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viernes, 30 de agosto de 2024

EL GITA DE SAI BABA - CAPÍTULO XI. LA VERDADERA RENUNCIACIÓN SE ENFOCA EN DIOS, NO EN EL MUNDO

 

EL GITA DE SAI BABA

EL CAMINO DE LA AUTOREALIZACIÓN Y

LA LIBERACIÓN EN NUESTRA ERA

DIVINOS DISCURSOS

Bhagavan Sri Sathya Sai Baba

Prashanti Nilayan

Compilado y editado por Al Drucker

CAPÍTULO XI. LA VERDADERA RENUNCIACIÓN SE ENFOCA EN DIOS, NO EN EL MUNDO

Si verdaderamente desean ver al Señor, la virtud más importante que tienen que lograr es el desapego. El desapego vuelca la visión hacia adentro; les permite revertir la mente para vivir en la contemplación de la belleza interior.

Encarnaciones del amor:

Una vez que reconozcan la falibilidad y fragilidad de los objetos mundanos, perderán el deseo de poseerlos. La mente es muy fuerte, pero voluble. Es también muy obstinada; siempre se empeña en salirse con la suya. Arjuna le pidió lamentosamente a Krsna que lo ayudara a controlar su mente, diciendo "Oh, Señor, la mente es poderosa y voluntariosa." A lo que Krsna le replicó: "Arjuna, si practicas el desapego podrás sin duda controlar tu mente."

El control de la mente

La mente se puede comparar a un álamo. Las hojas del álamo se agitan con viento y también en ausencia de viento. También la mente es inestable y fluctuante. Además de fluctuar, la mente es fuerte y obstinada. Imagina un elefante, por ejemplo. Es un animal muy fuerte, que también puede ser cruel. Sin embargo, mediante un acicate lo puedes meter en cintura. El caballo raramente está quieto. Constantemente mueve las patas, las orejas, la cabeza o la cola. Siendo inestable, avanza en una dirección, después en otra; pero con el freno lo puedes controlar y hacer que vaya en la dirección que deseen.

Otro ejemplo es el mono, que vaga de un lado a otro y es la imagen misma de la inestabilidad y la volubilidad. Mas, con entrenamiento, hasta un mono puede ser controlado. Por eso, así como el acicate puede meter en cintura al fuerte y cruel elefante, mediante el freno se puede controlar al nervioso y agitado caballo, y con entrenamiento se puede sujetar a un mono, del mismo modo la mente -poderosa y voluble- puede también ser controlada mediante la práctica constante del desapego.

 

El desapego

Desapegarse significa percatarse de la naturaleza temporal de las cosas, no permitiendo que la mente se apegue a ellas. Ello no significa que les tomen disgusto o repudio, necesariamente, sino tan solo que no se aferren a ellas. Renunciar a todas las cosas del mundo fenoménico no es posible, pero sí pueden renunciar a la posesividad y al sentido del "mío". Una vez que renuncien a ello, podrán continuar disfrutando de las cosas del mundo; sin que éstas les hagan daño.

En el mundo fenoménico, cada cosa, persona y objeto están sujetos a cambio. En el mundo existen seis tipos de cambio: nacer, crecer, madurar, desmejorar, declinar y morir. Estos son los cambios a los que están sujetas todas las cosas. Eludirse pensando que este mundo transitorio e imperecedero es perenne, y apegarte a él es una cosa sumamente tonta en verdad.

En el templo de Visnu verán estatuas y pinturas de Garuda, el águila. En el de Siva, encontrarán estatuas y pinturas de Nandi, la vaca. Y en el templo de Rama, percibirán que hay retratos de Hanuman, el mono. En estas imágenes, los seres mencionados: Nandi, Garuda y Hanuman, se posan a los pies del Señor y sólo tienen ojos para Él, ya no para el mundo. Ellos exhiben el único apego prudente: el apego al Señor, que es lo único permanente. Y muestran desapego por el mundo, que es transitorio. El mensaje de tales representaciones simbólicas es que no se ocupen mayormente de lo transitorio, y se enfoquen en lo imperecedero, que es el Señor.

