LA MORAL Y LOS NEGOCIOS
(Discurso dado por Bhagavan Sri Sathya Sai Baba a una audiencia de comerciantes reunida por la Cámara de Comercio de la India en Bombay el 14 de mayo de 1984.)
El mundo atrae al hombre de muy diversas formas, pero nunca logrará que la inteligencia del hombre vaya más allá de sus límites. Si el hombre se satisface con los placeres derivados del mundo físico, él nunca tomará en cuenta lo que se encuentra esperándolo en su futuro. El hombre dedica todas sus energías, físicas y mentales, y todos sus recursos para conseguir bienestar material, poder, posición y honores, pero no hace ningún intento de agradecer a la sociedad de quien deriva toda esa riqueza, bienestar y posición.
Para llevar una vida correcta, la Rectitud y el carácter son esenciales. La Divinidad es la respiración del hombre. La plenitud de la vida consiste en dedicarle todas nuestras energías a estos objetivos. El hombre, de todas maneras, no tiene fe en Dios. Aunque uno crea o no crea en Dios, las manifestaciones de la Divinidad se manifiestan en todos lados y a cada momento. Sin la Divinidad, lo humano no puede florecer. La vida del hombre brilla en medio de todas sus vicisitudes sólo cuando despliega cualidades como ecuanimidad y compasión. Debido a que el hombre cubre su mente con un manto de ignorancia, tapa sus ojos con el egoísmo y cierra su corazón con las puertas del orgullo, él ha olvidado al Señor que lo ha creado y que lo protege. Dichos hombres no son capaces de recibir ninguna enseñanza. Ellos adoran los altares levantados a los órganos de los sentidos. Mientras sus deseas crezcan, el hombre no puede escuchar lo que es más sano para él. No tiene placer por la compañía de lo bueno. No sabe de lo transitorio de la vida. El hombre no se da cuenta de que su vida y todo aquello que tanto cuida puede irse de un momento para otro. No tiene conciencia de la naturaleza cambiante de la alegría y el dolor, el éxito y el fracaso. Con la obsesión de adquirir todo el poder y la riqueza posibles, el hombre no ve a la Divinidad que es la esencia de su naturaleza. Sumergido en la ignorancia, malgasta su vida en la búsqueda de cosas transitorias.
Por todo esto fue que el gran santo Sri Sankaracharya dijo: "¡Oh hombre, no te enorgullezcas de tu riqueza, progenie o juventud. Todo esto te será quitado por el tiempo. Destruye todo este mundo de ilusiones y ocupa el lugar de la eternidad. La sed de riqueza es locura!". Esta sed significa por un lado sed, y por otro deseo. Es natural para el hombre no contentarse con lo que tiene y querer cada vez más y más cosas para su comodidad. Pero, en esa búsqueda uno tiene que asegurarse de no causarle daño a nadie. Esa sed no tiene límites, es insaciable.
Sigan la Rectitud
La Rectitud es un camino regulador para el desarrollo del hombre. Así como el sol con sus rayos, la Rectitud ilumina el camino que el hombre debe seguir para el bienestar y progreso de la sociedad. En un código de conducta, la Rectitud es lo más importante. Rectitud significa que uno debe ganarse sus medios de vida en forma justa y ser un ejemplo para otros simplemente viviendo correctamente. No importan las cosas que le ocurran a uno, las vicisitudes que le toquen vivir o las dificultades que haya que enfrentar, uno nunca debe apartarse del camino de la Rectitud. La justicia es como la brújula del marinero. De cualquier manera que uno la coloque siempre señalará el Norte. En la misma forma, la justicia revela a Dios dentro del hombre y le permite disfrutar de la Bienaventuranza, de la Divinidad. Por lo tanto, el ideal de la vida humana es aquel en que la Rectitud forma la base de cada acción.
Toda la prosperidad que se consiga, todo el confort que se posea, proviene de la sociedad. Las reglas de la Rectitud aseguran que la riqueza adquirida de la sociedad sea utilizada en beneficio de la sociedad. En el proceso de adquirir riquezas uno puede cometer alguna falta. Es para arreglar tales errores que se debe practicar la caridad.
