sedal; este sedal tiene un flotador del cual cuelga, dentro del agua, un gancho muy puntiagudo. El corcho se sacude, el pescador siente el jalón del pez, y. lo arrastra a la tierra, donde es incapaz de respirar. El cuerpo es la caña; el anhelo, el ansia, el sedal; la inteligencia es el flotador; el discernimiento es el anzuelo; el conocimiento es el gusano. Así es como el Alma, el pez, es atrapada por el inteligente pescador. Si ustedes llegan al conocimiento, la beatitud se les acercará.
La beatitud es el estado en el cual lo divino es experimentado como algo que todo lo abarca, como voluntad, actividad, bienaventuranza, inteligencia y existencia. Deben suprimir su inercia (tamas), sublimar sus pasiones (rajas) y cultivar la pureza (satva) a fin de establecerse en la beatitud. Ya han pasado por famas y rajas y están ahora en" la región de satva, representada por los dos portones por donde han entrado. Ahora deben tomar la lección del símbolo en la bandera de Prashanti. Les enseña a viajar más allá de los reinos de la lujuria, la ira y el odio y a llegar a !a ancha y verde región del amor. Siéntense en ese campo en una concentrada oración meditativa y abran los pétalos de su corazón por medio del yoga, para lograr la suprema iluminación.
Fijen su mente en ese loto iluminado y la paz suprema reinará en sus corazones. Ésa es la mejor preparación para comprender el misterio de la creación del lingam.
Bhagavan Sri Sathya Sai Baba
Prashanti Nilayam, 26 - 02 - 68
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