Cautivadores momentos con el divino maestro.
Entrevista con la Sra. Rani Subramanian
Una sincera y dedicada devota por cerca de sesenta años, la Sra. Rani Subramanian, originaria de Tamil Nadu, vino a Bhagavan Baba en el 1950. Con ochenta y cinco años de edad ahora y cariñosamente llamada ‘Rani Maa’ por Bhagavan, su vida es un cofre lleno de experiencias fascinantes de los años de antaño. Una sincera buscadora espiritual, ella reside actualmente en Puttaparthi y comparte sus elevadoras memorias con los anhelantes devotos, con profunda convicción, comprensión y fe. Esta es la novena y última parte de sus maravillosos recuerdos, continuada de los números anteriores.
Un Encuentro Peligroso
En 1974, yo había ido a Chennai a visitar a mis suegros. Estuve con ellos por unos tres días. En la mañana de mi retorno a Bangalore, yo le había pedido a mi hijo que me recoja a las 6 a.m. ya que quería partir lo más temprano posible. Habiendo estado con sus primos la noche anterior, él se había quedado despierto hasta tarde. Sin embargo, llegó puntualmente a buscarme. Antes de marcharnos, llevé a mi nieto de tres años, Dhruv, al santuario para rezar antes de embarcarnos en el viaje ya que quería inculcar ese buen habito en él.
Sra. Rani Subramanian
Ambos recitamos “Tvameva maataa cha pitaa tvameva” (¡Oh Señor! Tú eres nuestra madre, padre…), hicimos namaskar (salutaciones) y luego entramos en el automóvil. Mi nieto, la suegra de mi hija, Rajam, y yo éramos los ocupantes del auto. Mi esposo también estaba con nosotros, pero en el camino lo dejamos en el aeropuerto, ya que tenía que tomar un vuelo a Delhi.
Era temprano en la mañana y la ruta estaba despejada. Nos encontramos con poco tráfico. Mientras nos acercábamos a Kolar, ¡mi hijo se durmió en el volante! Sin embargo, yo estaba absorta leyendo el Vishnusahasra Naamam (los 1008 nombres del Señor Vishnu) para ponerme al día con mi lectura que había perdido durante los pasados días. Por lo tanto, no noté que él cabeceaba en el volante. Sin advertencia, escuché un fuerte ruido y me di cuenta de que el automóvil había chocado contra un enorme árbol.
La puerta había volado. Había unas partes pesadas de acero en el maletero, que mi hijo llevaba para la fábrica en la que trabajaba. Debido a la fuerza del impacto, penetraron el asiento trasero y me golpearon en la espalda. Mi cartera con la foto de Swami y vibhuti habían volado de mi mano y se habían desparramado en la ruta.
Si no hubiéramos chocado al árbol, podríamos habernos salido de la ruta y caído en alguna alcantarilla o incluso por un desfiladero, ¡en cuyo caso el accidente habría sido fatal! ¡Mi hijo se dio cuenta de que estaba herido sólo en un dedo del pie! Él estaba en estado de shock, desorientado y confundido acerca de lo que había sucedido y seguía repitiendo, “¿Qué he hecho?” Mi nieto tampoco estaba lastimado pero estaba muy conmocionado y seguía preguntando qué había sucedido. Era difícil consolarlo.
Sin embargo, yo estaba gravemente herida. Tenía un corte profundo en la frente, la nariz sangrando profusamente, heridas internas, desgarro muscular, dientes dislocados, moretones en todo el cuerpo y mi espalda también había sufrido severamente por el impacto de las partes de acero pesadas. No podía pararme derecha y estaba con un dolor terrible. Rajam había caído del asiento de acompañante del frente y estaba inconsciente. Mi hijo temía lo peor. No había signos de vida…
Recuerdo que lo primero que le pedí a mi hijo que hiciera fue que recuperara la foto de Swami y el vibhuti de mi cartera. Mi hijo se bajo del auto y recogió la cartera y los contenidos que estaban desparramados en la ruta. Yo le apliqué vibhuti a mi hijo, a mi nieto, a Rajam y a mí misma. Luego, mientras la sacudía, todo el tiempo rezándole a Swami por Su guía, ella recobró la conciencia. Pensando acerca de esto ahora, el mayor milagro fue que yo estaba completamente calma a través de todo el accidente.
