REFLEXIONES DESDE PRASHANTHI NILAYAM- LOS VEDAS – Part. "I".
Mi Introducción a los Vedas por el Prof. G. Venkataraman.
Un afectuoso Sai Ram y saludos desde Prashanthi Nilayam.
En esta y en algunas de las siguientes charlas, intento decir algo acerca de los Vedas.
Esta es una proposición incalificable, considerando que soy incapaz de cantar ni siquiera algunos himnos védicos.
No obstante y pese a esta ignorancia, los Vedas me producen tal fascinación que no puedo sino hablar sobre ellos.
Puede que pregunten, "¿Cómo puede hablar sobre los Vedas si sabe tan poco?"
Una buena pregunta, mas mi respuesta es que aunque sé poco acerca de los aspectos técnicos, he tenido el privilegio de haber observado algunos aspectos desde la primera fila, y sobre ellos es que basaré mayormente estas charlas.
Mi más temprano recuerdo de algo que tenga que ver con los Vedas se remonta a cerca de 1940 o tal vez algunos años antes. En esos años solía visitar ocasionalmente un pequeño poblado llamado Manamadurai, a unos 40 km al sur este de Madurai la famosa ciudad de los templos.
Manamadurai se encuentra en el distrito Ramnad de Tamil Nadu, y se encuentra sobre la ruta de Madurai a Rameswaram, sobre la costa sureste de la India, desde donde cuenta la leyenda que Rama iniciara Su invasión de Lanka.
De modo que Rameswaram es un popular centro de peregrinación.
Los ingleses tendieron una línea férrea desde Madras a Dhanushkodi justo más allá de Rameswaram.
Diariamente había un tren que bautizaron como la 'regata postal' que hacía el viaje de ida y vuelta desde Madras.
El tren pasaba por Manamadurai y su paso constituía un verdadero evento diario.
Debía cruzar el Río Vaigai por sobre un puente ferroviario y una cantidad de gentes solía reunirse sobre los bancos de arena del río para ver pasar el tren.. Yo también lo hice.
Incidentalmente, este tren fue bautizado como 'regata postal' por el hecho que traía correspondencia de Inglaterra con destino a Madras (la actual Chennai) y que en aquel entonces llegaba a Colombo.
En esos días, los grandes barcos desde Inglaterra navegaban directamente hasta Colombo en lugar de llegar a Madras.
El correo era descargado y llevado hasta un lugar al norte de Ceylan (como se llamaba entonces a Sri Lanka).
Desde allí, una embarcación menor llevaba el correo hasta Dhanushkodi en donde era transferido al tren con destino a Madras.
El correo con destino a Inglaterra seguía el mismo camino a la inversa.
La Escuela Védica.
Ahora bien, ¿por qué estoy mencionando todo esto en una charla que se supone sea sobre los Vedas? Sólo para decir algo sobre Manamadurai y una escuela Védica de allí.
Esta escuela distaba sólo dos puertas del hogar ancestral de la familia de mi padre, y en él vivían dos de sus hermanos.
He ido allá algunas veces e invariablemente, solía quedar fascinado por los ininterrumpido cánticos que provenían desde dos puertas de distancia.
Esta Escuela Védica o Veda Paatasala como se la conoce técnicamente, exitía aparentemente desde hacía muchas décadas y había sido fundada por una acaudalada familia Chettiar.
Como información debo mencionar que los Chettiar pertenecen a la comunidad comercial y, en aquellos días, los negocios y el comercio les llevaba a Birmania, Malasia, Singapore e incluso hasta lugares como Laos y Cambodia.
Los Chettiar eran generalmente prósperos y, de acuerdo a las tradiciones de aquellos tiempos, destinaban una gran parte de sus riquezas a obras de caridad.
Por ejemplo, muchos de ellos donaban gran cantidad de dinero para templos. Otros construían dormitorios o paradores para los peregrinos que visitaban santuarios como Rameswaram o Tirupathi o Benares.
En tanto que otros establecían Veda Paatasalas como el que mencionara.
El Veda Paatasala era esencialmente una escuela Védica a la que asistían los muchachitos Brahmines, a menudo de familias de pocos recursos, desde muy jóvenes, de alrededor de cinco o siete años, luego de pasar por la ceremonia del Upanayanam. Muchos de ustedes puede que hayan observado la ceremonia del Upanayanam que Swami celebra de vez en cuando.
La Ceremonia del Upanayanam.
¿Qué es exactamente esta ceremonia y cuál es su importancia? Haré algunos comentarios ahora, aunque tal vez vuelva sobre el tema más adelante, para una exploración en profundidad.
Para entender de lo que se trata esta ceremonia, tenemos que retroceder hasta la era Védica, lo que significa algunos miles de años en el tiempo.