Una vez que reconozcan la falibilidad de las cosas, y su transitoriedad e impermanencia, irán perdiendo el deseo de poseerlas. Existen múltiples historias que nos hablan de la magra gratificación o paz interior que los emperadores - individuos acaudalados que gozaban de todo tipo de lujos- obtenían de éstos. Para gozar de un poco de paz interior, se iban al bosque a hacer penitencia. Sólo así obtenían la satisfacción y solaz que tanto añoraban.

Hagan el mejor uso posible de cada cosa

El desapego significa algo más que sólo reconocer los defectos y fragilidad de las cosas transitorias. Ser desapegado implica también tener la capacidad de extraer lo más positivo de cada cosa. Deben de esforzarse en sacar el máximo provecho de las cosas y apreciarlas tal como son. No tiene caso fijarse nada más en lo limitado de los objetos y el malestar que ello provoca; deben de usarlos adecuadamente para cumplir con su deber en el mundo. Entonces obtendrán satisfacción de ellos. En un sentido amplio, el desapego consiste realmente en dejar atrás las penas mundanas, abrazando la dicha del Yo supremo. Renunciar a su familia, su esposa, sus hijos y propiedades e internarse en el bosque no es el verdadero desapego. Desapego significa reconocer la naturaleza deleznable de los objetos, reconociendo a la vez su potencial y lados positivos.

Cuando se meten en dificultades, sean físicas, mentales, financieras o de otro tipo, es posible que se sientan desapegados de lo que ocasiona el trastorno. Es natural. Imaginen por ejemplo que muere una persona y se llevan su cuerpo a incinerar al crematorio. Cuando vez una cosa tal, se desapegan del cuerpo en cierta forma, abrazando la filosofía de que el cuerpo tiene que disolverse en algún momento. Tal desapego es tan solo un sentimiento temporal, mas no se puede considerar verdadero desapego.

Otro ejemplo es cuando una madre da a luz a su primer bebé. Al no soportar el dolor, grita que querría mejor morir. No se trata de un verdadero desapego. En cuanto nace la criatura -una niña supongamos-, comienza a desear ahora tener al varoncito. Algo similar ocurre cuando a alguien no se le cumplen sus deseos. También aquí se desarrolla cierto tipo de desapego. Pero las anteriores no son más que actitudes temporales. El desapego permanente es muy distinto.

El desapego permanente es contundente en comparación con el desapego leve. Vamos a suponer que una persona haya decidido hacer peregrinaje a un santuario de la India, pero suele postergar cosas. Cuando se trata de algo bueno como ir de peregrinaje, a veces uno pospone. Pero si se trata de hacer algo malo, uno prefiere llevarlo a cabo sin pérdida de tiempo. Por lo general, las personas no ponen mucho empeño en hacer cosas buenas. Ello puede considerase desapego leve, ya que se deja para después la realización de buenas obras. Este tipo de conducta no los llevará a alcanzar su meta espiritual. El desapego cabal es el que se requiere para avanzar en el camino espiritual.

Harischandra y Buda

Si creen que una actividad es sagrada y puede ser benéfica, no la posterguen. Llévenla a la práctica de inmediato y procuren que sea con éxito. Es el camino real que transmite Buda. Una vez que Buda Gautama se percató de que el cuerpo era impermanente y que ninguno de los objetos mundanos era duradero, se dio a la busca de las verdades inmutables. Renunció a su familia y a su reino, y se internó en el bosque para conocer la realidad última.

Hubo otro gran gobernante con un alto sentido de sacrificio y desapego: Harischandra. Fue emperador pero por una serie de eventos desafortunados perdió todas sus posesiones, su reino, su esposa y sus hijos, pasando el resto de sus días como cuidador de un crematorio.

Un día, al comenzar Harischandra su jornada de trabajo en el crematorio, unos hombres trajeron el cadáver de un amigo que había sido rico. Lo tendieron, le prendieron fuego y se retiraron en seguida a sus casas. Cuando se incinera un cuerpo, usualmente se le coloca peso encima, de lo contrario, en cuanto recibe los lengüetazos del fuego se dobla aparentando quererse levantar, para luego quedar tendido de nuevo. Sólo Harischandra permaneció en el sitio aquel día. Ni los amigos ni los parientes del difunto se quedaron a cuidar el asunto. Harischandra se fue a traer más combustible para la pira. De pronto, vio que el cuerpo se erguía. Se llenó de sorpresa y se acercó para ver mejor.

