El Avatar, su naturaleza y misión
“Las encarnaciones de los Avatares (purushas avathara) no acumulan el mérito ni el demérito de nacimientos anteriores que, si fueran mortales comunes, tendrían que pagar. El suyo es un Lila (Juego Divino), un nacimiento asumido. Tanto la bondad de los buenos como la maldad de los malvados constituyen razones para la aparición del Avatar del Señor. Por ejemplo, tomemos al Avatar de Narasimha. El mérito de Prahlada y la maldad de Hiranyakasipu se combinaron para Su aparición. Como resultado de la venida del Señor, los buenos serán felices y los malos sufrirán. El Avatar, sin embargo, no tiene ni gozo ni pesar, aun cuando se encuentre envuelto en el cuerpo que ha tomado. El Avatar no está constituido por los cinco elementos; es espiritual (chinmaya), no material (mrinmaya); nunca puede ser perturbado por el egoísmo o por los sentimientos de posesión; tampoco es tocado por el error que nace de la ignorancia. Aunque los hombres puedan, erróneamente, confundir a un Avatar con un simple ser humano, eso no afecta la naturaleza de tal encarnación; él ha venido para una misión específica y ha de cumplirla.
”Te diré en qué consiste esa misión: en proteger a los ‘sadhus’, castigar a los malvados y apoyar al Dharma. Por sadhus no quiero indicar los monjes y ascetas a que generalmente se refiere esa palabra, que significa sadhu-guna, bondad, rectitud, virtud, características que pueden tener también los animales y hasta los insectos. En verdad, el fomento de la cualidad del satva (pureza, equilibrio) es el mejor medio de alentar a los sadhus. El Avatar es la encarnación de este guna (atributo) sagrado, y por eso lo fomenta donde quiera que se halle; pero puesto que los sannyasines (renunciantes) se están esforzando por obtenerlo, se les da el nombre de sadhus y se supone que han sido especialmente bendecidos por el Señor.
”Sólo que éstos no son los únicos sadhus. Todos aquellos que observan las buenas acciones (sadachara), que tienen buenas costumbres (sadsila), que se adhieren a la Verdad (sathya), que añoran la presencia del Señor (samnidhi), que observan el Dharma, que consideran a todos como sus semejantes (samana); todos éstos son sadhus. Esas características se encuentran, como ya dije, hasta en los animales y en las aves. En el Ramayana, Jatayu se salvó gracias a esta cualidad. Esa es la razón por la cual el elefante fue bendecido y a los monos se les dio la oportunidad de servir y ser bendecidos por Su Gracia. La misma razón movió al Señor a bendecir a la ardilla. Un sadhu no se hace con un rosario, una túnica amarilla y un bastón en la mano. Las ropas que se usan y el lenguaje en el cual alguien se expresa no determinan quién es un sadhu y quién no; son sus cualidades las que lo caracterizan.
Todos los animales tienen la potencialidad de ser buenos; por tanto, promover la bondad en todos es el mejor medio de asegurar el bienestar del mundo.
”Luego, el castigo de los malvados. Quienes transgreden los límites fijados para cada tipo o género de animal, quienes se entregan a la inacción (akarma), al desorden (anyaya) y a la mala conducta (anachara), y que vagan por doquier, siempre sujetos por los amarres del egoísmo (ahamkara), tienen que ser castigados; aquellos que han permitido que predominen en ellos las cualidades de la inercia y de la impureza y dejan que se extinga en ellos la bondad, y en esa forma han perdido toda traza de compasión (daya), de Rectitud (Dharma) y de generosidad (danam), tienen que ser castigados.”
En tercer lugar, Krishna informó a Arjuna que el promover el Dharma era también Su tarea. La palabra “sadhu” tiene otro significado importante en relación con todo esto. Un sadhu es aquel que no se desvía de su deber, cualquiera sea la tentación y cualquiera sea el peligro que lo amenace. Los malvados gozan creándoles problemas a estos hombres y entregándose a prácticas contrarias a los mandatos de los Sastras. ¿Qué es, entonces, establecer el Dharma? Es actuar en estricto acuerdo con aquél establecido en los Sastras; difundiendo entre la gente la gloria y el esplendor de una vida vivida en la Rectitud (Dharma); estableciendo reverencia por los Vedas y los Sastras, por Dios, los Avatares y grandes Seres Divinos (Paramapurushas), y por las prácticas espirituales (sadhana) que conducen a la Liberación y a la obtención de una bendición que va más allá de esta vida. Se llama restablecimiento del Dharma (Dharmasamsthapana), protección del Dharma (Dharmarakshana) o mantenimiento del Dharma (Dharmoddharana). “Sea lo que sea que Yo haga, todo lleva este elevado propósito; nada es para Mi propio progreso. Aquellos que conocen este secreto pueden escapar al nacimiento y a la muerte”, dijo Krishna.
