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viernes, 14 de noviembre de 2014

Swami enseña … ACTÚA DE ACUERDO A LO DIVINO EN TODO MOMENTO - I.

Swami enseña …





ACTÚA DE ACUERDO A LO DIVINO EN TODO MOMENTO - I.



La máxima : El nombre de Sai es proclamado por los árboles cuando se mueven sus copas. En sus trinos, los pájaros llaman a las gentes a recordar el nombre de Sai. Cuando esparcen sus fragancias, las flores declaran la gloria de Sai. Cuando zumban las abejas, anuncian la dicha en el nombre de Sai. “¡Sai!” es el sonido que resuena del cielo a la tierra. Sai puede ser experimentado en todas partes. “Sai” no es el nombre de alguien. “Sai” es el morador interno, reclinado en el corazón de todos y de cada uno.



Las bestias convocaron a una Conferencia Mundial para discutir la autenticidad de la afirmación de los humanos en cuanto a ser la cumbre de la creación y los monarcas de todo lo que se mueve sobre la tierra. El León presidía las deliberaciones. El Tigre cuestionó las afirmaciones de los humanos; el Leopardo secundó la moción de una protesta enfática. Pronunció un discurso devastador, “El humano es una permanente vergüenza para los animales en todas partes. El humano elabora y bebe venenos fatales y se siente orgulloso de su propia necedad. El humano engaña a los de su propia especie y gasta todas sus energías y recursos en idear armas diabólicas para eliminar a sus hermanas y hermanos; el humano estimula a perros y caballos para correr desesperadamente y apuesta y pierde las ganancias, mientras ellos corren por las pistas; el humano es cruel, codicioso, inmoral, insaciable y desvergonzado. El humano sienta un mal ejemplo al mundo animal. Aunque está dotado de emociones e inteligencia superiores, su conducta es repugnante y degradante”, dijo. “Nosotros no sabemos si conseguiremos comer ni donde; no tenemos un lugar seguro donde descansar. No contamos con nada con que abrigarnos, salvo nuestra piel. No obstante, hasta el más ínfimo entre nosotros es una criatura de Dios mucho más digna que este monstruo llamado humano”, concluyó.

El Zorro se levantó y agregó, “Tenemos una razón cuando nos apareamos, mas el humano, me da vergüenza decirlo, ha infrigido todo límite y no le importan las normas. El humano es ley para sí mismo y un desastre para el resto.” Se levantó el León para resumir los argumentos. Concordó con la tendencia general de la diatriba en contra el humano, provocada por su inmerecida afirmación de supremacía. Mas se negó a pintar todo con los mismos colores. Distinguió entre gentes que son bestiales o peores, y gentes que han trascendido su pasado bestial mediante el correcto uso de los especiales dones de discriminación y desapego. Dijo que estan últimas habrían de ser respetadas por todas las bestias como Maestros, en tantoque las primeras merecían represalias y condenas severas.



El humano es el más noble de todos los animales, el producto final de incalculables eras de progresiva evolución; mas el humano no se está esforzando conscientemente por vivir de acuerdo a su propia herencia.

Cada ser humano ha ascendido penosamente de la piedra a la planta, de la planta al animal, del animal al humano. No se deslicen de vuelta a la bestia; asciendan más alto hasta la Divinidad, brillando con el nuevo resplandor del Amor. Lo Divino es la energía que anima, el estímulo que hace circular la sangre en sus venas, que transmite conocimiento y experiencia a través de los nervios, que ordena y reune para acopiarlas las impresiones que recogen sus sentidos, las conclusiones que su inteligencia acumula.

El gran poder universal, la energía Divina, Shiva-Shakti, es la conjunción de jada (inerte o insensible) y chith (percepción consciente). Esto, por ejemplo, es también la conjunción del alambre y la corriente eléctrica que activa todos los instrumentos – el ventilador, la cocinilla, la ampolleta y la radio. La luciérnaga también tiene cierto poder de iluminación – emite luz. Tenemos la lámpara a aceite, la ampolleta eléctrica, la lámpara a kerosene, la Luna, el Sol – todos emiten una luz que podemos ver.