La vida consiste en un intercambio constante entre placer y dolor, alegría y tristeza, calor y frío. La felicidad es un intervalo entre dos momentos de dolor. La cáscara amarga que cubre a la naranja protege al jugo dulce que se encuentra adentro. Nosotros debemos observar el dolor, la ansiedad y la tristeza como las cubiertas protectoras de la Paz y Bienaventuranza que se experimentarán luego. Es un error procurar placer y comodidad para siempre en la vida. La verdadera felicidad no se encuentra de esa manera. Si uno no experimenta dificultades y problemas no se puede conocer el valor real de la Paz y la Bienaventuranza. El hombre cree que cuantos más objetos materiales posea se sentirá más feliz. Pero cuando el deseo crece también los problemas y malestares crecen. Nuestros deseos, apegos y ambiciones deben tener un límite. El mundo está padeciendo innumerables problemas porque la gente no le pone límites a sus deseos. La Naturaleza ha prescripto límites para todo: para la temperatura del cuerpo, para la capacidad del ojo de captar y tolerar la luz, o para el oído de oír sonidos. Cuando estos límites son traspasados, existe la posibilidad de que dichos órganos se dañen.
La Bienaventuranza del sacrificio
la vida en sí misma es una empresa limitada. Todos los actos realizados en ella deben ser gobernados por los límites que se apliquen. Cuando los deseos son controlados, la verdadera felicidad es experimentada. Hasta en la práctica de la caridad los límites deben ser tenidos en cuenta. Lo que uno regala no debe exceder las posibilidades financieras propias. Ni tampoco debe estar por debajo de nuestras posibilidades. En el primer caso, uno se enfrentará con problemas financieros. En el segundo, uno les niega a quienes necesitan lo que se les debe. La caridad no se limita sólo a dinero. Uno debe compartir también con los necesitados los recursos físicos, mentales y espirituales. Es sólo a través de este compartir y sacrificarse que la conciencia del Espíritu es conseguida. La caridad no debe ser indiscriminada. La ayuda debe ser dada de acuerdo con las necesidades del caso. El hambriento debe ser alimentado, quien esté desnudo debe ser vestido.
Aunque uno sepa todo lo bueno que se extrae del sacrificio, uno no hace ningún sacrificio. Aunque se aspire ala riqueza, uno debe procurar sólo lo que le corresponde. Un cajero de banco maneja grandes cantidades de dinero todos los días. Pero a él sólo le corresponde su salario. Él no debiera desear más dinero que el que gana legítimamente. La riqueza excesiva acarrea muchos peligros. Los valores humanos son olvidados por los ricos. Mientras existe la riqueza, lo malo que resulta de ella no es tenido en cuenta. Solamente cuando se la pierde es que uno comienza a darse cuenta de esa locura. Lo mejor es estar prevenido y aprender a llevar una vida correcta desde el comienzo. La riqueza va y viene. La Moral es lo que uno debiera cultivar. ¿Qué es la Moral? Es la conducta correcta de acuerdo al tiempo y lugar.
¿Cuál es el origen del desorden, el caos, el crimen, la falsedad y la violencia que prevalecen hoy en el mundo? Lo encontramos en la conducta de la gente que es opuesta a la dignidad de la naturaleza del hombre. Toda la educación que recibimos no está relacionada de ninguna manera con los Valores Humanos. Sea tanto en la esfera de la política o de la conducta social, en la actividad económica o en la búsqueda espiritual, todas las acciones están basadas en los movimientos de la mente. No es posible ningún cambio de acciones a menos que la mente sea cambiada. Es por esto que los Vedas (Escrituras sagradas) dicen que la mente es la responsable de la atadura y de la liberación de los hombres. Aquel que desea cambiar a otros, debe primero cambiarse a sí mismo. El corazón es como una cerradura y la mente es como una llave. Si giran la llave hacia la derecha le abren el corazón a Dios; si la giran hacia la izquierda, la giran hacia el apego a objetos mundanos.
Corrupción: ¿A quién culpar?