Recuerdo que lo primero que le pedí a mi hijo que hiciera fue que recuperara la foto de Swami y el vibhuti de mi cartera. Mi hijo se bajo del auto y recogió la cartera y los contenidos que estaban desparramados en la ruta. Yo le apliqué vibhuti a mi hijo, a mi nieto, a Rajam y a mí misma. Luego, mientras la sacudía, todo el tiempo rezándole a Swami por Su guía, ella recobró la conciencia. Pensando acerca de esto ahora, el mayor milagro fue que yo estaba completamente calmada a través de todo el accidente. El automóvil estaba completamente destrozado y a pesar de todo esto, Swami había protegido a mi hijo para que se ocupe de nosotros. Vinimos a saber más tarde que Rajam había sufrido fracturas múltiples de la mandíbula y dientes, pero ninguna otra lesión.
Yo le recé a Swami que nos mande a alguien para ayudarnos. Pronto vimos un enorme camión acercándosenos. Mi hijo todavía estaba en shock. Sin embargo, por la gracia de Swami, yo estaba completamente calmada y me las arreglé para hacer que el camión se detenga y le pedí al conductor que nos lleve al centro médico más cercano. El conductor estuvo de acuerdo, pero temía que no pudiéramos subir los escalones para entrar al camión. En ese momento, un automóvil arribó. Había peregrinos regresando de Tirupathi. El caballero que conducía el automóvil se detuvo para ofrecer ayuda. Yo le pedí que nos lleve al centro médico más cercano. Dado que el auto ya estaba ocupado, él les pidió a todos los pasajeros que se bajaran y nos llevó.
En este momento le pedí a mi hijo que llame a mi hija y a mi hermana en Bangalore para informarles del accidente y pedirles que vengan al hospital con algunos automóviles para llevarnos de regreso a Bangalore. También les pedí que hicieran arreglos para que nos admitan en el hospital de Bangalore. Mi hijo encontró un teléfono público y les habló.
Mi nieto, sin embargo, me preguntó, “Abuela, ¿cómo es que Dios no te protegió a pesar de que le rezaste? Yo le dije, “Dhruv, ¡tú no lo comprenderás! Dios es bueno. Es por eso que me ha dado todo tu dolor. Me habría sentido horriblemente si tú hubieras sido lastimado. ¡Yo puedo soportar felizmente este dolor ya que tú estás ileso!”
Mientras tanto, ¡hallamos que el doctor en el centro médico era un devoto Sai! Él vio el vibhuti en nuestras frentes y nos preguntó si éramos devotos Sai también. Sin embargo, él me dijo que no podría tratarme ya que la herida requeriría puntadas de un cirujano y él no estaba equipado como para hacerlo. Él sólo podía proveer ayuda de primeros auxilios, pero dijo que podíamos descansar en el centro hasta que la ayuda arribe y se sentía triste de no poder hacer más por nosotros. Yo le dije que no se preocupara y que de alguna forma podría soportar el dolor.
Mi yerno, mi hija y mi hermana arribaron desde Bangalore luego de unas 3 horas. El hijo de mi hermana era médico y cirujano del Hospital ‘Saint Martha’ de Bangalore. Mi hermana vio que tenía un ojo morado. Ella comenzó a llorar y sus primeros comentarios fueron “¡Didi (hermana), puedes quedar invalida de por vida!” Yo la consolé diciéndole que Swami cuidaría de mí. Nos subimos al automóvil y nos dirigimos al hospital.
Mi esposo había ido a Lucknow desde Delhi en un trabajo de la OMS para la erradicación de la viruela. Él estaba residiendo en el Ramakrishna Math de Lucknow. Al enterarse del accidente, se apresuró a Bangalore el día siguiente. Sin embargo, luego de ser admitida en el hospital, comencé a sufrir de mareos severos y desorientación. Era tan intenso que sentía que el piso giraba como el ventilador de techo. Al día siguiente, el médico dijo que no podría tratar mi mareo y que un experto del NIMHANS (Instituto Nacional de Salud Mental y Neurociencias) debía verme.
Así que el Dr. Mani, quien era el director del NIMHANS y amigo de mi esposo vino a verme. Su opinión fue que se requería una cirugía en el cerebro. Ahora sí perdí mi compostura y me asusté. Yo le dije al Dr. Mani que no quería someterme a la cirugía y en cambio, le pedí que pruebe con medicación oral en primera instancia y si no funcionaba yo lo consideraría como la voluntad Divina y me sometería a la cirugía, pero no hasta entonces. Mi esposo estaba irritado ya que me estaba resistiendo a la opinión de expertos.