No obstante, lo invisible constituye la base de lo visible. A pesar de las advertencias expresadas por innumerables santos y sabios a lo largo de los siglos, el humano, en esta tierra de Bharat como también en otras, ha olvidado lo invisible en pro de lo visible. Solamente lo invisible puede conferir contento y valentía para hacerle frente tanto a la buena como a la mala suerte. El ignorarlo ha sido la causa del descontento y la aflicción que imperan hoy en día en cada corazón y hogar.

Una vez, se le indicó a un hombre perdido en la jungla que caminara en cierta dirección; entonces, después de algún tiempo, divisó una aldea…Y bien, esa aldea no había emergido para él, en ese momento. Veía lo que ya había estado allí, eso es todo. Así también, el Adwaitha (no-dualismo o monismo, la doctrina Vedanta en cuanto a que todo es Dios) les muestra el camino hacia algo que ya está allí, pero que hasta ahora no habían reconocido – vale decir, que son el ilimitado, ilimitable Brahman.

Adi Shankara (celebrado filósofo antiguo, preceptor del Vedanta no-dualista que derrotara a todos los oponentes religiosos en debates sostenidos en toda la India) declaró, “Brahma Sathyam; Jagath mithya” – sólo Brahman es Real; el mundo es falso. Mas, con ello no descartaba al mundo como algo que pasara inadvertido. Él continuó la obra de Kumarila Bhatta, armonizó a las diversas escuelas y sectas de aquellos días, estableció mutts (misiones) para la propagación de la doctrina del Adwaitha en todos los rincones de la India y desapareció cuando tenía 32 años de edad.

El Adwaitha (Unicidad) se expresa en tres formas : Bhava-Adwaitha (unicidad en la actitud mental); Kriya-Adwaitha (unicidad expresada en la acción); Padartha-Adwaitha (unicidad como se ve en todos los objetos). Únicamente cuando la unicidad es experimentada en el total de estas tres formas podrá ser entendida la Divinidad.

En el Bhava-Adwaitha, la unidad de la substancia básica que constituye el Cosmos es percibida como la Realidad subyacente. En el Kriya-Adwaitha, cada acción es considerada como una ofrenda a lo Divino y, por eso, es divinizada. Padartha-Adwaitha implica reconocer que cada ser o cada objeto en el Universo está compuesto de los mismos cinco elementos (éter, aire, fuego, agua y tierra) que son divinos en su origen. Puesto que cada ser también está constituido por estos cinco elementos, todos los seres son esencialmente uno, aunque tengan diferentes formas y nombres. La igualdad humana se basa en la unicidad de la esencia Divina de todos los seres humanos.

Cada persona tiene una diferente concepción de Dios y de la bondad, de acuerdo a como haya sido criada y educada y al estado de purificación de sus impulsos. Todas estas concepciones son válidas; cuando se deja que el agua inunde los cultivos, encontrarán extensiones de diferentes figuras – circulares, rectangulares, ovaladas, cuadradas, según la forma de cada campo. La fertilidad o la cantidad de las cosechas no variarán según la perfección geométrica de las figuras. Hasta dónde o cuán rápidamente hayan establecido el apego al Señor es lo que se pone a prueba. El resto no importa.

El clamor por igualdad que se utiliza hoy como consigna es un clamor vano y carente de sentido; porque, ¿cómo podría la gente ser toda de un mismo cuño, habiendo heredado una multiplicidad de impulsos, capacidades, cualidades, tendencias, actitudes e incluso enfermedades de sus ancestros y de su propio pasado? Y pese a toda la publicidad sobre esta supuesta igualdad, uno encuentra más malentendidos y facciones ahora que en cualquier otro período de la historia. Aquellos que promueven la desigualdad, son los que proclaman más ruidosamente esta moderna doctrina de la igualdad. Existe la necesidad de reiterar que la igualdad de los humanos es sólo la basada en la unicidad de la esencia Divina y no en cualquiera de los otros factores, cualidades y actividades mundanas. Lo que debemos tratar de experimentar hoy en día es la unidad en la diversidad.

Cada persona tiene una versión diferente que dar, si le preguntan si es feliz y por qué. La misma persona hablará de manera diferente en distintos momentos acerca de los actos del Señor. Ustedes se ven reflejados en el mundo externo – lo que les gusta o disgusta es vuestro propio sí mismo.