No tiene ningún sentido culpar al gobierno de todos los males que existen hoy día. La gente es responsable de la injusticia, la maldad, la falsedad y la corrupción existentes en el país. La gente no puede renunciar a su responsabilidad por las acciones de un gobierno que ha sido puesto en el poder por sus votos. Si un gobierno es bueno o malo, depende de la gente. Existen muchas conversaciones en el país acerca de la corrupción. Muchos me preguntan: ¿Swami, cuándo va a terminar esta corrupción? ¿Quién es responsable de esta corrupción? ¿Es el gobierno? No. Son los hombres de negocios, los comerciantes, los responsables directos de esta corrupción. Por sus propias razones egoístas y para sus ganancias personales han estado financiando a quienes están en el poder y haciéndolos cada vez más poderosos. Si ustedes, los comerciantes, viven de acuerdo con principios rectos, toda esta corrupción puede terminarse en un instante. Es cierto que no existe ninguno que no desee riquezas. Un antiguo dicho en la India expresa que hasta un moribundo se levantaría si se le ofrece dinero. No es sorprendente que cuando un soborno es ofrecido, los miembros del gobierno no lo rechacen. Es responsabilidad de los hombres de negocios ponerle un límite a sus ganancias y utilizar sus habilidades en beneficio del bien público. Puede que sea difícil mezclar los negocios con la moral. Por lo tanto, el primer requisito es instalar la moral en el corazón y, con fe en la Divinidad, ocuparse de los negocios. Si se hace esto, la Nación se beneficiará del esfuerzo de los comerciantes y éstos estarán sirviendo a la sociedad.
Hoy la gente sólo habla de lo que desea. Dicen: "Yo quiero esto, yo quiero aquello". Si pierden alguna cosa, enseguida se lamentan. Toda la vida se la pasan consiguiendo y perdiendo y no existe la paz mental. Los hombres de negocios deben entender la base de las relaciones humanas y cultivar la armonía y el entendimiento. A menos que tal apertura de la mente se desarrolle, los hombres de negocios no experimentarán la Bienaventuranza de la Divinidad.
¿Cuánto puede durar el placer que se extrae de la educación, la riqueza, la salud o la posición mental? Como la lámpara que ilumina a todos por igual, ustedes deben cultivar amor hacia todos.
El amor vive dando y perdonando. El egoísmo vive tomando y olvidando. Todos buscan la liberación. Todos quieren inmortalidad. ¿Cómo se consigue inmortalidad? Sacando la inmoralidad es el único camino hacia la inmortalidad. Si estamos llenos de odio, envidia, orgullo y otras cualidades negativas, ¿cómo podemos esperar conseguir la inmortalidad? Ustedes deben cultivar buenos pensamientos y buenas acciones. Deben comprometerse en servir a la sociedad. Por medio de este proceso ustedes se purifican. No podrán alcanzar a Dios a menos que sean puros. La meta es el Supremo incambiable, siempre puro, eterno y bienaventurado. Por medio de una práctica espiritual constante, ustedes deben perseguir esta meta. Mientras se encuentren en el mundo de los negocios, ustedes deben mantener este objetivo a la vista y seguir con sus negocios.
No consideren todas sus posesiones, casas, vehículos, riquezas, etc., como si fueran permanentes. Existieron en el pasado grandes Emperadores que reinaron sobre grandes imperios. Cuando se murieron, ¿qué se llevaron con ellos? La posteridad ni siquiera los recuerda. Lo que ustedes no se pueden llevar, ni siquiera les pertenece. Están llenos de miedo como aquel que se sube a un tren sin tener boleto. En el viaje de la vida, si quieren viajar sin miedo, ustedes deben poseer el boleto de la buena conciencia. Si ustedes se adhieren a la buena y recta conducta, no tendrán necesidad de temer a nada ni a nadie.
Cuando el gran conquistador, Alejandro, estaba próximo a morir, llamó a sus guerreros y les dijo que cuando él muriese, su cuerpo debería ser llevado a la tumba con las palmas de las manos hacia arriba. Cuando la gente vio el funeral de Alejandro, se preguntó por qué era llevado con las palmas de las manos hacia arriba. Se les dijo, entonces, que el gran emperador que había acumulado inmensa fortuna, quería mostrar que cuando dejaba el mundo no se llevaba nada con él, se iba con las manos vacías. La moraleja de este episodio es que no debemos buscar posesiones ilimitadas, y sí debemos procurar contentamiento y paz en nuestras mentes a través de buenas acciones. Todo lo que acumulamos no es realmente de nuestra propiedad. Le pertenece a la gente.
El deber de los hombres de negocios
Para que las condiciones en el país mejoren, sólo los hombres de negocios pueden hacerlo. Los hombres de negocios pueden hasta transformar el gobierno. Los hombres de negocios pueden promover el progreso del mundo. Ellos también pueden arruinar a la economía del mundo. Por medio de su propia conducta correcta, los hombres de negocios deben corregir a la administración.
