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viernes, 23 de junio de 2023

Entrevista con Mike Hollander.



ENTREVISTA CON MIKE HOLLANDER

Cortesía de Radio Sai Armonía Global
(paginas web: radiosai.org y h2hsai.org)

Les presentamos ahora una conversación entre el Sr. Mike Hollander, de New Jersey, Estados Unidos, y el Profesor G. Venkataraman.

Prof. G.V.
Sai Ram, y bienvenido a nuestros estudios de grabación. Llegaste a Swami mucho antes que muchos otros americanos, ¿cierto?
M.H.
Cierto.

Prof. G.V.
Tienes que haber sido muy joven por aquel entonces. ¿Por qué no nos cuentas algo de ti mismo, y como sucedió que viniste a Swami?

M.H.
La primera vez que vine a la India fue en el verano del ´72. Acababa de cumplir 21 años, y creo que estaba en un momento de mi vida en que realmente buscaba, aunque nunca anticipé que iba a venir a la India.

Prof. G.V.
Eso era el final de la época de la Guerra del Vietnam, ¿verdad? En aquel período de tiempo había mucha frustración y angustia entre la gente joven de América…

M.H.
Si, cierto. Y era también una época en que hubieron muchos cambios, cambios en la música, en la política, era un fenómeno cultural lo que tuvo lugar. El cambio estaba en el aire. Fue un tiempo muy interesante a nivel histórico, y visto en retrospectiva se ve con mucha claridad.
Prof. G.V.
Así que te agarró el remolino y caíste aquí, en la India, en el año 1972...

M.H.
Bueno - no ´caí´. Yo sentí que fue Sai Baba quien me trajo.
Prof. G.V.
¿Cómo te trajo?

M.H.
Por supuesto, en aquel tiempo yo no sabía nada acerca de Sai Baba, ni tenía ningún interés, en verdad, en venir a la India. Pero tuve una experiencia con El, y después de eso, sentí con mucha certeza que debía venir.

Prof. G.V.
Cuando dices experiencia, ¿de qué clase de experiencia hablas?
M.H.
Yo había comenzado a meditar, y no estaba teniendo mucho éxito. Justo antes de estos intentos de meditación, había tenido una experiencia con Jesucristo. Fue en Jamaica. Yo me críe como judío, así que era algo muy poco usual el que tuviera una experiencia con Cristo. Pero tuve una experiencia con El, me enseñó que Dios existe, y que la Verdad existe. Lo que sucedió es lo siguiente. Yo estaba en la cima de unas montañas, con unos amigos, y estábamos hablando acerca de Dios. Y de repente sentí una Presencia muy fuerte, tanto que tuve la necesidad de irme y estar solo. Así que regresé a nuestro pequeño bungalow, y allí estaba, sintiendo esta Presencia, y entonces puse esta pregunta, en voz alta "¿A dónde lleva todo esto?"
Prof. G.V.
Dices que era Jesús. ¿Viste alguna forma?

M.H.
Te explicaré lo que sucedió - de repente, el cuarto se llenó de luz, y la respuesta fue "Amor", y tan pronto como oí la palabra amor, experimenté lo que algunas personas han llamado una Conciencia Cósmica. De inmediato supe que toda esta creación está basada en el Amor, y que la Verdad existe, y que hay una Verdad absoluta, y que Dios es esta Verdad.

Prof. G.V.
¿Nunca antes habías tenido este tipo de experiencia?
M.H.
Nunca. Y fue increíblemente intensa.

Prof. G.V.
¿Cuanto tiempo duró?

M.H.
Duró varias horas…

Prof. G.V.
¡Varias horas!

M.H.
Si. Y recuerdo que en ese estado vi también como la Historia es este increíble proceso de desarrollo que se va desplegando. Es, en verdad, simplemente una lenta evolución. Porque vi la Historia completa, en un flash. Pero lo principal, lo más importante, era que por primera vez pude ver que la Verdad existe, y que es absoluta. Y que todo esta basado en el Amor. Porque experimenté este increíble Amor Cósmico, y esta experiencia duró la mayor parte de la noche. Y me acuerdo que a la mañana siguiente bajé a la orilla, vi el amanecer, y sentí que había renacido. Y poco después, al cabo de unas pocas horas, estaba hablando con alguien y me dieron una Biblia. Y leí las palabras de Cristo, y pude ver que eran ciertas, porque yo mismo acababa de experimentarlas. Pero habiendo crecido como judío, normalmente ni te acercas al nombre de Cristo.

Prof. G.V.
Si, lo sé, se detienen en el Viejo Testamento.
M.H.
Nos detenemos de manera muy abrupta. Y ni siquiera te preguntas porqué. Yo crecí como hebreo. Simplemente se te educa así, nadie lo cuestiona, de alguna manera es tabú. Pero yo podía ver que Jesús decía la Verdad, porque la acababa de experimentar. Así que me sentí muy, muy conectado con El. Esta fue mi primera experiencia, y me cambió drásticamente, y comencé a leer la Biblia. Me fui de Jamaica y me puse de camino a California, en auto stop, En California hay un ashram de Swami Kriyananda. Allí pasé algún tiempo, y allí es donde me introdujeron a la meditación, y también al hecho de que hay otros nombres y formas (de Dios) aparte de Jesús. Porque me estaba encerrando mucho en eso.
Prof. G.V.
En otras palabras, estabas empezando a ver que hay Un Dios que tiene muchos nombres...

M.H.
Si. Pero eso fue una vez que estuve en este ashram. Antes de ello, me estaba confinando mucho en el nombre y la forma de Cristo, solamente.
Prof. G.V.
Bien, no hay nada de malo en ello. Esa fue la puerta por la cual entraste...
M.H.
Si, es cierto. Me quedé en este ashram durante algún tiempo, y cuando aprendí que Dios tiene muchos nombres y muchas formas, sentí que era correcto. Y conocí a alguien que había estado en la India. Me dieron una lista de diferentes ashrams que podía visitar allí. Yo nunca pensé, honestamente, que iba a venir a la India, no tenía deseo alguno de venir a la India. Pero ellos me dieron esta lista. En ella estaban también el ashram de Aurobindo, y uno de Anandamayi Ma, en el norte, y algunos más. El tercer nombre en la lista era Sai Baba de Puttaparthi, y me enseñaron una pequeña foto, y me dijeron que podía materializar objetos. Yo no lo creí. Puse esta lista en mi mochila, y en ningún momento pensé que iba a ir a la India. Y regresé en auto stop a New Jersey, a 3000 millas de ahí.

Prof. G.V.
Pero de alguna manera, en unos pocos meses, subiste a un avión y viniste a la India. ¿Qué es lo que sucedió?
M.H.
Bien, regresé a New Jersey, y allí traté de explicarle a mi familia algunas de estas experiencias, lo cual no era fácil, porque ellos simplemente no son este tipo de personas.

Prof. G.V.
Y además, estabas hablando de Jesús, lo cual seguramente no sería bienvenido...

M.H.
Si, exacto. Y yo trataba de entrar más bien dentro del aspecto Universal. Para ellos estaba bien, era simplemente yo el que estaba pasando por un momento difícil al tratar de asimilar todo esto y entenderlo. Porque la experiencia fue muy profunda, no fue algo ordinario.
Prof. G.V.
Si, lo entiendo. Algunas personas tienen estos destellos de Conciencia Cósmica. Vivekananda por supuesto fue uno de ellos. Uno no sabe porqué exactamente lo tienen, pero tiene que ver con nacimientos previos, y el estar preparado para ello, etc. Es algo así como una llamada a despertar, supongo...

M.H.
Si.

Prof. G.V.
Así que recibiste una llamada a despertar, y regresaste a New Jersey, y se lo explicaste a tu familia. ¿Cómo sentiste el impulso de venir a la India?
M.H.
Bueno. Así pues yo estaba pasando por un momento difícil, tratando de integrar todo esto en mi vida. Pensé en cambiar la dirección de mis estudios y licenciarme en Religión. Eso fue lo primero que se me ocurrió. Pero de alguna manera no me parecía tener sentido. Así que un día estaba en mi cuarto, tratando de meditar, era Agosto del 1972, y de repente apareció una forma como la de la fotografía que me habían enseñado de Sai Baba. Apareció. Fue muy breve, pero fue puro Amor.
Prof. G.V.
¿Te apareció? ¿Tenías los ojos cerrados o abiertos?
M.H.
Los tenía abiertos.

Prof. G.V.
¿Viste la forma?

M.H.
Si, era una figura casi imperceptible, una figura igual que la fotografía que me habían enseñado de Sai Baba. Pero no era tanto lo que estaba viendo, era el sentimiento. La vibración era de tanto amor que no tuve problemas con la aparición.
Prof. G.V.
¿Era comparable, de alguna manera, con la experiencia que tuviste en Jamaica?
M.H.
No, era algo totalmente diferente. Era sólo Amor puro, tranquilo, y fue muy claro, "Ven a verme de inmediato a la India".
Prof. G.V.
¿Dijo eso?

M.H.
Si. Y yo le dije, "No tengo la lista". Porque yo había tirado la lista…
Prof. G.V.
¡Ahora sí que siento curiosidad! ¿Qué clase de voz tenía, qué acento? ¿Tenía acento americano? ¿O no te acuerdas?
M.H.
No. De alguna manera Lo oí. Era muy dulce. Le dije, "Tiré la lista", y El me dijo, "No, está en el cajón de arriba de todo, y Yo soy el tercer nombre en la lista. Ven a la India y ven a verme de inmediato". Y yo fui a mirar en el cajón, y ahí estaba la lista, de nuevo.

Prof. G.V.
¿La lista que pensabas que habías tirado?
M.H.
Si, la lista con los diferentes ashrams en la India.
Prof. G.V.
¡Y además se identificó como el tercer nombre!
M.H.
Si. Y fue una experiencia muy fuerte. Bien, el resto de mi vida no me daba sentido, y tampoco estaba trabajando, definitivamente estaba muy confuso, tratando de darle un sentido a todo esto. Así que fui y me compré un ticket de avión. Mi familia tuvo gran dificultad al enfrentarse con algo así, tan de repente. Porque no es como si yo me fuese a Florida, allí cerca, me iba a la India - en 1972. Y por aquel entonces no había una organización en la cual podías hablar con otra gente. No tenía ni idea de cómo llegaría aquí.

Prof. G.V.
¿Tu familia tenía miedo?

M.H.
Ellos tenían miedo, y yo también tenía algo de miedo. Yo era casi un niño, tenía sólo 21 años. Pero bien, compré un boleto, me metí en el avión con mi pequeño trozo de papel, y todo lo que sabía era, Sai Baba, Puttaparthi.