En aquella época, un niño nacido en una familia Brahmin podía jugar y moverse sin restricciones hasta la edad de cinco años. Al llegar a esa edad había un cambio de actitud y la ceremonia del Upanayanam lo indicaba.
Esta ceremonia era esencialmente una iniciación hacia una vida disciplinada con un fuerte énfasis en el control de los sentidos y de la Mente y la focalización en Dios.
Uno podría preguntar ¿y qué significa ésto? ¿No era una imposición muy severa para un chico de cinco años? Obviamente, dentro del ambiente actual es esa la forma en que pensaríamos.
Hace cinco mil y tantos años atrás la vida era diferente y los Brahmines tenían el deber de sustentar y de difundir el Conocimiento Espiritual.
En términos prácticos, eran ellos los que aconsejaban a todos, incluyendo a los reyes, acerca de los asuntos relativos al Dharma y a la observancia de los varios rituales prescritos en las escrituras.
Era pesada la responsabilidad asignada a los Brahmines, y el entrenamiento para esta tarea había de comenzar temprano. Incidentalmente, en charlas posteriores, tendré mucho que decir acerca de varios de estos rituales y de los Mantras Védicos que se entonan en tales ocasiones.
Volviendo al Upanayanam, el punto álgido de la ceremonia es lo que se denomina el Brahmopadasam, que consiste en que el padre le susurre al oído el sacro Gayathri Mantra al niño.
De seguro todos ustedes conocen el Mantra Gayathri, en especial porque Swami ha hablado sobre él en tantas oportunidades.
Volveré sobre el tema más adelante.
Estoy mencionando el Mantra Gayathri sólo como manera de decir que, una vez que el niño lo escucha, se supone que ha nacido de nuevo, espiritualmente esta vez.
Ha terminado el período de la infancia, y como resultado del nacimiento espiritual, su vida tomará un giro diferente.
De pasada podría mencionar que los judíos tienen una ceremonia de iniciación denominada Bar Mitzvah y que la comunidad Parsi también mantiene un tipo de ceremonia iniciática.
Puede que los detalles y hasta los objetivos de estas ceremonias no sean los mismos que los del Upanayanam, mas podemos mantener in mente el hecho que muchas sociedades de antaño tenían una ceremonia para marcar el paso de la infancia a la niñez. [También la 'Primera Comunión' entre los católicos – N. de la T.]
El Genuino Brahmachari.
Un niño que ha pasado por la ceremonia del Upanayanam es llamado Brahmachari. Existe la errónea noción que Brahmachari significa un célibe.
A nivel práctico, es indudable que un Brahmachari no es casado, mas como lo ha señalado Swami, la palabra significa mucho más y realmente no tiene nada que ver con el estado marital.
Según Swami, un genuino Brahmachari es aquel cuya Mente está totalmente enfocada en Brahman o Dios.
Esto me lleva nuevamente hacia el Veda Paatasala. Antaño, el Bramachari iba donde un Guru y pasaba muchos años residiendo en su Ashram aprendiendo los Vedas y llevando una vida disciplinada como lo señalan las escrituras.
Después de completar sus estudios, lo que le tomaba muchos años, el Brahmachari se despedía respetuosamente de su Guru y entraba a la vida.
Se casaría y serviría a la sociedad de cualquier manera posible, en especial guiando a gentes de diversas comunidades, no versadas en las escrituras, o en sus deberes en la vida.
Ya hice una breve referencia a ello antes.
La vida cambió con el paso del tiempo y hacia el siglo XIX, la mayoría de los Brahmines estaba dedicada a tareas que ya no eran la difusión del conocimiento de las escrituras.
Muchos se volvieron prósperos terratenientes, totalmente dedicados a supervisar las actividades agrícolas en sus propiedades.
Y cuando los británicos establecieran escuelas y universidades de estilo occidental, muchos Brahmines abrazaron felices la educación occidental, en especial porque les brindaba la oportunidad de desempeñarse profesionalmente en la administración del Gobierno, como abogados, docentes, médicos etc.
Como resultado de estas presiones sociológicas, se fue haciendo cada vez más necesario el establecer escuelas Védicas en donde se pudiera formar sacerdotes.
Por favor, no vayan a creer que las escuelas Védicas llegaron a existir únicamente debido al desarrollo que mencionara. También existían desde antes, en especial para entregarle a los muchachos Brahmines una exposición seria a los Vedas.
Mas los cambios sociológicos hicieron más imperativo que nunca antes poder contar con estas escuelas que formaran sacerdotes.
Swami establece una Escuela Védica en 1950.
Para volver a Manamadurai y al Veda Paatasala de ahí, no le presté mucha atención, aunque su presencia quedó registrada de algún modo en mi memoria, y fue sólo años más tarde que aprecié el rol que este y otros Paatasalas desempeñaban.