La conocida declaración de Shankara, “Brahma Sathyam, Jagath mithya” Representa la esencia de los Sruthis (sagradas escrituras). Esa verdad puede ser reconocida por mentes entrenadas a través del culto dwaithico (dualista) del Dios personal, y del énfasis visishta-adwaithico del jivi (individuo) como miembro del Absoluto. Más y más gentes tienen que emprender el Bhakti-Karma (actividad devocional) y ascender lentamente hasta el nivel del pleno Jnana (conocimiento del Uno Supremo).

Los antiguos sabios indicaron en los Upanishads y en los Brahma Sutras cómo había de realizarse esta Unicidad con lo Divino. (Lamentablemente estos textos fueron interpretándose en términos contradictorios y confundentes, lo que resultó en que han llegado a olvidarse sus verdades básicas).

La Unicidad ha de expresarse a sí misma en Amor Universal. La armonía de pensamiento, palabra y acción es el más elevado de los valores humanos. Sathya, Dharma, Shanti y Prema (Verdad, Rectitud, Paz y Amor) no son meras palabras – son valores fundamentales para ser practicados, hasta donde sea posible, en pensamiento, palabra y acción. (Es justamente el divorcio existente entre pensamiento, palabra y acción lo que constituye la raíz de todos los problemas del mundo actual).

No es necesario emprender todo tipo de Sadhanas (ejercicios espirituales) para reconocer lo Divino. Si se inquiriera correctamente en los sucesos de la vida diaria, se podría reconocer fácilmente el principio del Atma.

La conquista de los sentidos y de las pasiones y emociones es un proceso arduo y lento que será coronado por el éxito únicamente mediante un empeño sistemático.

Tomemos, por ejemplo, la ira.

Había una vez un corpulento luchador que caminaba por la calle orgulloso de su fuerza física y de sus victorias sobre muchos rivales. Pasó frente a una mujer de cierta edad que se rió al ver su tamaño y apariencia. El luchador hizo rechinar los dientes de enojo, e hizo ademán de golpearla. La mujer le espetó, ‘¿Qué tipo de hombre eres que no puede tomar con calma el que una mujer se ría?’ El luchador tuvo que bajar la cabeza, avergonzado. Sahana (tolerancia) es el mejor Sadhana, al igual que la fortaleza.



La vida es como un campo de batalla, un Dharmakshethra, en el cual deberes y deseos estan en permanente conflicto. Sofoquen los ardientes humos del deseo, del odio y la ira que se levantan en sus corazones, es una crasa cobardía el ceder ante estos enemigos que les convierten en bestias. Cuando aparezcan obstáculos, enfréntenlos con valentía – eso les endurecerá, les templará.



Tanto el bien como el mal tienen el derecho a existir. El mal ha de ser utilizado con los propósitos para los que es apropiado – la amarga cáscara verde de la naranja, protege a la fruta durante su período de maduración. Esta cáscara también va adquiriendo gradualmente algo de la dulzura y el aroma de la naranja. Es así que el mal ha de ser transformado lentamente en bien, a través de la sutil influencia de la asociación.

Una vez, para aclarar las dudas que albergaba Dharmaraja (el mayor de los Pandavas), Krishna le explicó por qué permitió que las almas de los malvados Sishupala y Danthavakra se fundieran en Él después de haberlos muerto. Krishna dijo, “¡Dharmaraja! Tus dudas nacen de tu engañosa ilusión – alabanza o crítica, bueno o malo, se refieren al cuerpo y no al Atma. Debido a la identificación con el cuerpo uno experimenta problemas. En la medida en que crece la conciencia corporal, se reduce la conciencia del Atma. La mente es la única responsable por el odio y el apego, por la alegría y el pesar. Si la mente se transforma, cualquiera (sin importar su pasado) puede llegar hasta Mí.”

Es el inevitable destino de todo el regresar, en último término, a la fuente de la que surgiera. El cuerpo, surgido de la materia, retorna a la materia. El Atma (espíritu) proveniente de lo Divino, retorna a lo Divino. El Espíritu es Conciencia pura. Se mantiene por siempre como Conciencia. Es encarnación de Amor y de Luz.

Otro ejemplo en donde el mal estaba entremezclado con el bien.

