7 DE ABRIL DE 2016 - ALEMANIA.
DISCURSO DE DESPEDIDA.
Residencia del Dr. Stephan von Stepski-Doliwa
A medida que Swami bajaba los escalones, había una vieja balanza frente a la habitación.
¿Qué es una balanza?
Cuando ambos lados se igualan, está equilibrada. Si uno de los
lados no está igual, no estará equilibrada. Si colocan cosas en ambos lados de la balanza hasta que queden iguales, entonces sabrán el peso del objeto que están intentando pesar.
Del mismo modo, el nombre del Señor es igual a Su forma. Sólo el nombre del Señor puede equipararse a la forma del Señor. Donde quiera que esté la forma del Señor, también estará el nombre del Señor. Por lo tanto, donde quiera que canten el nombre de Sai, Sai está ahí. Así es como deben pensar.
En el momento, en que pronuncian la palabra «Sai», aun antes de terminar de decir «Sai», Él ya está ahí frente a ustedes.
Para experimentarlo, deben abrir los ojos. Si
cierran los ojos aunque sea un momento, toda la habitación —las sillas, los cuadros sobre la pared—, todo desaparecerá. No serán capaces de ver nada. Aunque todo existe, por haber cerrado vuestros ojos, no podrán ver ninguna de estas cosas.
No obstante, si abren sus ojos, este mundo reaparecerá ante ustedes.
De la misma manera, si abren su corazón, Sai aparecerá. Él está ahí con ustedes todo el tiempo. Cuando su corazón está cerrado, no podrán verlo; pero, cuando abren vuestro corazón, podrán verlo.
¿Cuál es la manera de abrir el corazón?
¡El amor! El amor es la llave. Con amor, podrán
abrir el corazón de Dios.
(Un reloj de cucu comenzó a tocar la hora de repente. Todos se rieron ante el ruido inesperado).
Ven nos está diciendo: «¡Deben irse ahora! ¡Swami tiene que irse ahora!». (Risas).
El tiempo es algo muy poderoso; nadie puede conquistar el tiempo. El tiempo lo conquista todo.
Mientras están en este mundo, están limitados por el tiempo. ¡Empleen bien el tiempo!
Nunca sabrán cuándo se irá la vida. En un momento, todo puede desaparecer. Antes de que llegue ese momento, continuen siempre cantando el nombre del Señor, sintiendo Su
presencia en sus vida, santificando sus vida y haciéndola Divina, y esparciendo Su amor a todos a su alrededor, como una vela.
Éste es el mensaje que deben guardar
dentro de su corazón. Sea cual sea el tiempo que les quede, debe ser bien utilizado.
El tiempo empleado en pensar en Dios, en servir a Dios y en ir hacia Él es el único tiempo bien usado. El resto del tiempo es simplemente un desperdicio, porque no les ayuda en
modo alguno.
Si quieren ir al aeropuerto, deben conducir hasta el aeropuerto; sólo entonces podrán llegar al aeropuerto.
Si conducen en la otra dirección, no llegaran allí.
Todas las actividades que no los conducen hacia Dios, son como alejarse del aeropuerto. ¿Cómo tomarán su vuelo?
Por muy importantes que puedan ser, todas esas actividades no serán de ninguna utilidad al final. Nadie los valorará por la cantidad de propiedades que han comprado,
por la cantidad de personas que tuvieron en sus vidas, por cuánta reputación, fama y popularidad obtuvieron; todos estos no son los criterios que importan. No importarán al final.
En Europa hay una moneda; en la India hay otra moneda. La moneda de la India tiene valor en la India; la moneda de Europa tiene valor en Europa.
De igual modo, la reputación, la fama, la propiedad y la riqueza quizás tienen algún valor en este mundo. Sin embargo, en el mundo después de éste, todo esto no tiene valor alguno.
Nadie les preguntará sobre estas cosas. Todo lo que se les preguntará será, si han vivido una vida desinteresada, si han ayudado y servido a otros, si han crecido espiritualmente; esto es todo lo que importa allí.
Tengan esto siempre en cuenta.
Usen esto para alcanzar aquello.
Canten una canción: Sai is love (Sai es amor).
...BABA.
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