Prof. G.V.
¡Vaya una guía de viaje! ¿Cómo llegaste, finalmente?
M.H.
Al comprar un ticket para la India, me dijeron, "¿A dónde quieres ir?" Yo no lo sabía. Me dijeron "¿Te lo damos para Bombay?", y yo dije, "Bien". Así que me dieron un ticket para Bombay. Y cuando estaba a punto de salir del avión, recuerdo que le mostré esta lista a una azafata. Ella me preguntó, "¿A dónde vas?", y yo le dije, "Aquí". Entonces ella me explicó que tenía que ir de Bombay a Bangalore. Yo no sabía ni siquiera eso.
Así que aterricé en el aeropuerto y de inmediato tuve problemas mayores, porque en aquellos días ni siquiera sabía que necesitaba un visado, así que aterricé sin tener visado. En aquellos días era obligatorio vacunarse y llevar una identificación de acuerdo a que estabas vacunado, y tampoco me había vacunado. Y tampoco llevaba mucho equipaje. Así que cuando me pidieron mi visado, y yo no tenía ninguno, hubo un verdadero problema con Seguridad, no me querían permitir la entrada en el país. Y el aeropuerto de Bombay tampoco era fácil en aquellos días, llegar allí viniendo de Nueva York era un verdadero choque cultural.

Así que no me querían permitir la entrada en el país. Pero entonces entró este otro tipo en el cuarto donde estábamos, y preguntó, "¿Adonde vas?" Le mostré la lista. Me dijo, "No te preocupes". Y al cabo de 20 minutos, el empleado de Seguridad regresó y me dijo, "Te vamos a dar un permiso de aterrizaje de tres semanas".

Prof. G.V.
¡Así que ésa es la magia del nombre, Puttaparthi!

M.H.
¡Yo no sé cómo sucedió! ¡Simplemente estoy explicando lo que sucedió!

Prof. G.V.
¡Así que ese pequeño trozo de papel fue tu visado! Un pequeño pedazo de papel. ¡El tercer nombre en ese papel...!

M.H.
Y además escrito en muy mala letra. ¡Cómo leerlo…!

Prof. G.V.
¿Te lo dieron en California?

M.H.
Si, en aquel ashram. Porque me dijeron, si un día vas a la India, estos son los lugares que debieras visitar. También estaban escritos otros lugares, la Sociedad Teosófica, algunos lugares de interés en Madras, etc.

Prof. G.V.
¡Una manera única de obtener un visado! Bien, ¿qué sucedió cuando llegaste a Bangalore?

M.H.
Llegué a Bangalore, pero el viaje ya me estaba resultando muy duro. No estaba preparado para nada de todo esto, la comida picante, me enfermé...
Prof. G.V.
¿Te sentías desanimado?

M.H.
Si, realmente todo esto me estaba afectando mucho. El pasar toda la noche en el aeropuerto de Bombay tal y como era en aquellos entonces – estaba listo para regresar a los Estados Unidos de inmediato. Pensaba que ya no aguantaba más...

Prof. G.V.
¿Pensabas que había sido un gran error el venir?

M.H.
Casi. De alguna manera. Es que no sabía cómo manejar todas esas cosas…
Prof. G.V.
Si, Sandweiss también describió ese sentimiento...

M.H.
Me sentía incapaz de manejar la situación. Hoy día, sabes, vas a un Centro y allí hay todas esas actividades, puedes ver videos...

Prof. G.V.
Si, lo sé.

M.H.
¡Y yo no sabía ni siquiera a dónde iba!

Prof. G.V.
Bueno - había Alguien que lo sabía...

M.H.
Si. Pero en ese momento yo no lo sabía. En aquellos días había en Bangalore un lugar llamado Regents Guest House, y muchos occidentales se hospedaban allí. Alguien me dio esta dirección y me alojé allí. Y entonces conocí a unos occidentales que llegaron en un coche y pasaron la noche allí. Me dijeron que venían de Puttaparthi y que volverían allí al día siguiente. Habían venido para comprar ciertas cosas en un Supermercado de Bangalore, porque en aquel entonces muchas cosas no se conseguían en Puttaparthi. Así que me ofrecieron que me fuera con ellos a Puttaparthi, al día siguiente. Yo no quería ir, realmente, no creía que pudiera asimilar más, era todo demasiado. Pero me insistieron, "No, no, ¡tienes que venir!"
Finalmente pensé, "Bien, habiendo llegado hasta aquí he de ir a ver qué es todo esto". Así que al día siguiente me fui con estas tres o cuatro personas en un taxi a Puttaparthi. Tardamos unas cinco o seis horas en llegar.

Prof. G.V.
En aquellos días tiene que haber sido todo muy diferente.
M.H:
Bien - yo pensaba, "Tan pronto como llegué, buscaré un cuarto, me daré una ducha y descansaré". Me acuerdo muy bien de esto.
Ellos me dijeron, "Te ayudaremos a instalarte". Y me llevaron a un cobertizo abierto. Me estaban enseñando este cobertizo, y yo estaba pensando "¿Porqué me lo están enseñando a mí? ¿Dónde están los cuartos a dónde vamos?", cuando me dijeron, "Aquí es donde nos alojamos todos".
Prof. G.V.
¿Te asustaste mucho?

M.H.
Fue duro, ¡fue muy duro! Y luego los mosquitos, ésto y lo otro. Y Swami se había ido hacia varios días, no estaba allá. Y dijeron que no se le esperaba hasta dentro de dos días. Y además – de repente ves toda esta devoción en todas partes, y no estás acostumbrado. En la cultura americana no hay ningún punto de referencia para este tipo de devoción externa. No es parte de nuestra cultura.

Así que todo esto me estaba resultando muy difícil. Y la manera cómo la gente hablaba de Sathya Sai Baba, yo no estaba acostumbrado a nada parecido. Sabes, es simplemente una diferencia cultural. Nosotros no hemos crecido de esta manera. En la India, la fibra básica es el Ramayana y el Gita y todo eso (épicos que describen las vidas y enseñanzas de previas Encarnaciones de Dios en forma humana). Y en América no es así. Te soy sincero, era un momento realmente difícil, y yo pensé, "Pasaré aquí unos días, tal vez una semana, luego regresaré a Bangalore, y de seguro que me voy de aquí dentro del período de estas tres semanas. ¡De seguro! De ninguna manera me quedaré en la India."
Así que allí estaba, alojado en ese enorme cobertizo. Y de repente, dos días más tarde, tuvo lugar toda esa confusión, una noche alguien dijo "¡Swami está aquí! ¡El coche de Swami está de regreso, eso significa que mañana hay Darshan!" Y por todas partes comenzó toda esa actividad. Yo en aquel momento no sabía qué significaba "Darshan". Pero me dijeron que me arreglara. En aquellos días no tenía nada de color blanco, era totalmente ajeno a la vida de ashram, ¡un verdadero extranjero! Recuerdo cómo al día siguiente fui al templo. En aquellos días al amanecer cantaban dando la vuelta al templo, y se paraban al llegar al frente, y Swami salía y daba Darshan también al amanecer. Era realmente hermoso.

Así que fui al templo, con resentimiento, refunfuñando para mis adentros, "¿Qué es todo esto? Yo me voy, ¡ésto no es para mí!". Y así estaba, esperando sin ni siquiera saber para que esperaba, y entonces Swami salió al balcón, y yo estaba sentado justo debajo, y le miré. Y Le miré, y El me miró a mí. Y tan pronto como Le vi, supe que no era de este mundo. Desde ese mismo momento supe que era algo único, totalmente único y extraordinario. Y desde ese momento mi actitud cambió.

Prof. G.V.
¿Cómo si le dieras a un interruptor?

M.H.
Si, es la verdad. Es la verdad absoluta.

Prof. G.V.
Parece que es algo que le sucede a mucha gente. Sandweiss también lo ha descrito en su libro. El estaba en el ashram de Brindavan, harto, listo para irse, y entonces Swami se le acercó y le dio un caramelo o algo así, y le dijo, "Dulces, dulces". Sólo dos palabras. Y el sentimiento de Sandweiss cambió por completo.

M.H.
Si. Y me cambió a mí. Y entonces, mi actitud era ir rápidamente a cambiarme y regresar para el Darshan de la mañana. Y desde entonces nunca he tenido problema alguno con Su Divinidad absoluta. Es decir, para mi, desde ese momento hasta hoy día, yo vi que es Dios.
Prof. G.V.
Dices que nunca has tenido un problema con la Divinidad absoluta. A mucha gente le gustaría saber, ¿qué es lo que crees que es lo Divino? ¿Y cómo te convenciste? Te hago esta pregunta por la sencilla razón de que en esa época tu eras un joven de 21 años, venías de una cultura muy diferente, literalmente, y llegaste aquí lleno de desconfianza y recelos, y habiendo pasado por experiencias mas bien irritantes y molestas...
M.H.
Si.

Prof. G.V.
Y entonces le miras, y de repente dices, "¡Dios mío, es Dios!" La gente podría decir que perdiste el juicio…
M.H.
Por supuesto.

Prof. G.V.
¿Pero tu no lo creíste así?

M.H.
No, yo no tuve ningún problema con ello.

Prof. G.V.
Bien, ¡entonces deberás explicárnoslo un poco!¿Qué quieres decir cuando dijiste que pensaste que habías visto a Dios? ¿Cuál es tu percepción de Dios?
M.H.
Recuerdo mirar a Swami, simplemente la manera cómo se mueve…
Prof. G.V.
Hay algo absolutamente encantador en Swami, algo que no es de este mundo, eso está claro.

M.H.
No, no, para mí era más que eso. Recuerdo observarlo y decir, "Nadie camina de esta manera". Simplemente el verlo moverse, la gracia pura. Yo supe que esto no era un Santo, supe que ni siquiera era una persona que se había elevado al estado de la Realización. Supe que era un Descenso, que esto era el Señor mismo que había tomado nacimiento humano. Lo supe de inmediato y así lo sé hasta hoy día.

Prof. G.V.
Es pues una de esas cosas que uno siente pero no puede explicar...
Por cierto, lo que dices de Su manera de moverse es muy cierto. No observamos. Como dice Sherlock Holmes, miramos y vemos, pero no observamos. Así que si observamos, vemos todas las firmas de la Divinidad, absolutamente.

M.H.
Absolutamente. Es Perfección. Si, eso es. Y yo lo vi, y dije, no hay nadie que sea así. Y entonces me dio esta experiencia. Lo que sucedió es que yo estaba comenzando a adaptarme, y salí a comprarme alguna ropa blanca, como la que se lleva en el ashram. Porque vi que esto era increíble, y yo sentía que, quería...
Prof. G.V.
¿Querías aprovechar al máximo tu estancia?