Como prueba debo mencionar que en algún momento, por los años cincuenta, Swami estableció un Veda Paatasala aquí en Prasanthi Nilayam.
Era dirigido por el difunto Sri Kamavadhari, un erudito Védico por excelencia.
Vivió hasta la madura edad de cien años, y he oído a Swami muchas veces referirse a él muy afectuosamente como Kamavadharigaru. También tuve el privilegio de verle algunas veces en sus últimos años.
Swami no estableció el Veda Paatasala para formar sacerdotes, sino para exponer a Sus estudiantes a la importancia de los Vedas y para que asumieran la necesidad de entenderlos y de preservarlos.
Incidentalmente, no había restricciones y cualquiera que tuviera un sincero interés por los Vedas y el afán por aprenderlos era admitido en el Veda Paatasala de Swami.
Para decirlo de otro modo, no era sólo un caso para Brahmines. Fue gracias al pionero esfuerzo de Kamavadhani que vemos hoy a tantos estudiantes que cantan sin esfuerzo alguno, casi a diario, varias porciones de los Vedas durante el Darshan, tanto en la mañana como en la tarde.
El Efecto de la Ceremonia del Upanayanam.
Permítanme saltar ahora año 1947. Fue entonces que, a instancias de mi abuela, mi padre realizó para mí la ceremonia del Upanayanam. Fue un asunto de cuatro días de duración, celebrado según las mejores tradiciones, en una pequeña aldea en el Sur de la India muy dada a la tradición.
Había muchas cosas asociadas a la ceremonia que yo detestaba, pero en lo que no me cabía elección : simplemente tenía que obedecer.
Se me impusieron muchas restricciones que en la época me ponían furioso, pero era muy poco lo que podía hacer al respecto, salvo acatarlas.
Una de las cosas que entendí entonces, era que habiendo pasado por el Upanayanam, se me pedía ahora que llevara a cabo un ritual llamado Sandhyavandham tres veces al día : una en la mañana, una en la tarde o otra más al anochecer.
Entre otras cosas, como parte de este ritual tenía que entonar el Gayathri 32 veces.
Mi madre se mostraba muy estricta y no me daba de comer hasta que no hubiera completado el ritual.
Esto me ponía furioso, pero no tenía elección. Extrañamente, no se me ocurrió hacer trampas.
No sé por qué, supongo que era todo la Divina Gracia.
Aunque con cierta renuencia, de alguna manera me forzaba a cantar a diario todos los Mantras, que de alguna manera, aprendí de memoria.
Menciono todo esto por una variedad de razones.
La primera es que entonces no sabía que los Mantras que cantaba de mala gana eran todos de los Vedas.
En segundo término, nadie se dio el trabajo de explicarme de qué se trataban estos Mantras.
Tal vez si hubiera entendido su significado interno, habría aceptado todo con un mejor ánimo.
Volveré más adelante al Sandhyavandanam, mas ahora permítanme sólo citar una sentencia de ese ritual.
Ella es :
Aakashath paththam thoyam,
Yadaa gachhathi sagaram,
Sarva Deva namaskaaraha,
Kesavam pradhigachhathi.
y que a grosso modo significa : 'Así como el agua que cae desde el cielo encuentra a la larga su camino hasta el océano, todas las plegarias que ofrezco ahora a las diferentes deidades, con el tiempo serán recibidas por Kesava, el Señor Supremo'.
¡Qué pensamiento tan profundo! Esa es la belleza de los Vedas. Superficialmente podría tratarse sólo de rituales, algunos de los cuales pudieran parecer, en estos momentos y época no sólo irrelevantes sino también objetables.
Mas, cuando uno va ahondando, descubre algo totalmente diferente.
Entonces uno no puede sino admirar a esos ancestros por la profundidad de su sabiduría.
Acerca de todo ésto me referiré más adelante en detalle.
A propósito, creo que es apropiado mencionar que Swami a menudo cita la última parte del Mantra al que acabo de referirme.
Swami dice:
Sarva jeeva namaskaaram, Kesavam Pradhigatchathi.
Sarva Jeeva tiraskaaram, Kesavam pradhigatchathi.
El significado es : 'toda la reverencia que ofrezcamos a los congéneres humanos, llega al final hasta el Señor.'
Si en lugar de saludos lanzamos insultos, también ellos llegan sólo hasta el Señor.
Eso dice Swami. Será mejor que pongamos cuidado en no maltratar a otros.
Puede que pensemos que estamos insultando a tal o cual, mas en realidad será Dios el insultado.
¿No querríamos hacer eso, no es así?
[Fin de la Primera Charla]
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