La India es la tierra de nuestro nacimiento. Es un país sagrado dedicado al sacrificio, a la acción correcta y ala práctica del yoga. Estamos intentando transformar este país sagrado en una tierra de lujos y placeres. Todas las fuentes de placer son, al mismo tiempo, origen de enfermedad.
Éste es el error más grande que estamos cometiendo. Nuestra voluntad de sacrificio constituye verdadero yoga. De los cuatro objetivos de la vida: acción correcta, riquezas, deseos sensoriales y Liberación, el hombre ignorante se limita a procurar riqueza y a satisfacer deseos. El sabio sólo busca las acciones correctas y la Liberación. De todas maneras, toda la gente debería buscar los cuatro objetivos. Esto debiera ser hecho asociando la adquisición de riqueza con acciones correctas, y la satisfacción de los deseos con el deseo de liberación. Ustedes deben ganar su riqueza adhiriendo ala Rectitud. Utilicen sus ganancias para fines correctos. Nuestros antepasados indicaron cuatro caminos en la utilización de la riqueza. Un cuarto debe ser utilizado para mantenimiento personal y de la familia. Otro cuarto debe ser dedicado a propósitos religiosos y de caridad. El tercer cuarto debe ser utilizado para mantener a otros seres vivos, como plantas y animales. El último cuarto debe ser ofrecido para apoyar y mantener al Estado. Es solamente cuando nuestra riqueza sea utilizada de esta manera que la podremos considerar realmente beneficiosa y significativa para la sociedad.
Caridad mal dirigida
Muchas personas dan dinero para fines de caridad en estos días. Pero la razón de esta caridad es para alivianar el peso de los impuestos de una manera o de otra. Todos ustedes saben de los grandes templos que se construyeron en Benares, Delhi, y otros lugares. Estos centros de peregrinación poseen muchos templos hermosos y atrayentes. Son construidos en mármol y son contribuciones a la arquitectura de la Nación. Millones son gastados en su construcción. No hay duda de que es bueno construir templos. Pero el verdadero templo es nuestro propio cuerpo. Si nosotros no nos purificamos, ¿para qué sirve construir templos? Los templos, construidos con costos millonarios, no son mantenidos adecuadamente. Enjambres de pordioseros arruinan los alrededores de los templos. Cuánto mejor podría ser si los millones utilizados en edificar templos fueran empleados en mejorar las condiciones de los pobres y los desamparados. Las instituciones para la ayuda de los desafortunados indigentes son más útiles que edificios de adoración. Darles una verdadera ayuda a los necesitados es servicio. El Amor hacia todos nuestros semejantes es la mejor disciplina espiritual. El mal uso del dinero es un gran mal. La riqueza debe ser usada sólo para buenos propósitos. El dinero puede llevar al hombre a cualquier lugar, bueno o malo. Por lo tanto, debe cuidarse que las riquezas no lo conduzcan hacia el mal.
Habiendo nacido en esta sagrada tierra, que es la India, no debiésemos hacer nada que traiga mal nombre a este gran país. Limitando los deseos y reduciendo los requerimientos de confort, los ricos deberían dedicarse al servicio de los pobres y de los desamparados. Busquen la felicidad que se consigue del servicio a los semejantes. la felicidad es unión con Dios. Las Organizaciones Sathya Sai no deberían contentarse simplemente con cantar cantos devocionales. Su lema debiera ser "Servicio" todo el tiempo. Debieran tomar todo tipo de actividad y darle un significado espiritual. Sólo aquellos que están imbuidos con el espíritu del servicio desinteresado son quienes deberían ser los líderes de la Nación.
El servicio a la sociedad debería ser el primer deber de todos. Los hombres de negocios deberían desarrollar una actitud moral, usar medios correctos para ganar el dinero y usarlo para beneficio de la sociedad.
Puede que les haya causado algún malestar a todos ustedes. Pero no lo tomen en cuenta, y lleven al corazón lo que les he dicho, tratando de ponerlo en práctica. De esta manera conseguirán verdadera felicidad. los bendigo a todos.
Bombay
14 de mayo de 1984
NUESTRA VIDA ES SU MENSAJE..
OMSAIRAMMM...
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