Ya cerca vio que el cuerpo se volvía a quedar tendido. Por un instante, pensó que el sujeto aún estaba vivo, y que se había levantado para otear por sus familiares y amistades. Pero Harischandra se dio cuenta de que el fenómeno en las llamas no era sino ilusión que hacía parecer vivo al cadáver. Entonces pensó: "Así como creí en un momento dado que el cuerpo estaba vivo, he creído que el mundo era real. Mas no lo es; sólo da la impresión de serlo."

Harischandra lamentó que el cadáver de un hombre que había sido tan rico no fuera acompañado por sus familiares ni amigos hasta el último momento. Y reflexionó que sea cual fuere la posición o riqueza de un hombre, ni su mujer ni sus hijos conservan el apego una vez muerto. Como resultado de su experiencia, Harischandra desarrolló gran desapego hacia las cosas y formas mundanas.

Los apegos mundanos son como un veneno

Todos los días y en todo momento, las cosas del mundo están atravesando cambios. Éstos no son artificiales, ni imaginarios; son cambios naturales e inherentes a la naturaleza de las cosas. En cuanto reconocen que el mundo es el escenario para el cambio natural y continuo de las cosas, y que el cambio es parte de la naturaleza de los objetos mundanos, quedan libres de sufrimiento. Quienquiera que sepa que las víboras venenosas tienen colmillos que expelen una toxina letal, permanece a resguardo de ellas. Si ven acercarse a un escorpión con la colita levantada, listo para atacar, ¿no se echarían a correr? Sólo un niño inocente o un ignorante se acercarían a él, so peligro de recibir un aguijonazo y morir.

Ustedes hacen su mayor esfuerzo para evitar al bicho venenoso, porque saben cuán dañino es. Del mismo modo, harían su mayor esfuerzo para evitar los apegos del mundo si conocieran su letal naturaleza. El Señor enseñó en el Gita que, en lugar de sufrir los coletazos de apegarse para después ser desilusionados por el giro de cosas, sería mucho mejor desde el principio no apegarse a las cosas mundanas. Sin embargo, continúan haciendo planes y apegándose a las cosas para experimentar placeres temporales. Se agotan pensando y planeando - "¿debería de hacer esto, o mejor debería de hacer aquello? O bien, "mejor hago esto en lugar de aquello"-, y se involucran en mil proyectos y actividades. Sin embargo, pagarán las consecuencias en el futuro.

Las semillas plantadas que han plantado sus acciones madurarán y ustedes cosecharán el fruto. Si las semillas son de un tipo, no pueden pretender recoger frutos distintos. Sea lo que fuere a lo que se dediquen, recogerán los frutos a manera de guirnalda invisible colgada al cuello. Cuando llegan al mundo, no se les ve ninguna guirnalda. En su cuello no luce collar alguno de perlas ni gemas preciosas, ni una gargantilla de oro. Sin embargo, ahí está ciertamente la guirnalda, hecha de las consecuencias de acciones, realizadas en vidas precedentes. La guirnalda entregada por el Creador adorna su cuello, aunque no sea visible al ojo físico.

Quien reconoce la verdad de que cada acción traerá una consecuencia, emprenderá exclusivamente buenas acciones y pasará su vida realizando sólo actos que le reportarán buenas consecuencias. El Gita lo enseña como una práctica de suma importancia para el devoto. Ello los llevará ulteriormente a desarrollar indiferencia y desapego por las cosas del mundo. Como resultado, obtienen la auténtica sabiduría. He aquí un ejemplo que muestra la naturaleza ilusoria del mundo y el desapego que debería infundirles.

El sueño del rey Janaka

El rey Janaka se había vuelto todo un maestro en asuntos divinos. Lo llamaban "el rey sin cuerpo" pues había logrado trascender la conciencia corporal. Una noche, después de la cena, se hallaba discutiendo asuntos administrativos con sus secretarios, después de lo cual volvió a sus aposentos. Se le había dejado su alimento en el umbral de la puerta pero no lo tocó. Se relajó en un sofá mientras la reina le masajeaba los pies. Pronto se durmió. La reina les pidió a los lacayos que abandonaran el cuarto y no permitieran que nadie perturbase el sueño del rey, pues éste se hallaba muy cansado. Luego le echó una manta encima y bajó la intensidad de la luz, permaneciendo a su lado en silencio.