Ravana raptó a Sita; muchos se preguntan por qué cuando llevó a cabo este pérfido acto, no lo redujeron a cenizas las llamas de la ira Divina, o por qué no fue consumido por el enojo de una mujer casta. Sucede que la consecuencia de todas las penitencias a que se había sometido y, con ello, las mercedes que se ganara de los Dioses le sirvieron por largo tiempo como armadura. Ravana había de enfrentar su perdición por su propia insesatez y maldad. El Señor no es sino un testigo – Él está por encima de todo odio o ira, de los apegos derivados de mío y tuyo.

Los Rakshasas (demonios) de Lanka eran adeptos a las yagas (ritos sacrificiales) y yajnas (ceremonias en las que se presentan ofrendas); cada hogar en la isla estaba envuelto en una cúpula de humo santificado que surgía de los fuegos sagrados de los cultos rituales. Eso representaba la senda del karma para las bendiciones, mas esa misma senda, sin dharma (acción correcta, verdad en acción, rectitud, moralidad, virtud, deber que dicta el código de conducta de Dios), llevó tanto a Ravana como a otros demonios a su destrucción o de vuelta a la fuente de donde provenían.

(El asunto principal es el control y la sublimación de los sentidos. El dejarlos a su arbitrio, dirigiéndolos hacia el mundo objetivo de los sabores, olores, formas, melodías y debilidades, equivale a caer en un abismo sin fondo. Es como guardar el tesoro en una caja de oro con un cerrojo de oro)



Este mundo es una combinación de Kala (tiempo), Karma (acción) y Karana (causa). Cada acción tiene una reacción, y el lapso temporal entre acción y reacción puede variar dependiendo de la naturaleza de la acción. Mas, tengan la seguridad que nadie puede escaparle a las consecuencias de sus acciones. Es imposible decir cuando, como y donde uno habrá de arrostrar las consecuencias de sus actos.

¿Por qué habría uno de orar, meditar, contemplar en Dios o comprometerse en buenas acciones, cuando uno está sentenciado de todo modos a enfrentar las consecuencias de sus acciones? Puede que uno no sea capaz de ver la transformación que se produzaca dentro de uno por las buenas acciones y la oración. Puede que uno no logre visualizarla ni siquiera con la mente. No obstante, esta transformación atraerá de seguro la gracia de Dios. Puede que no sean visibles a simple vista los beneficios derivados de la oración o las buenas acciones, sin embargo ciertamente ellos se incrementan en la forma de la gracia de Dios.

Para cada suceso en este mundo, kala, karma y karana (tiempo, acción y causa) son esenciales. Dios actúa después de haberlos tomado en consideración a los tres.



Algunas nobles verdades tomadas de las ancestrales escrituras de Bharat, como ejemplos.

1. Una vez el demonio Dundubhi retó a duelo al Rey Vali. Vali le dio muerte y, en un arranque de ira, lanzó a cierta distancia su magullado y herido cuerpo. Sucedió, empero, que el cuerpo aterrizó en la Montaña Rishyamuka, salpicando con su sangre al sabio Mathanga quien esta allí, profundamente sumido en meditación. Furioso, Mathanga maldijo así a Vali : “Quienquiera sea el responsable de este acto reprobable, verá su cabeza hecha pedazos si llegara a poner un pie en esta montaña.”

¿Quién fue el responsable de todo esto? Vali mismo. Podía haberse conformado con darle muerte a Dundubhi, mas impulsado por su ira, su ego y su odio, lanzó lejos el cuerpo. Estas tres malas cualidades fueron las causantes de su ruina.

2. Ekapada era un grande y diligente maestro, mas era también era un supervisor exigente y riguroso – no le permitía a sus alumnos relajarse en ningún momento. El bebé en el vientre de su mujer cuestionó a su padre, “Padre, ¿cómo es que enseñas permanentemente a tus pupilos, sin darles ningún momento de descanso?” Ekapada respondió, “A los estudiantes nunca debiera dárseles tiempo libre, porque una mente ociosa es el taller de labores del demonio. Ello lleva a muchas perversiones.” Además, furioso ante la impertinencia de su hijo, Ekapada le maldijo, “¡Tienes la audacia de cuestionar mis actos! Ojalá nazcas como un Ashtavakra (alguien con ocho encorvaduras en el cuerpo).” Ashtavakra tuvo que culparse a sí mismo por su infortunada deformidad, debido a que cuestionó la corrección de los actos de su padre, sin entender las razones tras de ellos.