M.H.
Si, eso es. Me acuerdo de una conversación que tuve con Kasturi (el traductor de Swami en aquel entonces). Un día me estaba quejando, y él me dijo, "Mira, cuando estés en Roma, haz como los romanos".
Y esto es algo que entendí. Y me dije a mi mismo, "Mike, simplemente calla, participa en el programa y quédate tranquilo". Kasturi era un hombre muy agradable, y fue realmente muy amable con muchos de nosotros. Y bien, al cabo de una semana comencé a hacer planes para marchar. Había pasado unos días en Bangalore, luego al llegar al ashram durante unos días Swami no estaba, y ahora faltaban pocos días para que finalizase mi permiso de tres semanas. Pero ahora me quería quedar. Había cambiado de actitud. Y entonces, un día Swami salió y me habló. Me dijo: "¿Qué pasa con tu visado?"

Prof. G.V.
¿Quieres decir que te preguntó, así?

M.H.
Si. Y yo me quedé mudo. Hoy día tal vez fuera diferente, pues vengo hace muchos años, pero en aquellos momentos – bien, El me preguntó, pero yo no pude responder. Lo intenté – pero no podía hablar, literalmente, no podía hablar.
Y entonces El sonrió, y yo estaba a punto de decirle - sabes, cuando llegué a Bangalore, al principio, estas personas del hotel me llevaron a la comisaría para ver si podía obtener una extensión, pero no nos la dieron. Me dijeron, "No tienes visado, en tres semanas te queremos fuera del país" - Así que estaba a punto de decir, "Pero ya lo intenté, no me lo van a dar".
Swami solamente me miró, sonrió y dijo: "Ve a Bangalore". Y continuó caminando. Normalmente no habría vuelto a ir, porque ya lo había intentado, así que ¿porqué habría de ir otra vez e intentarlo cuando ya me habían dicho que no? ¿Y quien querría hacer ese viaje de cuatro horas en taxi luego otra vez?
Pero los otros occidentales me dijeron, "No, no, no, ¡Tienes que ir!"
Esto fue una experiencia totalmente nueva, este tipo de entrega. Si Swami te dice que vayas y lo hagas, simplemente vas y lo haces. Eso era algo nuevo, totalmente nuevo. La mayoría de los occidentales no están acostumbrados a ello.

G.V.
¡La mayoría de gente, no tienes que decir occidentales!

M.H.
Yo no estaba acostumbrado a eso. Los demás me decían, "Tienes que ir a Bangalore, El se ocupará de ello". Y yo les decía, "Miren, es imposible". Así que de alguna manera lo ignoré.
Al día siguiente, en el Darshan, Swami me miró. No dijo nada, pero me miró como diciendo, ¿Porqué estas aquí sentado todavía? Yo me di cuenta, pero no hice caso, lo ignoré otra vez. Y entonces, en el Darshan de la tarde, se me acercó y me dio una mirada muy severa, estaba bien claro. Era como si me hubiera dicho, Haz lo que quieras, pero no regreses a este Darshan si no intentas Bangalore. Bueno, ese fue mi sentimiento... Así que de inmediato hice mi pequeña bolsa y me fui a Bangalore. Al mismo lugar donde diez días atrás me habían rechazado. Y el tipo ahora me vio y dijo, "Acércate, acércate, ¿En qué te puedo ayudar?". Su actitud había cambiado totalmente. Y yo estaba ahí sentado y pensaba, "Esto simplemente no es real".
Y le dije, "Bien, he estado en Puttaparthi y me gustaría quedarme más tiempo, estoy comenzando a disfrutar del país y entender su cultura", y cosas así. Y me dijo, "Bien, claro, te daremos cuatro meses".
Me dio cuatro meses. Así, sin más.

Prof. G.V.
Un día debieras hablar con John Behner, ¿lo conoces? Es del Salvador. Swami le dijo que se quedara aquí y le siguiera. Perdió su trabajo, su ticket de vuelo caducó, y todo lo que podía ir mal fue mal. Y luego todo le regresó. Tenemos grabada una entrevista con el. Es fantástica.
¡A veces Swami hace estas cosas! Bien, te dieron pues tus cuatro meses de estancia en la India…

M.H.
Si, y regresé a Puttaparthi. Esto de alguna manera fue una experiencia de la Divinidad de Swami, sabes. Y yo estaba muy agradecido. Estaba realmente agradecido.
Prof. G.V.
¿Sentiste algún tipo de paz interna? Dijiste que antes de venir, en los Estados Unidos, pasaste por mucha agitación interna.

M.H.
Si, definitivamente. Todo daba sentido, y entonces comencé a estudiar las enseñanzas de Swami, y comencé a ver la relación entre El y Jesús. Si, y comencé a sentir mucha paz. Y fue la Navidad de ese año, 1972, cuando Swami hizo la declaración de que Jesús no dijo que regresaría.
Jesús dijo: "Aquel que Me envió vendrá" Y Swami declaró que El era quien había enviado a Cristo, que El era el Padre Celestial.

Y esto lo entendí, y entonces realmente comencé a ver esta Divinidad de Sai, y la magnitud de esta Encarnación y cosas así. Y El habló del Libro de Revelación. Eso fue cuando explicó que la frase "llevará una vestimenta roja como la sangre", se refería a Su túnica. "Su nombre es Verdad", dijo, y añadió "Mi nombre es Sathya (Sathya significa Verdad en sánscrito). Y cosas así. Todo esto me dio mucho más entendimiento, también acerca de la profundidad, y sabes, la santidad de esta Encarnación.
Prof. G.V.
¿Has tenido alguna otra experiencia desde entonces?

M.H.
¿Con Swami? Si, muchas.

Prof. G.V.
¿Qué tal si nos cuentas una o dos?

M.H.
Una de estas experiencias es bastante única. Cuando llegué aquí por primera vez, me resultaba muy difícil, como extranjero, el participar en los cantos devocionales (bhajans). Estamos acostumbrados a un tipo de música muy diferente. No es que uno sea mejor que el otro…

Prof. G.V.
¿En la comunidad Judía no tenéis el equivalente de los villancicos de Navidad o del canto de coro?

M.H.
Si. Pero seguro que no es de la misma naturaleza que los cantos devocionales indios.

Prof. G.V.
Si, por supuesto, aquí tenemos a alguien que lidera la canción y el resto le seguimos...

M.H.
Es simplemente el lenguaje. Hay una gran diferencia en el lenguaje de los cantos. Es muy difícil, cuando acabas de llegar por primera vez, el acostumbrarse a los bhajans. Yo lo intenté, pero no pude. Pero veía su belleza, realmente veía la devoción. Pero por aquel entonces, yo nunca atendía a los bhajans. Era cuando vivía en el cobertizo.
Un día, sobre las cinco y media de la tarde, me había echado a descansar y se ve que me dormí. Swami apareció en mi sueño y me dijo: "Busca tu libro de bhajans", porque yo tenía uno, y estaba tratando de aprender.
Me dijo: "Ven y siéntate justo al lado de la puerta. No dejes que nadie te lo impida. Aún no he salido. Saldré, y tomaré tu libro de bhajans, y lo firmaré, Con Amor y Bendiciones, Sri Sathya Sai. Y escribiré la palabra Amor muy grande, para ti".
Me desperté, y les conté este sueño a varias personas a mí alrededor, en el cobertizo. Y algunos me decían, "Es sólo imaginación tuya".
Y dos personas me dijeron, "¡No, no, no! ¡Cuando Swami viene a tu sueño es real!" Pero yo les dije, "Los bhajans están a punto de empezar, yo no puedo simplemente ir y sentarme ahí".
Me dijeron, "Hazlo y no te preocupes. ¡Simplemente ve e inténtalo!"
Por aquel entonces yo tenía un sentido muy fuerte de la disciplina de Swami, por eso no estaba muy dispuesto a ir. Sabía que aquí se observa mucho la disciplina, y que uno no viene y va en contra de ello. Uno lo respeta.
Prof. G.V.
Eso es cierto. Pero aún así, habías tenido este sueño...
M.H.
Exacto. Así que estaba en un dilema. Me puse mi camisa blanca, y recuerdo, llevaba mi libro de bhajans, llevaba mi bolígrafo, y simplemente sentí que era lo correcto. Los bhajans ya habían comenzado. Recuerdo que fui a la veranda y caminé justo hasta Su puerta. ¡Por supuesto, esto hoy día sería imposible!

Y Kasturi estaba allí. Y me dijo, "¿Porqué estás aquí?"
Y yo sólo le dije, "No, no, simplemente pensé que me sentaría aquí", y él no dijo nada. ¡Y me senté al lado de la puerta de Swami!
El todavía no había salido. Por supuesto, una vez allí sentado, comencé a sudar. Ahora realmente me estaba poniendo nervioso. Comencé a pensar "Esto ha sido un error...".

Prof. G.V.
Pero fuera como fuera, te habías sentado allí. ¡Ahora no podías levantarte e irte!
M.H.
Si, cierto, cierto.

Prof. G.V.
Habría sido demasiado embarazoso...

M.H.
Si, lo has expresado con la palabra correcta.
De repente, Swami abrió la puerta, me miró, me dio una sonrisa, tomó mi libro de bhajans y lo firmó: "Con Amor y Bendiciones, Sri Sathya Sai"
y escribió la palabra Amor muy grande...
Prof. G.V.
¿Tienes el libro todavía?

M.H.
Si, por supuesto, lo tengo enmarcado, en mi casa. Y lo que Swami hizo, es que de alguna manera abrió mi corazón. Porque recuerdo que comencé a llorar. Era como si hubiera Alguien al que realmente le importara si vivo o si muero en este mundo. Fue una de esas experiencias increíbles.
Y entonces, de repente, comencé a cantar bhajans. De repente entendí, es simplemente cantar los diferentes nombres de Dios. Si te aprendes algunos, es solo una repetición constante. Y tuve un cambio muy grande de cara a los bhajans, y comencé a amarlos, y hasta hoy día amo los cantos devocionales. Y realmente los disfruto de corazón.
Pero fue Su Amor lo que en ese momento hizo algo y me permitió ver algo más del Amor de Sai. Pero te digo una cosa, vengo desde hace más de 31 años, y todavía no Lo entiendo. Ni pretendo entenderlo.

Prof. G.V.
Swami dice una cosa que mucha gente no sabe, tal vez.
El dice, "No trates de entenderme, experiméntame".

M.H.
Si. Y yo no Le entiendo. Eso lo dejo muy claro.


Prof. G.V.
¡Además es una pérdida de tiempo intentarlo! Pero lo importante es que el entendimiento pertenece al ámbito de la cabeza. La experiencia pertenece al ámbito del corazón. Si tratas de entenderle, puedes tratarlo hasta el final de los tiempos, no lo vas a conseguir. Como mucho habrá dudas. El corazón, sin embargo, es diferente.

M.H.
Si, es cierto. Pero en aquellos tiempos yo todo esto no lo sabía.