Yo le recé fervientemente a Swami para que me salve de la operación. A la mañana siguiente, cuando me desperté, ¡el mareo se había ido! Cuando el Dr. Mani vino, lo puse al tanto del evento. “Él dijo: ¡eso es genial! No es necesaria la operación, pero debes continuar la medicación por un mes más”. Yo acepté felizmente. Luego de tres semanas, durante las cuales fui tratada por heridas menores, fui dada de alta.
Sin embargo, él llamó a su cuñado para obtener su opinión, un neurólogo líder de Chennai y quien casualmente era el profesor del Dr. Mani. Su cuñado dijo, “Haz lo que ella dice. Dile al Dr. Mani que yo he dicho que la operación puede esperar y pídele que la ponga bajo medicación”. Así que me pusieron bajo medicación simple tres veces al día, pero dijeron que esperarían sólo 24 horas antes de recurrir a la cirugía.
Durante este período, todos incluyendo mis suegros quienes vinieron de Chennai a visitarme, estaban más preocupados que yo acerca del evento. ¡Yo tuve que consolarlos! Rajam no tuvo otras lesiones aparte de las fracturas de mandíbula y se recuperó completamente también.
Mi nieto, sin embargo, me preguntó: “Abuela, ¿cómo es que Dios no te protegió a pesar de que le rezaste? Yo le dije: “Dhruv, ¡tú no lo comprenderás! Dios es bueno. Es por eso que me ha dado todo tu dolor. Me habría sentido horriblemente si tú hubieras sido lastimado. ¡Yo puedo soportar felizmente este dolor ya que tú estás ileso!”
¡Asombrosa Gracia!
Por muchos meses luego del accidente, sufrí de dolores musculares. No podía sentarme cómodamente en una postura y meditar. Yo le recé a Swami diciéndole que no me importaba el dolor, pero que debería bendecirme para poder sentarme cómodamente y meditar.
Luego de esto, tuve un sueño. Swami estaba sentado opuesto a un sacerdote frente a un homa kunda (cubículo que contiene una fogata en donde se hacen ofrendas religiosas. N. del Trad).
Ambos, el sacerdote y Swami, estaban vertiendo ofrendas en el fuego sacrificial y recitando mantras.
Yo me preguntaba por qué Swami Mismo estaba llevando a cabo el homa. Él me miró y dijo: “¡Estoy llevando a cabo el Mrithyunjaya Homa (sacrificio para protegerlo a uno de la muerte) para ti!” Me quedó en claro que habría muerto si no fuera por la gracia de Swami. Luego de seis meses, yo era capaz de sentarme en una posición cómoda y meditar.
La lección aquí es que la gracia de Swami está disponible para todos. Pero tienes que ganarla viviendo rectamente, poniendo en práctica las enseñanzas de Swami. Sólo entonces puede Él conferir Su Kripa (gracia) sobre ti. Yo no sabía que tendría un accidente. Pero por Su gracia, ¡nadie más fue lastimado! Habría sido un desastre si se hubieran lastimado. ¿Quién cuidaría de ellos? Mi hijo ni siquiera estaba casado en ese entonces.
La lección aquí es que la gracia de Swami está disponible para todos. Pero tienes que ganarla viviendo rectamente, poniendo en práctica las enseñanzas de Swami. Sólo entonces puede Él conferir Su Kripa (gracia) sobre ti. Yo no sabía que tendría un accidente. Pero por Su gracia, ¡nadie más fue lastimado! Habría sido un desastre si se hubieran lastimado. ¿Quién cuidaría de ellos? Mi hijo ni siquiera estaba casado en ese entonces.
¡Su Sobrecogedora Omnipresencia!
Durante las etapas iníciales, nosotras teníamos dudas acerca de que Swami sea Dios Mismo. Él sabía que nosotras teníamos nuestras aprehensiones ya que conoce los más íntimos pensamientos de cada quien. Él nos dijo: “Ustedes tienen dudas. Así que deben poner a prueba mi Omnipresencia. Sólo entonces estarán convencidas de quien soy. Sólo Dios puede ser Omnipresente.”
Aquí hay un incidente que nos probó Su omnipresencia de una vez por todas. Yo estaba viajando en tren desde Calcuta a Delhi para asistir a mi hermana quien esperaba un niño. Yo estaba sola y había optado por un compartimiento de mujeres en el tren. Al subirme al tren, ¡me di cuenta de que era la única ocupante del compartimento de mujeres! Eso no me molestó. Pero pronto el guardia del tren vino y al darse cuenta de que era la única ocupante, me advirtió que trabara ambas puertas ya que algunas de las regiones por las cuales el tren pasaría, tales como Mughalsarai, eran peligrosas y los bandidos criminales eran conocidos por atacar a los compartimentos de mujeres de los trenes.