3. Vinatha y Kadru eran las dos mujeres del sabio Kashyap. Mientras participaban en un juego, entraron a competir. Los términos de esta competencia eran que la que perdiera y su hijo, le servirían a la ganadora y a su hijo por el resto de sus vidas. Kadru resultó victoriosa y, por ende, Vinatha y su hijo comenzaron a servirle a ella y a su hijo.

Un día, Kadru le dijo a Vinatha, “Eres como mi hermana. Te liberaré si me consigues el ‘amritha banda’ (recipiente de néctar) del cielo”. Incapaz de seguir tolerando el sufrimiento de su madre, el hijo, Garuda, emprendió esta hazaña y trajo el ‘amritha banda’ del cielo, liberando de la servidumbre a su madre y a sí mismo. Complacido con la devoción de Garuda, el Señor Vishnu derramó Su gracia sobre él, convirtiéndole en Su vehículo. ¿Cuál fue la razón por la que Garuda se convirtiera en el vehículo del Señor Vishnu? Fue el Sathsankalpa (noble decisión) que le hizo merecedor de la proximidad a lo Divino.

4. El Rey Shanthanu, padre de Bhishma, quiso casarse con Sathyavathi, la hija de Dasaraja. Para ayudarle a su padre a cumplir su deseo, Bhishma fue donde Dasaraja y le pidió la mano de su hija para su padre. Dasaraja accedió con la condición que sólo el hijo que naciera de Sathyavathi sería el príncipe heredero. En consecuencia, Bhishma hizo el voto de permanecer célibe. Se ganó así la gracia Divina por su devoción hacia su padre.



Es un derecho humano el realizar al propio Vishvaswarupa (Naturaleza Cósmica), de modo que no sigan perdiendo el tiempo con el dehabhava (idea del cuerpo), la conciencia de que no son sino este físico con tales y cuales características – trasciendan el apego a la familia, al hogar, a la aldea, la comunidad, el distrito, el estado, la nación. Vuestra obligación es la de alcanzar la libertad del espíritu llamada Swarajya (dominio, gobierno del Sí Mismo).

Vishnu, el Preservador en la Trinidad de Brahma (Creador), Vishnu y Shiva (Destructor) es la imagen misma de la calma apacible, aunque esté reclinado sobre una cobra de mil caperuzas : serpiente que es símbolo del mundo objetivo con sus dientes ponzoñosos. Estar en el mundo, mas no ser de él, no estar atado a él – ese es el secreto.

[Los poetas solían buscar patrocinadores empleando el término ‘dehi’ que Kalidasa (poeta y dramaturgo sánscrito de circa siglo V D.C.) interpretara como que no se lo solicitaban a uno; se dirigían a uno como ‘dehi’, ‘aquel con el cuerpo’, ‘Aquel que se ha encerrado a Si Mismo en este equipamiento físico’, ‘el Atma’. Con lo que quieren hacerle recordar a uno que, esencialmente, es el morador interno en el cuerpo y no el cuerpo con el que de seguro se identifica.]



Debiera existir una completa armonía entre pensamientos, palabras y acciones. Eso es lo que queremos significar cuando decimos, “El correcto estudio de la humanidad es el humano”. Axiomas como “El Trabajo es Adoración” y “El Deber es Dios” no son de origen moderno. Eran enseñanzas de nuestros antiguos profetas y videntes, aunque usaran términos diferentes para expresarlos.

Los Vedas han descrito a lo Divino como el Uno que envuelve al Cosmos, vale decir al Universo, y que existe más allá de él. Brahma, Vishnu y Maheshwara son aspectos de la manifestación de la Naturaleza. La Naturaleza está conformada por los tres gunas – Satwa (pureza, calma, serenidad, alegría, fuerza, bondad; asociado al color blanco); Rajas (pasión, actividad, intranquilidad, agresividad; asociado al color rojo) y Thamas (torpeza, ignorancia, engaño, inactividad, pasividad, inercia, pereza; asociado al color negro) en sus miríadas de combinaciones.

En la invocación al Guru, este es descrito como Brahma, Vishnu, Maheshwara y Parabrahma. Brahma que es aclamado como el Guru, es el Creador del Universo. El Uno que crea, sustenta y disuelve al Universo es el Parabrahma (la Omni-Voluntad).



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Enviado por Reet

Traducido por Herta Pfeifer



Santiago, agosto 2006




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