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miércoles, 25 de enero de 2017

El dios de las pequeñas cosas. por Sri BN Narasimha Murthy.

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El dios de las pequeñas cosas.
 por Sri BN Narasimha Murthy.




La semana pasada, hemos visto cómo como Isaac Tigrett, Sachin Tendulkar, y Sunil Gavaskar han logrado grandes cosas en el mundo material, debido a su conexión con Swami. 
Es muy claro que sin esa conexión interior y nuestra propia voluntad, no seremos capaces de lograr ninguna cosa. Por lo tanto, hay que poner nuestros esfuerzos y dejar el resto a Swami; Él se hará cargo de los resultados. Y para el individuo, si el resultado es bueno o malo, no importa,  la actividad se convierte en espiritual y una ofrenda a Dios. Es con esa sensación que debemos ofrecer nuestros asuntos de trabajo a Swami; mucho más que nuestros éxitos materiales.

Me gustaría recordar un incidente cuando Swami reconoció tal esfuerzo, cuando se hizo una ofrenda a Él. Cuando era el Guardián del albergue de Prashanti Nilayam, Swami estaba distribuyendo una vez relojes a los estudiantes en el Mandir. 
De repente, detuvo la distribución, llamó a su coche y salió. Nos sorprendió en cuanto a por qué de repente hizo esto. Pero cuando llegamos a conocer la causa, nos quedamos encantados.

Había un niño atrás, en el albergue que no podía caminar debido a una lesión en la pierna. El niño, solo, en el albergue, estaba derramando lágrimas - "Swami, le está dando relojes a todo el mundo; Yo lo sé, pero estoy aquí. "
Yo sabía de la difícil situación de este niño y por lo tanto había asignado un niño para que cuidara de él. Este chico necesita ayuda para todo, incluyendo la atención a las llamadas de la naturaleza. Pero el niño que lo ayudaba, cuando se entero que Swami estaba distribuyendo relojes, dejó el albergue y fue al Mandir, ya que quería conseguir su reloj directamente de las manos de Swami. Si bien esto era comprensible, desde la perspectiva de cuidador , el había dejado su trabajo a medio camino, dejando al niño lesionado solo.

El niño herido, y solo en el albergue, experimentaba la urgencia de ir al baño y estaba luchando por caminar. En ese momento, Swami estaba distribuyendo relojes. Pero nuestro Señor que todo lo sabe, detectó la situación del niño, detuvo la distribución a mitad de camino y llamó a su coche para llegar hasta el niño en el albergue! Cuando Swami alcanzó el albergue, el chico estaba luchando para caminar hacia el baño. Swami se acercó a él, puso su mano sobre los hombros, lo llevó hasta el baño, espero afuera, y lo trajo de vuelta. 
Nadie va a hacer esto? Incluso un padre físico no puede hacer esto cuando están en medio de un trabajo importante. Como seres humanos, todos tenemos nuestras limitaciones. Es por eso que Swami resuena con el dolor de sus estudiantes.

Swami siempre era así. Como Guardián he presenciado este derramamiento de amor muchas veces. Swami solía llamar al director y preguntarles a los muchachos: "¿Cómo estan los alimentos hoy, muchachos?" Los muchachos me miraban a la cara y decían: "Swami, la comida es buena." Swami decía: "No mires a tu director, dime la verdad. "Estaban en un gran dilema natural. Entonces Swami preguntaba: "¿Qué comieron en el desayuno de esta mañana?" Ellos decían: "Swami, idli y vada." "¿Cuántos idlis?" "Cuatro idlis y dos vadas." "Yo conozco esos idlis; Son pequeños? ", diría Swami, mostrando el tamaño de la idlis con Sus manos. "Tan pequeño, como sólo un bocado, y lo tragan". Swami entonces les preguntaba: "¿Cómo está el chapati?" Ellos dirán: "Swami, es bueno". Swami decía: "Estoy observando cómo le quitan la periferia de los chapati porque es como cuero y sólo comen lo que esta en el medio. 
Sé lo bueno que es tu sambar. No hay diferencia entre sambar y rasam. La llamada cuajada es más delgada que el suero de leche. "Estaba enterado de todo lo que sucedía en el albergue, y ese era su amor por sus estudiantes.

Estoy compartiendo todas estás alegría porque Swami esta aquí, el Señor del universo que ha creado este universo está justo en medio de nosotros, aquí sentado en Su forma sutil y cuidando de todo.

Tuve la gran oportunidad de servirlo a él en su proximidad durante más de 50 años. Swami no es más que la encarnación del amor y la compasión. Mientras escribo, mis ojos están húmedos con lágrimas de agradecimiento. Por lo tanto, tengo que hacer una pausa en este momento. Puedo tener 70 años de edad, pero para Swami, sigo siendo su hijo y sigo anhelando su amor y cuidado como un verdadero hijo lo haría. Y nunca me ha decepcionado.

Con eso, cierro esta narración. Espero poder compartir un poco más de estas experiencias preciosas, que sólo Swami puede proporcionar. Hasta entonces, mis sinceras oraciones para todos y cada uno.







Sri. BN Narasimha Murthy, llamado cariñosamente como Anna Murthy, ha sido uno entre los bendecidos con la fortuna de servir a Bhagavan y Su misión durante muchos años. Él proviene de Loka Seva Vrinda, una orden de jóvenes comprometidos fundada por Sri Narayana Madiyal Bhatt, pedagogo eminente de Karnataka en la India. La Loka Seva Vrinda estableció dos escuelas en la misma licencia y Muddenahalli en la década de 1960, los cuales se ejecutaron bajo la guía directa de Bhagavan Baba. 

Sri Narasimha Murthy fue elegido por Bhagavan para servir como el Guardián de Sathya Sai albergue en Brindavan Campus del Instituto Sri Sathya Sai de Educación Superior, Whitefield, cerca de Bangalore en la India. En su período de servicio de cuatro décadas como Warden, que moldea muchos miles de estudiantes en el camino de educare, mientras que nutrir su carácter. Bhagavan también le dio la oportunidad única para continuar "Sathyam Sivam Sundaram", su biografía oficial, que anteriormente fue escrito por el Prof. N Kasthuri. Sri Murthy También es autor del libro "Sri Sathya Sai Divya Kripashraya", un relato autobiográfico de sus años de formación y el desarrollo de instituciones Sri Sathya Sai Loka Seva. 

Él sigue desempeñando un papel fundamental en la misión de Baba, y actualmente se desempeña como Jefe Mentor de las instituciones de Seva Sri Sathya Sai Loka. 

Estos artículos se basan en sus diferentes intervenciones realizadas en la presencia divina.

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