Prof. G.V.
Lo sabías de manera intuitiva, por eso respondiste en Jamaica. Por eso respondiste cuando Le viste por primera vez y El te miró por primera vez. Así que, realmente, la manera de relacionarse con Dios es mediante la experiencia. Mediante el corazón.
M.H.
Si, cierto. Y El como Maestro realmente me ayudó en ello...

Prof. G.V.
¿Qué tal si nos cuentas una experiencia más? ¡Ahora que nos has abierto el apetito!
M.H.
Bien, me acuerdo de cuando estaban tratando de cavar un pozo en el lecho del río Chitravathi, en Puttaparthi…

Prof. G.V.
¿Qué pozo?

M.H.
Fue cuando estaban construyendo el gran tanque de agua arriba, en la colina. Para proveer al ashram de agua.

Prof. G.V.
Para el beneficio de nuestros oyentes debiera mencionar que detrás del Instituto tenemos una pequeña colina, y que el tanque que se construyó en su cima proveyó al ashram de agua durante muchos años. Y la fuente original del agua era el río Chitravathi. Pero ahora, si entras un poco en el pueblo, cerca de donde estaba el viejo ashram, hay un tanque de agua enorme, y el agua para ese tanque proviene de 140 Km. al noreste, y es parte del enorme proyecto de agua potable de Swami (que ha proveído de agua potable y libre de costo a miles de aldeas). Pero tú estas hablando de los viejos tiempos…

M.H.
Si, es sólo una pequeña experiencia. Había tanto sucediendo en torno a El. Recuerdo que lo que sucedió es que estaban excavando este pozo. Ahí estaban los ingenieros, haciendo todos esos agujeros, y no encontraban agua. Y Swami parecía que bromeaba acerca de ello, decía: "Están excavando, ¡pero no saben dónde cavar!".
Y todos se asombraban.
"¿Porqué no simplemente preguntan a Swami?"
Supongo que el ingeniero no era devoto. Eso es lo que oí.
Y Swami dijo: "No me han preguntado, así que ¿qué puedo hacer?".
Pero ellos continuaban haciendo agujeros allí en lecho del río. Finalmente a uno de ellos se le ocurrió la brillante idea de preguntarle a Swami dónde cavar.
Y Swami dijo:"Bien", y subió al coche una mañana y se fue al río, estábamos todos ahí. Y El vio todos esos agujeros e hizo un comentario tipo: "Mira lo que están haciendo aquí...". Y caminó hasta cierto punto y dijo: "Excaven aquí".
Tan pronto como empezaron a cavar, a las tres horas dieron con agua. Sólo una palabra, sabes...
Prof. G.V.
¿Cuándo sucedió todo esto?

M.H.
Fue en el año 1972, era ese mismo año en que vine, fue en el verano en que construyeron el tanque. Nosotros a veces subíamos a la colina y nos sentábamos ahí a meditar. Así que vimos cómo todo esto sucedía. En si fue un suceso menor. Swami explicó que a veces El no interfiere, tiene que suceder de manera natural, y es así como finalmente los ingenieros acudieron a El para pedirle Su ayuda.

Y lo mismo sucedió con la construcción del auditorio Purnachandra. Yo estaba ahí cuando trajeron las vigas de metal. Fue una ocasión en la cual me nació dentro un respeto muy grande por los voluntarios Indios. Alzaron esas enormes vigas de metal simplemente recitando el Nombre de Dios, me acuerdo que nosotros un día lo intentamos, y no las podíamos ni mover. Pero ellos tenían tal devoción, cantaban Sai Ram. Realmente aprendí a respetarlos mucho.
Prof. G.V.
¿Que sucedió exactamente? Los viste alzar esas vigas cantando Sai Ram...
M.H.
Si, y yo y algunos otros occidentales lo intentamos. Y éramos mucho más grandes físicamente que el hombre indio en promedio, y no las pudimos mover. Pero su devoción, y el unísono en el cual se movían - era casi como un milagro ver como se construyó el Purnachandra.

Prof. G.V.
Por cierto, eso no es algo nuevo por aquí. Kasturi narra en su libro acerca de la construcción de este templo presente, en 1950. Eso fue una gran experiencia. Porque en esa época no había carretera. Y habían llegado unas vigas maestras a la estación de tren de Penukonda, a unos 30 Km. más o menos de aquí. Esa era la estación de tren más cercana.
¿Y cómo traerlas de allá aquí? No había ninguna grúa móvil, y aunque la hubiéramos tenido, habría tenido que pasar por toda clase de aldeas y calles estrechas, y finalmente habría tenido que cruzar este río Chitravathi, que es medio arena y un poquito de agua por aquí y por allá. Y Kasturi dice que una grúa que venía de una construcción de un embalse, un poco más al noroeste, se quedó estancada en la ciudad de Anantapur. Un ingeniero lo vio y vino corriendo, y dijo, "Swami, hay una grúa ahí, pero no es capaz de ponerse en marcha, se ha quedado estancada".
Así que Swami creó algo de vibhuti (ceniza sagrada). El ingeniero se lo llevó y lo roció sobre la grúa. Y Kasturi dice que con una especie de gruñido quejumbroso el motor se puso en marcha. Habían hecho un trato, que si el motor se ponía en marcha la grúa iría a la estación de Penukonda y traería esas vigas maestras. Y vinieron, con mucha dificultad. No podían cruzar el río, y Swami fue allá y dijo algo, y la grúa cruzó. Entonces, cuando se descargaron las vigas, no tenían forma de alzarlas, así que otra vez estaban paralizados.
Swami dijo: "No saben cómo hacerlo. Vayan y traigan a algunos trabajadores", y ellos lo levantaron cantando Sai Ram.
Exactamente así! Así que lo que viste fue una replica de algo que sucedió en 1950.

Bien. Has venido aquí de vez en cuando, ¿unas 40 veces, dices?
M.H.
Como mínimo, si.

Prof. G.V.
Eso es un promedio de más de una vez al año. ¿Y tu apetito no ha menguado?
M.H.
No. En absoluto.

Prof. G.V.
La cuestión que se plantea es que ahora, por supuesto, estás muy cómodo con la Divinidad de Swami. Experimentamos felicidad y amor. Su Amor. Pero ha habido muchos cambios en 31 años.

M.H.
Si. Exceptuando a Swami. Swami no ha cambiado. El es el Mismo. Es increíble.

Prof. G.V.
Por supuesto, Swami no cambia. El es Eterno. Dice, "El ser humano viene y va, pero Yo estoy aquí siempre". ¡En Su caso esto es una verdad literal! ¿Qué piensas acerca de América? ¿Crees que América hoy día esta lista para recibir a Swami en alguna medida u otra? Porque el hambre o la angustia, la inquietud que tú como individuo sentiste tantos años atrás, parece ser que es común a la nación entera hoy día, si leo las señales correctamente...
M.H.
Es correcto.

Prof. G.V.
Así que al igual que tú como individuo fuiste transformado, ¿crees que eso le podría suceder a tu país como tal, hoy día?

M.H.
Bien, por un lado, hay ciertas personas en América que son buscadores sinceros, buscadores espirituales, ellos ciertamente pueden trascender las limitaciones de ya sea el Judaísmo o el Cristianismo. Y para esas personas, a menudo deseo que Swami fuera allá, porque a la hora de ponerte en el camino es tan gran Maestro...

Prof. G.V.
Si. Pero hay ciertos aspectos prácticos. Podría ser entendido como un gurú trotamundos, y ciertamente no lo es.

M.H.
No, no es nada parecido a eso, no.

Prof. G.V.
Y El descarta esas cosas diciendo que el azúcar no va en busca de las hormigas, son las hormigas las que van en busca del azúcar.
Lo cual realmente es cierto. Así que, tal vez lo que estoy tratando de decir es que ahora que se ha formado una cadena de centros, una organización, y la gente viene a veces en grandes grupos, ¡a veces incluso aviones enteros! ¿Tal vez hay alguna manera en que Su mensaje básico pueda llegarle a toda esa gente? No hace falta en absoluto hablar de la Divinidad de Swami, y de todas esas experiencias de orden superior que tal vez sólo unos pocos privilegiados pueden obtener.
Pero hay este otro aspecto de Swami, Su mensaje de Amor, que se puede aplicar a todos, Su mensaje de servicio, Su mensaje de sacrificio. Todo lo cual, si es seguido en la práctica, haría de este mundo un lugar mucho mejor en el que vivir. Y América tal vez tiene riqueza económica, pero está hambrienta de otra cosa que no tiene y que necesita desesperadamente.

M.H.
Cierto.

Prof. G.V.
En breve, te estoy poniendo una pregunta que le hago a cada persona que viene de allí. ¿De que manera, piensas, puede el mensaje de Swami llegarle a América, y cuando crees que puede suceder?

M.H.
Pienso que sucederá de la manera en que está sucediendo, que es muy lentamente, a través de personas que vienen aquí, tienen experiencias, regresan e implementan lo que han aprendido, se involucran en la organización, en educación, en el programa de educación en valores humanos, comienzan a enseñarlo en escuelas…

Prof. G.V.
Hablo más bien del americano corriente, no de la diáspora India.
M.H.
No creo que eso pueda suceder sin una intervención directa de Sathya Sai Baba. Esa es mi opinión, por lo menos...

Prof. G.V.
¿Alguna vez le has hablado a gente de allí acerca de la labor de Swami, y de cosas así?

M.H.
Si.

Prof. G.V.
¿Y cual fue la reacción?

M.H.
Es algo muy difícil de creer. He dado muchas charlas, y lo principal acerca de lo cual hablas es de Su enseñanza. Hablas de Sus enseñanzas, y luego, claro, de la universidad, los hospitales, que todo ello es libre de coste, acerca de la disciplina, y es todo muy difícil de imaginar, literalmente difícil de comprender.

Prof. G.V.
¿Pero cual es la reacción de la gente?

M.H.
Normalmente, a no ser que ellos mismos hayan tenido o tengan una experiencia directa con Sathya Sai Baba, es muy difícil que den el próximo paso, que para ellos sería, tal vez, tomar un libro y comenzar a leer…

Prof. G.V.
Si vieran algunas de estas cosas que están sucediendo de forma visual, tal vez…
M.H.
Yo creo que si. Y eso realmente no está sucediendo mucho en términos de televisión, las noticias, o publicaciones. Pero pienso que si sucediera, causaría un gran impacto. Pero todavía no está sucediendo. Básicamente, para la mayoría de americanos, Swami es bastante desconocido. Y yo he estado pensando, sabes, que tal vez es como El quiere que sea.
Pero pienso - no pienso, lo sé, que sería lo más grande que pudiera suceder en la historia de América, y una bendición para nuestra nación, si Swami permitiese que la gente supiese de El.
Ahora, si se dejará conocer o no, esto no lo sé.

