SATSANG DE ISAAC TIGRETT
8 de agosto de 2017
Sesión de la tarde
Satsang público en «Sai Anandam», Singapur
Sr. Isaac Tigrett
Hace años, Swami me pidió que viviera al lado de la casa de un yogui. Éste y yo nos reuníamos todas las tardes. La primera vez, entramos en un profundo estado de trance, y el yogui y yo abandonamos nuestros cuerpos. Estábamos en nuestros cuerpos sutiles, de pie al lado de nuestros cuerpos burdos. Swami llegó y dijo que emprenderíamos un viaje. Viajamos 2.500 veces durante los siguientes diez años. Nos reuníamos cuatro o cinco veces por semana, y abandonábamos el cuerpo. Swami llegaba y nos llevaba a dimensiones diferentes y universos paralelos. Nos llevaba a vidas previas, particularmente aquellas en que habíamos sido malos, por lo cual teníamos que pagar.
Me llevó a una vida en la que fui un rey egipcio con un tremendo poder psíquico sobre las personas. Yo estaba festejando mi cumpleaños y quise que se construyeran 27.000 estatuas de mí mismo, por todo el reino. Impulsé a la muerte a miles de esclavos nubios, en mi desesperación por satisfacer mi ego. En otras vidas caminé con avatares, como Swami ha tenido la amabilidad de decir en público.
El asunto es que he tenido la bendición de saber que tuve muchas, muchas vidas previas. Ustedes deben entender que también han tenido muchas vidas previas, y la razón por la que están aquí ahora, es que no han alcanzado aún el pináculo. Todos los maestros dicen que la razón por la que estamos aquí es para conocer a nuestro Yo Mismo.
Una de las ventajas que da el Maestro es que Él puede acelerar nuestro karma. Es muy doloroso: nos lleva precisamente al límite de lo que podemos soportar, porque nos ama. Muchos se vuelven y huyen, pero uno tendrá que regresar y tener de nuevo esa experiencia kármica. Ustedes deben esforzarse por buscar el conocimiento en su propio interior, y actuar con mucho cuidado, porque esta es una oportunidad extremadamente rara.
Fuente: Editorial Premamrutha Prakashana, Muddenahalli
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