El Dios-Sol.
Para todas las acciones, el inspirador, el ejecutor y el experimentador es el Dios-Sol. Para el hombre, que está atrapado en una existencia sin sentido y sigue un círculo interminable de actividades fútiles, el Dios-Sol se destaca como el ejemplo del servicio incansable y desinteresado. Él no disfruta de un descanso en su trabajo. Se halla por encima de la alabanza y la crítica. Lleva a cabo sus deberes con absoluta ecuanimidad. Todo lo que hace es solo por el bienestar del mundo y no para causar algún daño. Son únicamente los sentidos del hombre los que lo ayudan o le causan daño. Cuando el hombre se somete a sus sentidos, estos se vuelven sus enemigos. Cuando el hombre domina los sentidos, ellos son sus amigos. Los amigos y los enemigos son el resultado de la fortaleza o la debilidad de los hombres.
Bhagavan Sri Sathya Sai Baba
Extraído del D.D. del 15 - 01 - 1992
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