CHINNA KATHA -12
Había un hombre que tenía tres amigos .
Siendo una persona de malos hábitos, un día fue llevado ante un juez
Le habló a un amigo pidiéndole su ayuda, pero este le dijo terminantemente que no deseaba que lo asociaran con el crimen que aquel había cometido y se negó a declarar para salvarlo.
El segundo amigo le dijo que iría a la corte pero no fungiría como testigo.
Ante esta situación, acudió a un tercer amigo y este le respondió inmediatamente.
“Si, tus problemas son los míos y mis problemas son los tuyos, así que te ayudaré en lo que tu necesites” Es claro que entre estos tres amigos, el último es de la mejor clase.
Al momento de la muerte, la riqueza y la posición social no los acompañaran, sus amigos y parientes los acompañaran hasta el cementerio; solo las buenas y las malas acciones que hayan realizado en su vida los acompañaran hasta el fin, y su próximo nacimiento será de acuerdo con ellas.
Con amor en Sai
"Oka Chinna Katha". Cuando Bhagavan interrumpe su discurso con estas tres palabras en telugu, que significan "una pequeña historia", todos escuchan con atención y aguardan con curiosidad, porque la historia que relata a continuación es un destello que ilumina, una lluvia que refresca, un chiste que hace reír, un remedio que alivia, una mirada al esplendor de las epopeyas o a la ridiculez ostentosa; un paréntesis poético, una punzada estimulante, una canción que esclarece la mente y el espíritu, una azucarada píldora de profundidad, una respuesta apaciguadora y una andanada de burlas a la jerigonza religiosa. Puede ser un relato del pasado o un ejemplo de la comedia contemporánea; puede ser una arremetida contra la disputa teológica o una crítica a alguna autoridad ególatra. Si reflexionamos acerca de su importancia, el Chinna Katha es un instrumento efectivo en el proceso educativo que ha emprendido Bhagavan. Al exponer su discurso, estas parábolas e historias, siempre al vuelo, revolotean en bandadas en el firmamento de su amor; él deja que vuelen hacia nuestros corazones y que aniden allí, hasta que las acariciemos y cuidemos para luego adoptarlas en nuestro pensamiento y en nuestra conducta. He aquí un ramillete encantador y fragante de estas multicolores kathas para disfrutarlas, meditar en ellas y obtener de su lectura inspiración. N. Kasturi
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