Un poco más tarde, el rey Janaka abrió los ojos repentinamente, se sentó, miró a su alrededor incrédulamente, y en tono peculiar preguntó: "Es esto real o aquello es lo real? ¿Es esto verdad o es aquello la verdad?" La reina se asustó ante tan rara pregunta. Intentó comprender exactamente lo que el rey preguntaba, pero él no respondía su indagatorio, sino seguía repitiendo "¿Es esta la verdad o la verdad es aquello?" La reina entonces mandó venir a los ministros, consejeros y oficiales del rey. Ya reunidos cuestionaron al rey: "Maharaja, ¿cuál es tu duda? ¿Qué exactamente deseas saber?" Pero el maharajá no les respondió. Al final, los ministros convocaron al sabio Vasistha a la corte. Éste le preguntó al rey "¿Qué es lo que te tiene preocupado?" A lo que el rey replicaba exactamente con la misma cuestión "¿Aquella es la verdad o esta es la verdad? ¿Es esta la realidad o aquella es la realidad?"

En ese momento, apareció un tigre y todos corrieron por sus vidas. El tigre devoró toda la comida. De nuevo, Janaka se encontró en el bosque, arrastrándose y gimiendo "Ay, qué hambre tengo. Me muero de hambre." Cuando despertó descubrió que se hallaba en un palacio, recostado en un sofá real al lado de la reina, con una bandeja de plata llena de suntuosas viandas y ricos bocadillos en la mesita contigua. Y continuó preguntando si él era el hambriento desdichado que mendigaba comida a los ladrones en un amenazante bosque, o si era el rey, dueño del suntuoso palacio rodeado de excelsos lujos. "¿Esto es verdad, o es aquello? ¿Es esto real, o lo otro es lo real?"

Maharishi Vasistha inmediatamente reconoció la confusión del rey y exclamó "Rey Janaka, ni el mendigo ni el emperador son reales. Sólo tú eres real. Tú, tú mismo eres la verdad. El 'tú' que está presente como conciencia pura en el sueño, haciendo el papel de mendigo, y también está presente en el estado de vigilia, en el papel de rey. El 'tú' que contempla ambos estados es tu verdadera realidad.

La vida en el día es un sueño diurno, en la noche es un sueño. Ambos escenarios son ilusiones. Están llenos de fallas y defectos porque cambian constantemente a otra cosa, de modo que no son reales. Sólo tú, que permaneces inmutable a través de cada estado mental, eres lo real, libre de cambio e impermanencia.

Lo anterior también está enfatizado en el Gita, donde Krsna señaló la crucial verdad de que el mundo está en constante cambio y que sólo el atma es real e inmutable.

 

La angustia de estar separados de Dios

El desapego no significa dejar su vida atrás para irse a vivir al bosque como renunciantes. Penitencia no es hacer contorsiones corporales y someterse a privaciones. Representa la intensa angustia de sentirse separados de Dios. Siempre que los aqueje la angustia de separación, donde quiera que estén, ya están haciendo penitencia. Todas las experiencias mundanas son una combinación de tres atributos: inercia o caos, acción o reacción, y ritmo o calma. La penitencia angustiante, con su ardiente deseo de ver a Dios, los lleva a un estado del ser que trasciende estas tres cualidades. Cuando lo alcanzan, experimentan gran serenidad y unidad de pensamiento, palabra y acción.

El pensamiento, la palabra y la acción causan el karma. Son los instrumentos de la acción. Es la unión de estos tres instrumentos de acción lo que se llama penitencia. Cuando se logra la unión, le sigue un estado inefable de dicha, que es la dicha del atma. De modo que la verdadera penitencia es el punto en el que los tres instrumentos de la acción se reúnen, y entonces experimentan la dulzura de su yo inmortal.