Prof. G.V.
Hay algo que dice Swami, que es que para cada cosa hay un tiempo y una circunstancia. Así que cuando el tiempo esté maduro, estoy seguro que sucederá.

M.H.
Pero El ha cambiado muchas, muchas vidas en América, y yo soy una de ellas.

Prof. G.V.
¿Por qué solo en América? ¡En el mundo entero!

M.H.
¡En el mundo entero! Y ha hecho cambios muy, muy profundos hacia lo positivo en muchas vidas.

Prof. G.V.
Lo sé. En gente como Sinclair, Sandweiss, y tantos otros. Y yo siempre me acuerdo de cómo Robert Bozzani, cada tanto en tanto, dice – y lo cito ante mis estudiantes: "No nos damos cuenta de los afortunados que somos de ver todo esto. Es una increíble, notable y fantástica buena fortuna !"

M.H.
Si. Yo vengo a la India para tener el Darshan de Swami. Verle directamente es algo muy grande...

Prof. G.V.
Si, hay un gran hambre de ello.

M.H.
Pensando acerca de América – hay necesidad, definitivamente hay necesidad de ello. Y espero que más y más, en el futuro, el mensaje de Swami vaya haciendo su camino en la sociedad.

Prof. G.V.
Esperemos que eso suceda pronto. Y déjame que te agradezca el que hayas compartido tus experiencias con nosotros. ¡Y esperamos que vengas en alguna otra ocasión y nos cuentes más de ellas! Gracias y Sai Ram.


SAIRAM
Cortesía de Radio Sai Armonía Global
(paginas web: radiosai.org y h2hsai.org)











miércoles, 14 de junio de 2023

ENTREVISTA CON LA SRA. PREENI

ENTREVISTA CON LA SRA. PREENI 

 

Cortesía de Radio, Armonía Global 

(paginas web: radiosai.org y h2hsai.org 

 

 

Les presentamos ahora una conversación con la Sra. Preeni, ex alumna del Campus de Anantapur, Instituto de Enseñanza Superior Sri Sathya Sai. Conversando con ella está el  Profesor G. Venkataraman 

  

Prof G.V. 

Sai Ram Preeni, y bienvenida a nuestros estudios de grabación. ¿Alguna vez has pensado que un día serías entrevistada en este programa de Radio Sai? 

  

Sra. P. 

No ¡Realmente no me lo esperaba! 

 

Prof G.V. 

¿Has tenido alguna vez la posibilidad de oír nuestra emisión fuera de Prashanti Nilayam? ¡Esperamos que pronto seas capaz de oírla estés donde estés! Ahora cuéntame un poco acerca de ti. Estudiaste en el Instituto de Anantapur, ¿cierto?  

  

Sra. P. 

Entré en Anantapur en el año 1980, para dos años de estudios pre-universitarios. Fuimos el primer curso en hacerlo. Estudié Comercio.  

 

Prof G.V. 

¿Cómo es que estudiaste en Anantapur? Eres de Sri Lanka, ¿qué es lo que te atrajo? 

  

Sra. P. 

La primera vez que vine, no venía planeando estudiar en el Instituto de Anantapur. Yo venía de un trasfondo muy diferente. Pero por aquel entonces, mi madre estaba aquí. Ahora lleva aquí más de 20 años, pero en aquel momento llevaba casi un año aquí, haciendo servicio. 

  

Prof G.V. 

¿Así que viniste a ver a tu madre? 

 

Sra. P. 

Y a ver a Swami, claro. Pero era la primera vez que venía a ver a Swami 

 

Prof G.V. 

¿Conocías a Swami ya en Sri Lanka? 

 

Sra. P. 

Si. He sabido de Swami desde mi niñez. 

  

Prof G.V. 

¿Cómo conoció tu madre a Swami? 

 

Sra. P. 

Ella siempre había estado interesada en la Espiritualidad, y un día unos amigos le dieron unos libros acerca de Swami, y comenzó a leerlos. Las enseñanzas de Swami, eso fue lo que la trajo a Swami. Sus enseñanzas... 

  

Prof G.V. 

Quisiera hacerte una pregunta – ¿eres Budista, verdad? ¿No tuviste problemas en reconciliar las enseñanzas del Buda con las enseñanzas de Swami? 

 

Sra. P. 

Bueno, yo vengo de un trasfondo budista, pero estudié en una escuela de la Misión Anglicana  y... 

 

Prof G.V. 

¡Eso debería haberte complicado las cosas aún más! 

  

Sra. P. 

Puede, pero los budistas son muy tolerantes. Al mismo tiempo mi madre también solía visitar un templo Hindú regularmente, un templo que estaba al lado del templo Budista. Así que yo crecí expuesta a tres religiones al mismo tiempo… 

  

Prof G.V. 

¡Creciste con unidad de credos! ¿Cómo fue tu experiencia en Anantapur, en los primeros días del Instituto?  

 

Sra. P. 

No fue fácil ajustarme, porque yo venía de una familia muy occidentalizada, y había muchas cosas que tuve que des-aprender, y muchas cosas a las que me tuve que acostumbrar. 

  

Prof G.V. 

Y supongo que también tuviste que acostumbrarte al calor - en Anantapur hace mucho calor... 

 

Sra. P. 

Si, ¡los veranos eran terribles! Lo que realmente me ayudó fue la Gracia de Swami... 

 

Prof G.V. 

Swami solía visitar Anantapur con frecuencia en aquellos días, ¿no es cierto? 

  

Sra. P. 

A veces, pero también nosotras veníamos a Puttaparthi a menudo. Y Swami solía hablarme, y darme la fortaleza y los ánimos para acostumbrarme a la vida de Ashram y a la vida en el Instituto, y poco a poco me adapté.  

 

Prof G.V. 

¿Hay alguna cosa muy especial que recuerdes de aquellos días? 

  

 

Sra. P. 

Bueno, físicamente supongo que teníamos más acceso a Swami que las estudiantes de hoy día, porque había menos gente. Y cuando veníamos, normalmente una vez al mes, nos solía llamar al templito interno y hablarnos, y nos daba consejos acerca de cómo nos debíamos comportar, cómo debíamos ser un ejemplo de un estudiante del Instituto Sathya Sai, y cómo nos debíamos comportar con nuestros suegros cuando nos casáramos. Durante esas charlas Swami nos daba muchos consejos paternales. Yo me apunté algunos de esos discursos, y aún hoy en día los leo a veces y me traen hermosas memorias. Y Swami vino un par de veces a Anantapur cuando yo estudiaba allí, y tuvimos la oportunidad de presentar programas culturales, obras de teatro, y también una especie de encuentro deportivo delante Suyo, y comimos en Su Presencia. Así que tuvimos algunos momentos de intimidad que probablemente las estudiantes de hoy día no tienen, porque el número de estudiantes ha aumentado mucho.   

 

Prof G.V. 

La multitud de gente también ha aumentado mucho – no debiera decir gente, los devotos. En aquellos días todavía estaban en pie los viejos arcos, y había la arena… 

  

Sra. P. 

¡El amanecer y el atardecer allí sentados eran bellísimos! Y Swami caminaba entre nosotros con frecuencia... ¡Pero los tiempos han cambiado, y hemos de aprender a ajustarnos a los tiempos! 

  

Prof G.V. 

Después de acabar el Instituto ¿qué hiciste? 

  

Sra. P. 

Regresé brevemente a Sri Lanka, pues en Anantapur no había nada en la línea de Comercio. Y entonces me casé, y nos fuimos a vivir a Nueva Zelanda, a Auckland. Era a final de los años 80. 

 

Prof G.V. 

Y te involucraste bastante en las actividades del centro Sai de allá…  

 

Sra. P. 

Si. Desde el principio, cuando llegué, se dio por hecho de que siendo una alumna del Instituto de Swami, participaría de lleno. Incluso en aquella época, la Organización Sai era bastante grande, y yo comencé a dar clases de Educación Espiritual, de Valores Humanos, y también participé en otros centros Sai algo más grandes en Auckland. Y al cabo de unos meses me hicieron Coordinadora Espiritual a nivel nacional, porque la señora que había ocupado esa posición dimitió, y querían que yo asumiera ese cargo. Así que a pesar de que yo por aquel entonces era muy joven accedí, con el apoyo de los que en aquellos momentos eran los dirigentes de la Organización Sai, lo tomé como un desafío, y con la Gracia de Swami... 

  

Prof G.V. 

¿Cuantos años viviste en Nueva Zelanda, antes de ir a Europa? 

 

Sra. P. 

Casi ocho años. Luego, en el ´97, mi marido fue a Bosnia, y yo le seguí en el ´98.  

 

Prof G.V. 

¡Bosnia! Eso nos recuerda a la guerra - ¿Cómo es que fuiste a Bosnia? 

  

Sra. P. 

Mi marido trabaja para la ONU, y de Nueva York le habían asignado a Bosnia, en la misión de paz de la ONU, en el campo administrativo. Yo no quería ir, realmente, pues llevaba una buena vida en Auckland, tenía mi trabajo regular y también muchas actividades relacionadas al centro Sai, y tenía una vida muy cómoda. Y no sabia qué es lo que iba a hacer en Bosnia, no sabia ni si allí habría siquiera un devoto de Swami... 

  

Prof G.V. 

¡Aparte de tu marido, claro! (risas) ¡No le va a gustar que le omitas! 

  

Sra. P. 

(Risas) ¡Si, cierto!  

 

Prof G.V. 

Pero a pesar de todo fuiste… 

 

Sra. P. 

Bueno, de hecho fue Swami quien me dijo en una entrevista que debía ir, que no estaba bien que mi marido estuviera en un país y yo en otro, dijo que debíamos estar juntos. 

 

Prof G.V. 

Cuando llegaste a Bosnia, ¿cual fue tu primera impresión del país? La guerra en aquel entonces ya había acabado, ¿no es cierto? 

  

Sra. P. 

Si, la guerra en si ya había acabado, pero económicamente el país estaba en muy malas condiciones... 

  

Prof G.V. 

Y la destrucción, los daños causados por la guerra estaban muy presentes, ¿verdad? 

  

Sra. P. 

Si, eran muy visibles. También había muchas minas, incluso en Sarajevo. Vivíamos en la capital de Sarajevo. 

 

Prof G.V. 

Aparte de las minas - la destrucción de edificios. Me acuerdo haber visto muchas fotos, eran terribles.  

 

Sra. P. 

Se destruyeron muchos edificios. Y la gente no tenía dinero, no tenía trabajo, no podían limpiar la ciudad... 

  

Prof G.V. 

¿La gente en Bosnia es, en su mayoría, Musulmana 

 

Sra. P. 

Bosnia tiene tres diferentes grupos étnicos o religiosos: los Cristianos católicos, los Cristianos ortodoxos, y los Musulmanes. Pero predominan los Musulmanes. 