Había dos puertas pesadas de acero en el compartimento y tres pestillos en cada una. Yo me las arreglé para cerrar los tres pestillos, pero encontré, para mi desmayo, que la segunda puerta de acero estaba desalineada y estaba trabada. La pateé, la empujé e hice todo lo que pude, pero la puerta no se movió. Así que no había forma de trabarla apropiadamente.
Entonces recordé la indicación de Swami de que pongamos a prueba Su omnipresencia. Me senté en el compartimento, cerré los ojos, dirigí mi predicamento a Swami y comencé a recitar mantras. Unos momentos después, ¡escuche un suave sonido de silbido en el compartimento seguido de un fuerte golpe de la puerta! ¡Me dije a mi misma que esto debía ser Swami respondiendo a mi plegaria! ¡Caminé hacia la puerta y he aquí! ¡La misma puerta que había estado fuera de alineamiento y trabada momentos atrás estaba perfectamente puesta en su lugar!
Esta experiencia me pasmó y me estremeció al mismo tiempo.
Había recibido amplia prueba de Su omnipresencia tan lejos de Su presencia física. No pude dormir en toda la noche. Tan pronto como encontré a mi hermana y mi amiga en la plataforma de Delhi, les conté todo lo sucedido.
Ha habido muchos eventos del día a día en donde he sentido Su omnipresencia.
Vibhuti – La Poderosa Panacea .
Yo era afortunada de tener un cocinero, Himmat Rao, quien era un gran devoto del Señor Shiva. Él tenía 40 años de edad y su esposa estaba en su tercera década pero no tenían hijos. Habían tratado todo tipo de medicinas, templos, médicos, todo lo que podrían pensar sin ningún éxito y estaban angustiados. Himmat Rao me pidió ayuda. Dado que mi esposo era medico, yo me las arreglé para hacer que examinen a su esposa y encontramos que no había ningún problema con la pareja. Él me había visto rezarle a Swami y sabía que Él era mi Guru. Pero nunca había visto físicamente a Baba.
Himmat Rao me pidió que lo llevara a Puttaparthi para poder ver a Swami. Como Su gracia lo dispusiera, mi esposo tenía que viajar a Chennai en su automóvil y acercó a Himmat Rao hasta Bangalore. En ese momento yo estaba en Bangalore por algún trabajo y llevé a Himmat Rao a Puttaparthi y finalmente tuvo la fortuna de tener el Darshan de Baba luego de experimentar Su abundante gracia.
Mi consejo a él fue que su esposa debería beber un vaso de agua con vibhuti cada mañana y tarde, y ambos debían rezarle a Swami por un hijo. También les aconsejé que no importara cuánto tiempo lleve, no debían abandonar su fe y debían continuar rezando pacientemente. ¡Luego de unos pocos meses, ella concibió y dio nacimiento a un bebe varón! Luego de este niño, ¡terminaron teniendo cinco varones más a intervalos de dos años! Obviamente estaban contentísimos.
Aquí hay otra instancia acerca del poder del vibhuti. Yo tenía una sirvienta que estaba en los tardíos veinte. Su esposo había desaparecido casi una década atrás. Un buen día, él no regresó y no se lo pudo encontrar. Ella estaba muy angustiada por esto y buscó mi ayuda. Yo le aconsejé que tome el vibhuti de Swami en agua todos los días y que le rece a Él para que la bendiga con el regreso de su esposo. La sirvienta continúo rezando por unos meses. ¡Un día alguien golpeó la puerta y ella abrió para encontrar a su largamente perdido esposo! Él dijo que sentía haberla abandonado y había regresado para quedarse. A pesar de que yo había rezado por ella, ¡estaba atónita por este incidente! Esta es una prueba más de que nada es imposible para Swami.
El vibhuti es una cura para cualquier cosa si lo tomas regularmente y con fe – no sólo enfermedades físicas o mentales, sinó realmente cualquier cosa. Cuando yo era joven, tenía algunos problemas en cuyos casos Baba me aconsejaba que tomara vibhuti. Esto me curaba. Hasta hoy día, yo mantengo una botella de agua con vibhuti como mi panacea para cada pequeña dolencia del día a día.
