"En una ocasión, Krishna pensó en poner a prueba la naturaleza de Yudhishthira y de Duryodhana. Llamó primero a Yudhishthira y dijo:
"Tengo que cumplir una tarea. Para ello necesito de una persona de mente muy malvada, inclinada a actuar perversa y falsamente. ¿Me puedes traer a una persona asi?"
Después, Krishna llamó a Duryodhana y le dijo, "¡Duryodhana! Hay que llevar a cabo una gran tarea. Para ella se requiere de una persona noble que sea pura, bondadosa y virtuosa."
Ambos accedieron a cumplir con la tarea que se le asignara. Yudhishthira partió en una dirección y Duryodhana en otra, en busca de la persona que describiera Krishna. Después de algún tiempo, volvió Yudhishthira y muy humildemente le dijo a Krishna:
"¡Oh Señor! No hay personas malvadas en nuestro reino. Yo soy el único que alberga una que otra maldad. Por favor, has uso de mí."
Poco tiempo después, volvió también Duryodhana y le dijo a Krishna: "¡Krishna! Una persona absolutamente noble no se encuentra en este reino. Creo que soy la única persona así. Si me indicas cual es la tarea, ciertamente la cumpliré."
En la egótica visión de Duryodhana todos aparecían como malvados. Ante la humilde naturaleza de Yudhishthira, todos parecían buenos. Por ende, según sea el color de las gafas que lleven, todo les parecera ser de ese color. Si vuestra visión fuera malvada, todo les parecerá malvado.
Duryodhana era extremadamente malvado y de mente perversa. Por otro lado, Yudhishthira era un epítome de virtudes. Era la personificación misma de Sathya (verdad) y de Dharma (rectitud). Por ello, todos le parecían ser nobles y buenos.
Concluyendo, podemos decir que tanto para la maldad de Duryodhana como para la nobleza de Yudhishthira sus respectivos pensamientos eran los responsables. El hombre considera a algunas personas como malvadas y a otras como nobles, basado en sus propios sentimientos. De hecho, no existe gente buena ni mala en el mundo exterior. Todo lo bueno o malo que ven en este mundo no será sino una reacción, reflejo y resonancia de sus propios pensamientos.
Es así que para todo lo bueno o lo malo ustedes mismos serán responsables y nadie más. Incluso para sus pensamientos buenos o malos son sólo ustedes los responsables y no otros.
Su mente es un atado de pensamientos. Todas sus acciones son dirigidas por su mente. Sus acciones son responsables por su felicidad o su pesar. Por eso, si sus pensamientos son buenos, también su mente se vuelve buena y, cuando ella se vuelve buena, se vuelve buena también su conducta. "
Sathya Sai Baba
(Ext. del D. D. 06-07-96)
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