  

Prof G.V. 

Al principio te debe haber resultado una experiencia muy difícil - el país estaba destrozado por la guerra, la cultura era diferente, el idioma era diferente, y tal vez también el estilo de vida era diferente. ¿Cómo lo manejaste? 

  

Sra. P. 

A pesar de que es una cultura Musulmana, de cierta forma están muy occidentalizados. Pero el idioma si que era una dificultad mayor, nadie hablaba inglés, en su mayoría hablaban ruso, alemán, y por supuesto el idioma Serbo croata, y al principio no fue fácil... 

  

Prof G.V. 

¿Encontraste a devotos Sai en Bosnia? 

  

Sra. P. 

Bueno – nos encontramos con que nuestro apartamento estaba a sólo cinco minutos a pie del centro Sai de Sarajevo. ¡Eso para mi fue una muy grata sorpresa! 

  

Prof G.V. 

¡Interesante! Tienes alguna idea de cómo se dio que hubiera un centro Sai allí, en Sarajevo? 

 

Sra. P. 

En Bosnia han habido devotos Sai desde hace muchos años. No sé realmente cómo comenzó, pero han oído y sabido de Swami desde hace muchos años. 

 

Prof G.V. 

Y cuando fuiste a este centro Sai, a 5 minutos de tu casa, ¿te sentiste en casa, ahí? 

 

Sra. P. 

Bueno – era algo diferente… 

 

Prof G.V. 

¿Pero seguramente verías la foto de Swami, allí? 

 

Sra. P. 

Si, había muchas fotos en las paredes. Era una sala muy pequeña y había mucha, mucha gente, así que estábamos todos bastante apretujados allí, en ese pequeño cuarto, con un montón de personas que de hecho no podían comunicarse con nosotros debido al idioma… 

  

Prof G.V. 

¿Y los bhajans? Son una manera de comunicarse… 

 

Sra. P. 

Si, cantaban bhajans en sánscrito. 

 

Prof G.V. 

¿Y eso no hizo que te sintieras como en casa? 

 

Sra. P. 

Bueno, la verdad es que yo soy más bien una persona que piensa que debiéramos cantar siempre en varios idiomas, especialmente en la lengua del país en el que vivimos… 

  

Prof G.V. 

¡Pero, al menos en este caso, de esta manera cantaban bhajans que conocías! 

 

Sra. P. 

Si. ¡No me quejé, desde luego! 

 

Prof G.V. 

Y estos devotos Sai, eran Cristianos, Musulmanes, o ambos? 

  

Sra. P. 

Habían devotos pertenecientes a las tres diferentes religiones…  

 

Prof G.V. 

¿Y se entendían bien entre ellos?  

 

Sra. P. 

Si, se llevaban todos muy bien. El coordinador del centro en aquel momento era Musulmán 

 

Prof G.V. 

Normalmente se supone que a los musulmanes les resulta difícil aceptar nada que esté fuera de lo establecido en su religión. ¿Cómo llegaron a Swami? ¿Les resultó fácil aceptarlo? 

 

Sra. P. 

Bueno, Yugoslavia, bajo Tito, tenía un régimen Socialista, y aunque no se les prohibía  la religión, tampoco se les animaba a que la practicaran. Así que la religión no era una parte realmente importante en sus vidas. 

 

Prof G.V. 

Si, eso fue cierto también de la Unión Soviética 

  

Sra. P. 

Probablemente era algo más relajado que en la Unión Soviética. 

  

Prof G.V. 

Aún así, Musulmanes que aceptaban a Baba, ¿no te parecía algo un poco extraño?  

 

Sra. P. 

Si, pero conocí a tantos Musulmanes que eran devotos Sai, que dejó de sorprenderme... 

 

Prof G.V. 

¿Hay alguna razón por la cual a ellos les resultara tan fácil el aceptar a Swami, en comparación con otros musulmanes en otros lados? 

  

Sra. P. 

Yo diría que en Bosnia mismo, la cultura musulmana es muy relajada, más que en otros países musulmanes. Y también, lo que pasó es que la guerra unió a los devotos Sai aún más como una familia, compartieron sus experiencias unos con otros, y eso les dio fuerza. Así que durante la guerra, su fe en Swami aumentó aun más. 

  

Prof G.V. 

Mencionas experiencias. ¿Podrías decirnos si alguno de estos devotos de Bosnia tuvo experiencias espirituales de las que oímos hablar tantas veces? 

  

Sra. P. 

Bien, para explicarte un poco acerca de Bosnia y su situación - durante la guerra todos ellos pasaron por unos tiempos muy difíciles...  

 

Prof G.V. 

¿Cuanto duró la guerra? 

 

Sra. P. 

Duró casi cinco años.  

 

Prof G.V. 

¿Cinco años? Eso es un tiempo muy largo ¡es casi tanto como duró la Segunda Guerra Mundial! 

 

Sra. P. 

Cierto. No tenían comida, no tenían ropa, no tenían calefacción, y los inviernos allí son muy severos. En Sarajevo solíamos tener de dos a tres metros de nieve, la temperatura de noche a veces bajaba a  –20 C. Igual has oído hablar de que algunos años atrás, las Olimpiadas de Invierno tuvieron lugar en Sarajevo. Es un lugar muy frío, así que el no tener electricidad, y el no poder alimentar una hoguera, es una situación terrible. Quemaban zapatos, y libros, y cualquier cosa que pudieran, solamente para mantenerse calientes.  

 

Durante la guerra había también el problema del agua, no había agua. En toda la ciudad sólo había dos lugares donde la gente podía ir a buscar agua, y había esas colas para el agua, y las colas para el pan. Sarajevo es un valle rodeado de montañas, y la gente del valle eran atacados desde las montañas. Así que cuando se formaban estas colas, eran una meta muy fácil para la gente en las montañas, que de esa manera les disparaban. En el centro Sai había una señora que se llama Alejandra, ella un día me contó que una vez que estaba en la cola del agua, vio la figura de Swami, o por lo menos la vio por atrás, estaba caminando por el otro lado de la calle, justo se iba por la esquina, y ella se sintió muy sorprendida, pensó que estaba soñando... 

  

Prof G.V. 

¿Eso era a plena luz del día? 

 

Sra. P. 

Si, ella estaba en la cola para recoger agua, que era una cola muy larga, y vio a Swami en el lado opuesto de la calle, justo estaba desapareciendo tras la esquina, así que rápidamente cruzo la calle para seguirle, para ver si realmente era Swami. Y en el momento en que cruzó la calle, una granada cayó exactamente en el lugar en donde ella había estado parada en la cola. 

 

Prof G.V. 

La salvo… 

 

Sra. P. 

Si ella hubiera estado allí unos momentos más ¡ya no estaría entre nosotros! Así es como Swami la salvó, y esto no fue el único incidente que ella vivió. Hay un mercado muy famoso en Sarajevo, se le llama el Mercado Verde, allí se venden toda clase de verduras, y esta mujer, Alejandra, vive a 5 minutos del mercado. Un día estaba en este mercado, comprando, y dice que una voz dentro le dijo, "Vete a casa, vete a casa".  

Ella lo ignoró, pensó, "No, yo tengo que acabar mi compra". Pero esta voz continuó, hasta que ya no la pudo ignorar más. Era una voz muy insistente, y ella sintió fuertemente que era Swami diciéndole que se fuera a casa. Cuando ya no la pudo ignorar más, se fue a su casa, que no estaba más que a cinco minutos andando, y entonces oyó una explosión masiva. Mucha, mucha gente quedó herida, y hubo gente que murió, y si ella se hubiera entretenido unos minutos más... 

  

Prof. G.V. 

¡Así que se salvo dos veces! 

 

Sra. P. 

Ni siquiera llegó hasta su casa, estaba en la puerta de su casa cuando oyó la explosión… 

  

Prof G.V. 

Esto me recuerda un incidente que me contó una persona de las Antillas, el coordinador del centro Sai de allí. Parece ser que hay allí un hombre muy rico, de descendencia africana, que un día iba en su coche, un Mercedes Benz, a gran velocidad. Su idea era chocar y matarse. Y mientras estaba en eso, oyó una voz que le decía, "Ven a Prashanti". El no sabía qué es lo que estaba pasando, qué era esa voz. Continuó a toda velocidad. Otra vez oyó, "Ven a Prashanti". Siguió conduciendo, pero preguntándose qué era eso. Y una tercera vez oyó, "Ven a Prashanti", con mucha urgencia. Se detuvo. No sabía lo que era Prashanti, no sabía dónde estaba, no sabía lo que significaba. Pero sintió que no debía morir. Entonces hizo algunas indagaciones, descubrió lo que Prashanti es, vino a Prashanti y vio a Swami. Swami le dio una entrevista. Así que aquí había un hombre que no sabía nada acerca de Swami y fue salvado por Swami en circunstancias similares.  

 

Allí fue a través de oír la voz, aquí, en la historia que tú nos cuentas, fue a través de la aparición física. ¡Es simplemente asombroso! ¿Hay alguna otra historia similar que nos puedas contar? ¡Porque a nuestros oyentes les encantan estas historias! 

 

Sra. P. 

Bueno – los devotos de allí se solían encontrar en la casa de uno de ellos, para hacer sesiones de cantos devocionales, o para celebrar festivales. Pero durante la guerra, todo el mundo sospechaba de todos los demás. Sospechabas de tu vecino, que había sido amigo tuyo por muchos años, pero la guerra lo cambió todo. Así que los devotos tenían miedo de que si se juntaban a cantar bhajans, se les podría atacar, de que podrían tener problemas. Y había policía de seguridad por todas partes. La mujer en casa de la cual se juntaban siempre para cantar era una mujer mayor, y siempre estaba preocupada acerca de si iban a tener problemas, porque los vecinos ya de por si le hacían la vida imposible. Así que preparó respuestas en su mente, para el caso de que viniera la policía a interrogarla.   

 

Y si, un día vino un policía a su casa, y ella estaba tan nerviosa al igual que bien preparada con sus respuestas, que ¡ni siquiera le dio la oportunidad de hacerle las preguntas, enseguida se puso a dar sus respuestas! El policía parecía estar bastante divertido por esto, sabes, y supongo que ella también lo estaba y sonaba confusa. 

  

Cuando él entró en la casa y comenzó a mirar a su alrededor, ella sintió miedo, porque tenía una foto de Swami de tamaño natural, que se podía ver desde la entrada, y no había tenido tiempo de esconderla. Así que pensó, "Ya está, se acabó, ahora sí que tenemos un gran problema…".  