Recuerdo otro incidente donde experimenté el poder del vibhuti. Yo tenía una joven vecina en Chennai quien estaba en sus tardíos veintes. Ella era sólo una conocida en ese entonces. Un día ella me pidió que fuera a su casa. Yo estaba sorprendida ya que la conocía muy poco, pero igualmente fui a su casa. Ella me dijo: “yo soy una devota de Shirdi Baba y entiendo que usted es una devota de Sathya Sai Baba. He escuchado que son el Mismo, ¿podría relatarme sus experiencias?” yo pasé una hora con ella y le relaté muchas de mis experiencias.
El vibhuti es una cura para cualquier cosa si lo tomas regularmente y con fe – no sólo enfermedades físicas o mentales, pero realmente cualquier cosa. Cuando yo era joven, tenía algunos problemas en cuyos casos Baba me aconsejaría que tomara vibhuti. Esto me curaba. Hasta este día, yo mantengo una botella de vibhuti con agua como mi panacea para cada pequeña dolencia del día a día.
Unos días después, me sorprendió el encontrarla en mi puerta. Ella dijo que durante su oración, una voz la dirigió a hablar conmigo. Ella también me preguntó, si podía unírseme durante mis plegarias de la tarde. Yo le dije que normalmente no lo haría ya que la oración es hecha en soledad. Pero dado que ella había sido guiada a preguntar, sería egoísta de mi parte el rechazarla. Desde ese entonces, cada día, llueva o truene, ella venía a mi casa puntualmente.
Ella me hacía preguntas y yo le respondía basándome en el Bhagavad Gita y las enseñanzas de Swami. Más tarde me enteré de que ella era la esposa del IGP (Inspector General de Policía) de Chennai quien había fallecido de un ataque al corazón unos años atrás. Ella tenía tres niños pequeños y estaba angustiada, no dormía por las noches y los médicos le habían prescripto pastillas para dormir. Yo le aconsejé que dejara de tomar las pastillas para dormir ya que la harían adicta. Quizás esta fue la razón por la cual Swami, en Su compasión, la había incitado a encontrarme.
Le aconsejé que tomara vibhuti en agua cada noche y que le rezara a Swami para que le conceda sueño sin pastillas. Le pedí que sea paciente incluso si tomara semanas o meses, pero que desista firmemente de tomar la medicación para dormir. “Se positiva y continúa repitiendo tu mantra. Dile a Swami que ‘si no quieres que duerma, ¡yo con mucho gusto pasaré la noche repitiendo Tu nombre’!” en unos meses pudo dormir sin píldoras y continúa haciéndolo hasta el día de hoy.
Ella tiene más de 60 años ahora y me llama cada mes y todavía recuerda la experiencia.
Debes ser positivo en tu pensamiento y debes tener fe. La fe es muy poderosa. Él te ayudará, pero tú debes tener fe en Él.
Terminaré con un canto:
Aum Mangalam, Omkara Mangalam, Guru Mangalam, Gurupaada Mangalam
Raam Naam Japa Naari
Raama Naama Japa Naari [3]
Jab Tak Shwas Rahe Tanu Bheetar [2]
Tab Tak Yaha Jaga Apanaare [2]
Raama Naama Japa Naari [2]
Maata Pitaa Suta Baandhava Naari [2]
Jhooti Jagat Kalpanaa Saari [2]
Aakhir Yaha Jaga Sapanaare [2]
Raama Naama Japa Naari [2]
Sri Raam Jaya Raam, Jaya Jaya Jaya Raam [2]
Aum Sri Raam, Jaya Raam, Jaya Sai Raam
Om Shaanti, Shaanti, Shaantihi
Om, el sonido primordial, es auspicioso.
El Guru es auspicioso; Sus pies son auspiciosos.
Repite el Nombre del Señor Rama;
Repite el Nombre del Señor Rama una y otra vez
mientras haya aliento en tu cuerpo,
sólo hasta ese momento estás en el mundo.
Repite el Nombre del Señor Rama.
Todas las relaciones y parientes, madre, padre y amigos
todos son en verdad irreales;
son tan sólo imaginación.
Este mundo es, después de todo, un sueño;
Repite el Nombre del Señor Rama.
Victoria al Señor Rama, Repite Su Nombre.
Repite el Nombre de Sai, Repite Su Nombre.
¡Que haya Paz! ¡Que haya Paz! ¡Que haya paz!
¡¡Jey Sai Ram!!
De la Revista Digital (de Corazón a Corazón)
Volumen 6 Número 12
Diciembre - 2008
Traducción: Premashakti (Premashakti@live.com)
Mayo del 2009.
OMSAIRAMMM...
CENTRO SAI HISPANO...
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