Sentir que el Señor está lejos, separado de ti, a eso se le llama conocimiento sin discernimiento (paroksha jñana). Sentir que el Señor, inmanente al Universo, está en ti también como el Alma, eso es conocimiento discernidor (aparoksha jñana). Si toda actividad es promovida por el espíritu de dedicación, el hombre que la realice puede volverse puro. “Sólo aquellos que tienen conciencia pura pueden reconocer la Naturaleza Divina del nacimiento y del karma del Señor”, dijo Krishna. No todos pueden reconocerlos como divinos; sin embargo, nadie debería evadir el contacto con el Señor cuando ha venido en forma humana. Pon tu mejor empeño y aprovecha cualquier oportunidad. No debes desmayar.
Esto se recalca en el décimo verso de este capítulo, donde se enumeran las señales que debe presentar el candidato digno (adhikarin). “¡Arjuna! No todos pueden comprender la Divinidad de Mi nacimiento (janma) y de Mi karma. Solamente aquellos que están libres de apego, de odio, de temor y de ira; sólo aquellos que están sumergidos en el Nombre y en la Forma del Señor; que no conocen otro apoyo que el Mío, que están santificados por el Conocimiento del Atma; sólo ésos pueden captarlo. Aquellos que Me busquen sin descanso, poseedores de Verdad (Sathya), de Rectitud (Dharma) y de Amor (Prema), me alcanzarán. Esto es absolutamente cierto, créemelo. Desecha cualquier duda.
”Los hombres vuelven impura su conciencia interna al enfocarla hacia el mundo objetivo, por ignorancia. Se deleitan con un simple sonido, sabor o forma. Cuando buscan el placer objetivo, sienten la tentación de obtener los objetos que proporcionan ese placer y frustrados en su intento, se inquietan, se vuelven odiosos y temerosos. El temor despoja al hombre de sus facultades mentales y genera en él la ira que no puede aplacar fácilmente. En esa forma, el deseo, la ira y el temor son despertados uno tras otro, y los tres tienen que ser eliminados. Arjuna, examina en tu mente estos hechos y luego actúa. Vuélvete razonable. Ten fe en Mis palabras.”
Arjuna escuchó todo esto y preguntó: “¡Nandakumara! ¿Por qué no puedes volver asequible a todas las personas este sagrado y elevado estado de conciencia? Te has anunciado a Ti mismo como la propia forma del Amor y de la compasión. ¿Por qué, entonces, esta parcialidad? Tengo que declarar que esto parece un favoritismo, puesto que confieres ese estado únicamente a los que poseen Conocimiento (jñanis) y se lo niegas a los que no lo tienen. Yo hasta diría que la persona ignorante (ajñanis) que carece de capacidad para el discernimiento, la persona que, como el péndulo del reloj, vira de una cosa a la otra, merece más Tu Gracia. El sabio (jñani) lo sabe todo; él está consciente de que el Universo es una maya (ilusión) de Vishnu; ¿por qué, entonces, ha de dársele más claridad? Ya no necesita más gracia”.
Krishna replicó: “Sí. Los hombres generalmente se sienten abrumados por tales dudas. Tú representas a la humanidad, de modo que tu duda es la duda de la humanidad. Al aclarártela, puedo también anunciar Mi mensaje a la humanidad. Escucha: aquellos que me buscan son de cuatro clases. Uno está siempre agotado por los males que afectan a su cuerpo; es el artha. El otro está preocupado por luchar para alcanzar la prosperidad, el poder, la ventaja, las propiedades, la descendencia, etc. Ese es el artha-arthi, el buscador de bienestar. El tercero anhela la realización del Atma, lee las Escrituras y los textos sagrados, se procura la compañía de aspirantes espirituales, actúa según las líneas trazadas por los sabios como enseñanza virtuosa y siempre es motivado por la ansiedad de alcanzar la presencia del Señor. Este es el buscador espiritual (jijñasu). El cuarto es el sabio (jñani). Este está sumergido en el verdadero conocimiento de Brahma (Brahmatatvam).
”El primero, el artha, me adora solamente cuando se encuentra en dificultad y sufre de tristeza o de dolor. Cuando me implora, Yo le escucho y lo satisfago únicamente en relación con esa determinada dificultad, esa determinada tristeza o dolor. Así también, cuando el segundo (artha-arthi) ora por riquezas o posición o poder, o una situación elevada, Yo le escucho y le otorgo únicamente la cosa precisa que él anhela. El buscador espiritual (jijñasu) es bendecido con la oportunidad de realizar su karma sin deseo de recibir sus frutos (nishkama karma), de ser guiado por un gurú apropiado, de poseer un intelecto lo suficientemente agudo como para discriminar entre lo que es Atma y lo que no; de esta forma es ayudado para alcanzar la meta. Yo lo bendigo para que se salve de las distracciones y para ayudarlo a concentrarse en la meta única para alcanzar su Liberación.
Extraido del libro "El Gita", capitulo VIII.
NUESTRA VIDA ES SU MENSAJE...OMSAIRAMMM...
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