 

Pero cuando después de abrirle la puerta al policía se volvió a mirar, ¡la foto de Swami ya no estaba en su lugar! Ella estaba segura de haberla visto cuando fue a abrir la puerta, así que no entendía qué podía haber pasado. Así pues, el hombre miró a su alrededor, no vio nada extraño, y se volvió a ir, solamente le dijo que tuviera cuidado con lo que hiciera. Y ella cerró la puerta tras suyo y corrió hacia el lugar donde se suponía que debía estar la foto de Swami, y miró a todo su alrededor, porque no entendía cómo la foto podía simplemente desaparecer. Y vio que la foto había resbalado y caído bajo la alfombra. ¡Justo antes de que entrara ese hombre, la fotografía había caído tras la alfombra! Allí fue donde la encontró, para su gran asombro...  

 

Prof G.V. 

¿Y nunca antes había sucedido? 

 

Sra. P. 

Nunca antes había sucedido. Y es una fotografía de tamaño natural, no es una fotografía pequeña. 

  

Prof G.V. 

¡No es muy fácil que caiga y se esconda tras la alfombra! 

  

Sra. P. 

¡No, no lo es! Es asombroso cómo Swami la ayudó en esa situación, para que no tuviera problemas con el policía. Y otra historia interesante – realmente debo decir que la devoción de esta gente hacia Swami fue una experiencia que me enseñó la humildad, que pasando por esa terrible guerra, pero su devoción, su fe nunca vaciló. Algunos miembros del centro Sai fueron heridos durante la guerra, otros incluso murieron, pero ellos permanecieron muy firmes en su fe. Una mujer llamada Ashra me explicó que en una ocasión, cuando ella estaba llevando leña para la celebración de Shivaratri...  

 

Prof G.V. 

¿Leña para calentarse? 

 

Sra. P. 

Si. Llevaba un saco de leña sobre sus espaldas cuando fue atacada por francotiradores. Le dieron al saco, pero no la hirieron a ella. Y ella continuó su camino, no se detuvo, continuó andando, pero rezándole a Swami, "¡Swami por favor, déjame llegar al centro Sai, porque necesitamos esta leña, sino no aguantaremos el cantar toda la noche! 

 

Prof G.V. 

¿Quieres decir que aun continuaban con los bhajans durante la noche de Shivaratri? ¡Es fantástico! 

  

Sra. P. 

Toda la noche. Incluso durante la guerra. ¡Aún teniendo que esquivar a francotiradores para poder llegar con la leña! Y esa noche, cuando estaban cantando, sintieron calor que emanaba de la foto de Swami. No era un calor que calentara el cuarto entero, pero si acercabas tus manos a la foto de Swami, emanaba suficiente calor para que lo pudieras sentir. Supongo que era una señal de Swami para mostrarles que estaba ahí con ellos durante esos momentos tan difíciles. Y eso los emocionó mucho, y les dio fuerzas para cantar toda aquella noche. 

  

Prof G.V. 

Bien - de Bosnia fuisteis a Israel, ¿es cierto eso? 

  

Sra. P. 

Es cierto. 

 

Prof G.V. 

¿Cómo es el movimiento Sai en Israel? ¿Qué tal si nos cuentas un poco acerca de esto?  

 

Sra. P. 

Fuimos a Israel en el año 2000. Se nos reasignó a Israel, y llegamos allí justo antes de que comenzara lo que llamamos la Intifada, el levantamiento Palestino. En el momento en que llegamos, parecía que se iba a conseguir llegar a un acuerdo de paz que el Presidente Clinton estaba tratando de organizar, pero desafortunadamente no se logró. Había varios centros Sai, uno pequeño en Haifa y uno algo mayor en Tel Aviv. Nosotros estábamos situados cerca de Haifa, así que indagamos un poco y al cabo de unas semanas logramos encontrarlos, y comenzamos a asistir de manera regular, una vez por semana, para participar en los cantos devocionales.  

 

Prof G.V. 

Esta gente en Israel, ¿cómo supieron de Swami? ¿y cómo fue que comenzaron a seguir las enseñanzas de Swami? ¿Hubo alguna circunstancia especial que hizo que esto sucediera? 

  

Sra. P. 

Hay una señora llamada Miriam, que vino a ver a Swami hace muchos años, hace unos 20 años. Ella se enteró de Swami, leyó acerca de Swami y vino a verle desde Israel, y quedó convencida de que Swami es Dios. Y regresó a Israel y habló acerca de Swami, algunas personas comenzaron a leer y lentamente el movimiento creció en Israel... 

 

Prof G.V. 

¿Pero allí hay mucha gente muy ortodoxa, no es cierto? ¿No pusieron objeciones? 

  

Sra. P. 

Bueno, en cierta manera tienes que ser cuidadoso hasta un cierto punto, la gente ortodoxa no le da la bienvenida a ningún otro credo. Pero al mismo tiempo puedes seguir tus creencias, hay lugar para la práctica de otros credos, en Israel. Y de hecho, hoy día muchos Israelíes vienen a la India como turistas. 

 

Así que me encontré que fuera donde fuera, ya sea que fuera a enmarcar una foto de Swami, o si tenia una foto en el coche, cuando iba a la gasolinera – todos sabían acerca de Swami, de una manera u otra todos habían oído hablar de Swami. Hace poco la Televisión Nacional de Israel incluso mostró un documental acerca del Hospital de Super Especialidades...  

 

Prof G.V. 

¡Qué interesante! Por supuesto, aquí de tanto en tanto vemos a devotos que llevan la estrella de David. Hace dos semanas vi a algunos. Ahora, ¿cómo compararías el movimiento Sai en Israel con el de Bosnia? ¡Si es que una comparación así es justa! 

  

Sra. P. 

En Bosnia la organización estaba más orientada hacia el servicio, porque había mucha necesidad de servicio.  

 

Prof G.V. 

Es natural – hablando de servicio, creo que los devotos de Alemania prestaron muchísimo servicio durante la guerra, ¿sabes algo acerca de ello? 

  

Sra. P. 

Si, ese servicio todavía continua. Los devotos Sai de Alemania – y no sólo devotos Sai, también miembros de la comunidad, del público Alemán – donaban frutos secos, ropa, medicina, libros, y diferentes artículos esenciales, y los enviaban en camiones a Bosnia, al grupo Sai de Sarajevo, que los recolectaba y los distribuía entre los refugiados. Los artículos donados eran almacenados en una escuela, donde Ashra, la coordinadora, es maestra. En la escuela tenían grandes cuartos que hacían de almacén. Los devotos Sai y algunos de los refugiados que se beneficiaban del proyecto, clasificaban los objetos y  luego los distribuían.   

 

Prof G.V. 

Dices que en Bosnia la organización Sai esta muy orientada hacia el servicio. ¿Cuál es la orientación en Israel? 

  

Sra. P. 

Yo diría que en Israel la gente tiene una buena calidad de vida, un nivel de vida alto. Antes de asentarnos en Israel ya habíamos ido una vez, pero fue cuando al cabo de pocas semanas fuimos evacuados por la Intifada. Después de esta evacuación vine a ver a Swami, y en esa ocasión durante un Darshan, Swami me preguntó, "¿Qué es lo que estás haciendo?" Me sorprendió tanto esa pregunta que de repente fue lanzada hacia durante el Darshan, que no sabía qué decir, porque recién habíamos llegado a Israel y todavía estábamos en el proceso de instalarnos. Pero no quería decir que "no estoy haciendo nada", así que dije, "Swami, ahora estamos en Israel".  

Entonces se volvió hacia y dijo: "¡Educación en Valores Humanos!" 

 

Prof G.V. 

¡Así que te dio una pista! 

 

Sra. P. 

Así que me dio la pista de que a lo que debía dedicarme en Israel era a la educación en Valores Humanos. Cuando fui a Israel por primera vez, me había encontrado allí a una pareja que había estado en Puttaparthi por unas seis semanas, y ellos estaban entusiasmados con el programa de Educación en Valores Humanos. Pero el resto del grupo no sabía nada acerca de ello, y los mayores no estaban tan entusiasmados, pues no sabían de qué se trataba. Supongo que Swami nos mandó en el momento correcto, y yo estaba tratando de animarlos. Pero esto fue una respuesta directa de Swami, de que éste es el camino a seguir.  

 

Prof G.V. 

¡Una directiva directa! 

 

Sra. P. 

¡Una directiva directa, cierto! En esa primera estancia allí, les había dicho a mis amigos en Israel que trataría de conseguir a alguien que nos entrenara oficialmente en Educación en Valores Humanos antes de que fuéramos a las escuelas. Y entonces, en esa visita aquí, como dos días después de que Swami me hubiese dado esta directiva, me encontré con la coordinadora de Educación de Inglaterra, Carole Alderman. 

 

Prof G.V. 

¿Creo que ha hablado aquí en ocasión del Día de la Mujer, cierto? 

  

Sra. P. 

Si, es cierto. Yo había tratado de conseguir que Carole Alderman viniera a Macedonia, que está al lado de Kosovo, una vez que se nos había asignado ahí por un tiempo breve, para que entrenara a los facilitadores de los campos de refugiados. Había dado una charla acerca de la Educación en Valores Humanos allí, y estaban muy interesados en ello. Así que me había puesto en contacto con Carole, pero de alguna manera no pudo ser, ella no pudo venir a Macedonia.  

 

Pero cuando me la encontré ahora, me dijo que esta vez definitivamente vendría, y un par de meses más tarde, cuando regresamos a Israel, vino y tuvimos un taller maravilloso en Israel, que fue atendido tanto por devotos Sai como por no devotos. Y ahora tenemos regularmente un taller que dura tres meses, para gente interesada en Educación en Valores Humanos. 

  

Prof G.V. 

¿Hay interés? 

 

Sra. P. 

Si, hay mucho interés. Yo estuve enseñando Educación en Valores Humanos en una escuela de la ONU en Israel, y lo hacemos en Haifa, y poco a poco se está difundiendo. El Instituto de Educación de Maestros ha invitado al coordinador de Educación en Valores Humanos israelí a dar un curso el año que viene... 

  

Prof G.V. 

¿Están contentos con ello? 

 

Sra. P. 

Están muy contentos, están extremadamente contentos con ello. 

  

Prof G.V. 

¿Te encontraste con alguien que hubiera tenido experiencias? 

 

Sra. P. 

Bueno - todo el mundo tiene experiencias, pero una en concreto de la cual me acuerdo ahora, me la explicó la coordinadora israelí. Ella vive fuera de la ciudad, en el campo. Una vez hubo un incendio muy sospechoso allí donde vive, donde la zona residencial se ha extendido bastante. Es una zona muy bella. Hoy día hay bastantes casas allí, y el fuego estaba llegando a la suya. Se les aconsejó que cerraran todas las puertas y ventanas y salieran de la casa, y eso es lo que hicieron. Ella se apresuró mucho, y cuando ya se estaban marchando, de repente se acordó de que la túnica que Swami le había dado años atrás todavía estaba dentro de la casa, y a pesar de que regresar suponía un gran riesgo para ella, pensó, "No, no voy a permitir que nada le suceda a la túnica de Swami!" Así que regresó a la casa, al dormitorio, para sacar la túnica. Y allí se dio cuenta de que había dejado abierta una gran ventana en el dormitorio, la túnica estaba justo al lado de esa ventana. Así que recogió la túnica y cerró la ventana y salió. Y la casa se salvo del incendio.  

