Satsang en la Divina Presencia – Estambul, Turquía, 3 de abril de 2017.
Pregunta: Cuando el alma está partiendo, ¿se va a la Conciencia? En el otro lado, ¿hay algo así como cielo e infierno, castigo y recompensa?
Swami: Cada ser no es sólo el cuerpo que ves. En la filosofía de la India se lo define como un conjunto de cosas, no sólo una. El cuerpo es sólo un recipiente que contiene muchas otras cosas. En pocas palabras, hay un cuerpo, hay una mente y hay un alma o espíritu. El cuerpo consiste de muchas partes, que son los miembros; de la misma manera, en la mente también hay muchos miembros. Tu mente consiste en tus recuerdos, tus preferencias y aversiones, tu identificación con una forma en particular, y cosas por el estilo. También está este Jeevatma o conciencia, que es parte de la Conciencia Divina, que existe en ti como una chispa.
Con la muerte, el cuerpo perece, pero lo demás no. El cuerpo, que provino de los cinco elementos, retorna a los cinco elementos. La inteligencia, los recuerdos, la capacidad de discernimiento e identificación, continúan. ¿Cómo continúan? Para decirlo de manera muy simple, continúan como energía, ya que la materia se desintegra. Es una simple verdad científica que toda existencia es energía o materia. Dado que la mente, con todas sus ideas, sigue existiendo, el Jeevatma o espíritu individual no puede fundirse en la Divinidad Universal. A lo largo de muchos nacimientos de aprendizaje y sabiduría, por fin la mente deja de identificarse con el cuerpo, y comienza a identificarse con el Sí Mismo divino. Es entonces cuando el Sí Mismo resulta liberado, y ya no necesita más de esa burbuja, la cual estalla y se funde nuevamente en el agua.
¿Adónde va el alma? No va a ninguna parte: existe siempre. ¿Dónde está esta alma individual? El alma individual es como el espacio dentro de esta sala. El alma universal es como aquel espacio que hay en derredor. Si derribas estas paredes, este espacio y aquel otro espacio se convierten en uno solo; ya no hay dos espacios. El concepto erróneo de que este aire o espacio dentro de la sala es diferente al aire o espacio de fuera, es creado por la identificación con el cuerpo, algo similar a la identificación con esta sala.
En el momento en que esa conciencia del cuerpo desaparece, y la mente puede identificar que este espacio y aquel espacio son lo mismo, entonces uno resulta liberado a través de esta sabiduría.
Imagina que, por estar confinado en este cuarto, has olvidado que hay un mundo allá fuera. Cuán ignorante serías, ¿verdad? Saber que afuera existe el mundo, hace que te sientas cómodo, liberado. Sabes que puedes abrir la puerta, salir al ancho mundo de afuera y no estar limitado por esta habitación.
Los seres que se han dado cuenta de sí mismos, a pesar de estar en el cuerpo, saben que éste no es todo. Saben que hay una sala aquí, pero también una sala fuera, aunque no sea visible. Para las personas así, el cuerpo deja de significar una restricción que les impida conocerse a sí mismos. Aquellos que han experimentado lo que está por encima de lo visible, vienen a decir a los demás que hay algo más allá, ayudando así a que otras almas se eleven.
Alguien de la India, que no haya visto Turquía, puede no saber que Turquía existe. Esa persona tiene que ir a Turquía, o alguien de Turquía tiene que ir a decirle que Turquía existe. Desarrollen aquella sabiduría por experiencia propia, o aprendan de quienes la han experimentado. Es así como todos los gurúes, mesías y aquellos que han experimentado esta verdad superior, vienen a decirles a ustedes que hay una verdad más grande que la visible, para ayudarlos a identificarse no con el cuerpo, sino con la verdad superior.
Imaginen que alguien viene y les dice que esta sala será clausurada y que nunca podrán salir de ella. Este es el miedo con que muchas personas conviven, cuando existen sólo dentro del cuerpo. Aquellos que están liberados saben que pueden salir o entrar a voluntad, en cualquier momento. Sólo parecen estar en el cuerpo, pero están más allá de él. Así sucede con Sai Baba. Él está más allá del cuerpo, pero asume el cuerpo sólo para enseñar esta verdad a los demás.
En cuanto al infierno y el cielo, se trata de estados de la mente, no de lugares. Muchos dicen: “¡Oh, mi esposa es terrible, mi vida es un infierno!” (Risas) La verdad es que esa idea está en la mente, no en el mundo físico. Una mente feliz es el cielo; una mente egoísta es el infierno. Si ustedes llegan a ser desinteresados, estarán todo el tiempo en el cielo, aún mientras están en la Tierra, porque habrá felicidad a su alrededor. No va a ocurrir un juicio final en un día en particular; a cada momento se juzga si vas a ser feliz o triste, en base a tu actitud en la vida. Por eso Yo siempre digo: “Sólo es posible ser feliz haciendo felices a los demás”. Cuando todos son felices, eso es el cielo, y eso sólo es posible cuando eres desinteresado.
He tomado esta pregunta como un pretexto para explicar a todos la verdad mayor. (Aplausos).
...BABA.
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