 

Prof G.V. 

Porque cerró la ventana... 

 

Sra. P. 

Si. De otra forma, el viento – viven en un valle, cerca del mar – el viento habría hecho que el fuego entrase en la casa y todo se habría quemado… 

  

Prof G.V. 

¿Qué es lo que les atrae, de Swami, a los Israelíes? 

 

Sra. P. 

Es la enseñanza de Swami: la unidad (esencial) de las religiones; el "Ama a todos, sirve a todos", que es una Sus citas más famosas; la Educación en Valores Humanos – y todos ellos buscan paz. Todos quieren paz, y creo que se han dado cuenta de que éste es el camino a seguir. 

  

Prof G.V. 

¿Hay muchos niños que atienden a las clases de Valores Humanos? 

  

Sra. P. 

El número está creciendo, poco a poco. Cuando di clases de Valores Humanos en la escuela de la ONU, tenía cómo alumnos a niños que provenían de todas partes del mundo... 

  

Prof G.V. 

¿Les gustaban las clases? 

 

Sra. P. 

¡Amaban las clases! Y lo que más les gustaba era la parte de sentarse en silencio, o meditación. Y eso fue una gran sorpresa para mí, porque eran todo adolescentes, pero siempre me decían, "¡Lo mejor es el sentarse en silencio!" 

 

Prof G.V. 

¡Yo pensaba que es muy difícil permanecer en silencio! Swami nos dice siempre, "Practiquen el silencio" ¡y nadie lo quiere hacer! 

 

Sra. P. 

Si, ¡también yo estaba muy sorprendida! Pero de hecho, incluso me lo pedían, me decían, "¿Podemos hacer ahora el rato de sentarse en silencio?" ¡Y era un pedido muy popular! 

  

Prof G.V. 

¡Asombroso! 

 

Sra. P. 

Si. Y muy alentador, porque eran niños que nunca habían sido expuestos a ningún tipo de espiritualidad, por decirlo de alguna manera. Algunos de los niños ni siquiera sabían acerca de Dios, ¡no conocían la palabra "Dios"! 

 

Prof G.V. 

¿En Israel? 

 

Sra. P. 

Estos eran niños de la ONU, de diferentes partes del mundo. 

  

Prof G.V. 

¿Así que, cómo les explicabas acerca de Dios? 

 

Sra. P. 

Trataba de no hablarles acerca de Dios, sino de concentrarme en los Valores… 

  

Prof G.V. 

Pero, cuando te preguntaban acerca de Dios, ¿qué les decías? 

  

Sra. P. 

Bueno, había entre ellos algunos niños de Irlanda, que venían de un trasfondo católico, y ellos mismos se lo explicaron a sus amigos…  

 

Prof G.V. 

¿Y su explicación fue aceptada? 

 

Sra. P. 

Si. 

 

Prof G.V. 

¿Como describieron a Dios, estos niños de Irlanda? ¿Qué decían? 

  

Sra. P. 

Bueno, decían que Dios es una Persona a la que Le rezas, y por supuesto, relacionaban a Dios con la iglesia, vas a la iglesia, y también decían que rezaban cada día con sus padres. Y ¡algunos de los niños ni siquiera entendían qué es rezar! Nunca habían oído hablar de oraciones, dijeron, "No hemos ido nunca a una iglesia o a aun templo". Yo estaba realmente muy sorprendida de que haya niños que no sepan acerca de Dios… 

 

Prof G.V. 

Porque estaban aislados…  

 

Sra. P. 

Si, lo sé. Fue algo nuevo para mí, que me abrió los ojos, porque supongo que yo siempre he estado en compañía espiritual, de alguna manera.  

 

Prof G.V. 

¿Fueron los niños capaces, en algún momento, de entender que los Valores vienen de Dios? ¿O no llegaste a ello en el tiempo que estuviste allí? 

 

Sra. P. 

No. Porque estos niños estaban allí de seis meses a un año, y yo realmente me quería concentrar en el aspecto de la Educación en Valores, y no quería entrar demasiado en la religión, porque estaba dando las clases en una escuela. Así que me concentré en los Valores. Y también en temas relacionados a la ONU, como por ejemplo el concienciarlos acerca del peligro de las minas. Les di proyectos acerca de la destrucción causada por las minas, lo cual entendían porque veían a sus padres, que trabajaban para el Ejército, involucrados en estos temas. Yo trataba de hacer las clases lo más prácticas posible para ellos.  

 

Prof G.V. 

Pero los valores han de ser relacionados a un plano moral más elevado, o a un Poder o a una Fuerza Superior, Dios es sólo una palabra para ello. Como decía Gandhi, hay un Poder extraño y misterioso que nos controla, le puedes dar el nombre que quieras. Este Poder Superior es lo que nos motiva desde dentro, es lo que llamamos espíritu, lo que llamamos alma, y es lo que diferencia a un vegetal o una piedra del ser humano. Y es este Poder lo que inspira la compasión en un ser humano, lo que motiva la sensibilidad latente en el ser humano. Así que en un momento u otro, junto con la abstracción de los Valores, el Poder tras de ellos, su Origen, ha de ser transmitido de una manera u otra. ¿Formó esto parte de tu enseñanza? ¿O es algo que viene más tarde? 

  

Sra. P. 

Esto viene más tarde, no en la etapa inicial. 

 

Prof G.V. 

No en la etapa inicial. Sobretodo cuando han sido "resguardados" de Dios, por decirlo de alguna manera... 

 

Sra. P. 

Cierto. Sabes, ha de ser de manera gradual, de manera que lo puedan entender. Y primero tienen que tener confianza en , disfrutar del programa. 

  

Prof G.V. 

¿Cómo reaccionaron los padres de los niños a este proyecto? 

 

Sra. P. 

Estaban muy contentos. Yo les enviaba los planes de las lecciones a casa. Y los maestros estaban muy contentos con ello, y me pedían libros, planes de lecciones, venían a las clases y se sentaban atrás, escuchando. Estaban encantados con que diera estas clases, y querían que cuando me fuera les dejara todo el material que tuviera, para que ellos pudiesen continuar aunque yo no estuviese. 

 

Prof G.V. 

¿Algunos de ellos mostraron interés en Swami? 

 

Sra. P. 

Me hicieron preguntas acerca de Swami, porque yo les había dicho que el origen de este programa venia de Swami. Pero los maestros de la escuela no habían oído hablar de Swami, a diferencia de otros Israelíes. Pero yo les había hablado de Swami antes de comenzar el programa, les di material acerca del programa, y acerca de cómo empezó, y de donde surgió, así que ellos conocían el trasfondo.  

 

Prof G.V. 

¿Dirías que en Israel la conciencia acerca de Swami ha aumentado? ¿Y la Educación en Valores Humanos, está difundiéndose? 

  

Sra. P. 

Si. Precisamente hace unos pocos meses tuvimos el primer retiro Sai nacional, al que atendieron de 70 a 90 personas. Lo hicimos en un kibutz llamado Neve Shalom, que es, creo, el único kibutz dónde las actividades se llevan a cabo conjuntamente por israelíes árabes y judíos, si es que se puede expresar así. Allí hay siempre un 50% de israelíes árabes y un 50% de israelíes judíos, viviendo y trabajando en ese kibutz, y llevan a cabo muchos programas... 

 

Prof G.V. 

¿Hay muchos árabes que van al centro Sai? 

 

Sra. P. 

Una cosa que estuvo muy bien en el retiro es que teníamos entre los participantes un israelí árabe, un miembro de la comunidad judía – si eres familiar con la comunidad judía. Luego, mi marido y yo que tenemos un trasfondo budista, y también había cristianos, y por supuesto, teníamos muchos, muchos Israelíes judíos que participaron en el retiro, así que fue una reunión realmente agradable de personas de diferentes credos. 

 

Prof G.V. 

¿Disfrutaste participar en las actividades Sai en Israel? 

 

Sra. P. 

¡Si, definitivamente, si! 

 

Prof G.V. 

Esperemos que allá donde vayas la próxima vez… 

  

Sra. P. 

Al Líbano. 

 

Prof G.V. 

¡Al Líbano - no está muy lejos de Israel! Esperemos que continúes teniendo ese tipo de experiencias, y la próxima vez que vengas - ¿cuando tienes pensando venir otra vez? 

  

Sra. P. 

No lo sé, pero, ¿puedo mencionar algo acerca del Líbano, si hay tiempo todavía? 

  

Prof G.V. 

¡Por supuesto! 

 

Sra. P. 

Nos acabamos de mudar al Líbano, y sabes, donde hay voluntad, hay un camino. Y Swami siempre encuentra un camino. Así que he comenzado a trabajar como voluntaria en una escuela religiosa Islámica, enseñando inglés... 

  

Prof G.V. 

¡¿Qué quieres decir con escuela Islámica religiosa?! Eso suena curioso – es: una es escuela Islámica… 

 

Sra. P. 

(Risas) Perdona - si, es una escuela estrictamente Islámica. Pero es una fundación para huérfanos, y para niños marginados, y tienen también un parvulario, y educación especial, y varios otros proyectos, al igual que proyectos de ayuda médica. Así que me he involucrado dando clases de inglés. También le enseño inglés al presidente de esta fundación. Y lo hago todo de manera voluntaria. Porque es una organización voluntaria, y es una buena causa. Y les dije el porqué lo hago. Les llevé un libro acerca de Swami y les enseñé todos los proyectos que están teniendo lugar, de Educación, los Hospitales, el Proyecto de Agua Potable, y estaban muy impresionados. 

 Y entonces les hablé de la Educación en Valores Humanos, y les pregunté, "¿Puedo empezar con este proyecto aquí, puedo dar un curso de Valores Humanos en su escuela? Siéntense conmigo durante las clases, vean como es, lo que es, y si piensan que es beneficial, organizaré el que sus maestros puedan ser entrenados para dar clases de Valores". Y están muy interesados en ello. Aún no he empezado con las clases en si, pero les he hablado acerca de ello, y me han pedido libros y materiales, y han puesto una fecha para empezar con las clases. Si por ese entonces todavía estoy allí, en Junio empezaremos con el entreno de sus maestros. 

  

Prof G.V. 

Muy bien, ¡mucha suerte! ¡Y esperamos verte pronto con más noticias de todos los lugares donde has estado y has trabajado! 

  

 

 

SAIRAM 

Cortesía de Radio, Armonía Global 

(paginas web: radiosai.org y h2hsai.org