Escuchen el siguiente ejemplo. Todos los días disfrutan de los beneficios de la electricidad. Puede ser que en su recámara tengan un ventilador. El ventilador tiene tres aspas. Si rotaran en tres direcciones distintas, no producirían mayor brisa. Pero al rotar al unísono, como si se tratara de una sola aspa giratoria, producen una ráfaga de aire muy razonable. La agradable brisa sólo es posible cuando las tres aspas trabajan juntas, rotando como una sola. Del mismo modo, cuando los tres instrumentos de pensamiento, palabra y acción, se funden y trabajan como uno solo, es cuando disfrutan de la dicha verdadera.

En la analogía, su corazón se puede comparar al cuarto donde está el ventilador. Los tres instrumentos de acción se equiparan a las tres aspas del mismo. Su intelecto es el contacto de la electricidad. El poder espiritual, o energía que emana del ser supremo, puede equipararse a la energía que enciende el ventilador. Su práctica espiritual es lo que despierta su intelecto, por ello se asemeja a encender el interruptor. Cuando los tres instrumentos de acción trabajan en sintonía como las aspas giratorias del ventilador, su angustia se transforma en dicha. Es así como pueden convertir su fuerza de vida y su poder espiritual en dicha.

La verdadera renunciación vuelca su mente hacia Dios

Los humanos han olvidado cómo se hace penitencia. Cuando dejan que su atención divague por el mundo temporal y transitorio, su camino espiritual decae por inercia y estancamiento. Cuando concentran su atención y conciencia en lo permanente, que es Dios, están haciendo penitencia, y su espiritualidad da un gran paso adelante. Si una puerta se cierra y la quieren abrir, tienen que introducir la llave en el cerrojo y girarla a la derecha. Si giran la llave a la izquierda, el cerrojo permanecerá cerrado. Se trata del mismo candado y la misma llave. La diferencia radica en cómo giran la llave. Su corazón es el cerrojo y su mente, la llave. Si dirigen la mente a Dios, obtienen liberación. Si la dirigen hacia el mundo sensorial, permanecen aprisionados. Con la misma mente se liberan o se esclavizan.

La auténtica renunciación encauza su mente hacia Dios. Significa que retira su mente de otros lugares y la hace descansar en el ser permanente. Tal desapego y sacrificio tiene que transformarse en un sentimiento muy intenso. No deben de posponer su práctica para mañana, y al otro día, postergarla para el siguiente.

Imaginen que van a asistir a una boda; seguramente prepararían su ropa desde unos días antes de la ceremonia. O imaginen que van a ir al cine; en ese caso se arreglarían al momento. Hasta para salir a caminar, se alistan un poco, previamente. Y si no pueden ir al cine hoy, lo pueden dejar para mañana. Si no sales a caminar en este momento, pueden hacerlo en otro momento. Pero la agenda del Señor no puede ser pospuesta o cancelada. Siempre tienen que estar preparados para aceptar lo que venga. El tiempo no perdona; no sigue los pasos del hombre. El hombre debe seguir los pasos del tiempo. El tiempo corre constantemente, arrastrando todo a su paso.

El Gita enseña que pueden disfrutar las cosas del mundo, mas no deberán apegarse a ellas, pensando que les pertenecen. El desapego o renuncia es uno de los puntos esenciales de la filosofía espiritual contenida en el Gita.

domingo, 25 de agosto de 2024

EL GITA DE SAI BABA - CAPÍTULO X. AMOR Y SACRIFICIO: LA CURA PARA EL DESEO Y EL ENOJO

EL GITA DE SAI BABA

EL CAMINO DE LA AUTOREALIZACIÓN Y

LA LIBERACIÓN EN NUESTRA ERA

DIVINOS DISCURSOS

Bhagavan Sri Sathya Sai Baba

Prashanti Nilayan

Compilado y editado por Al Drucker

CAPÍTULO X. AMOR Y SACRIFICIO: LA CURA PARA EL DESEO Y EL ENOJO

El enojo nace del deseo, y el deseo, de los pensamientos. Por lo tanto, los pensamientos dan lugar tanto al deseo como al enojo. Así como no puedes obtener tela sin hilo, ni hilo sin algodón, no puede haber enojo sin deseo, ni deseo sin pensamientos.

Encarnaciones del amor:

En el Gita, el Maestro tipifica el deseo y el enojo como fuego. Si esto es así de intenso cuando el fuego está allá afuera, tanto más peligroso resulta cuando flamea dentro de nosotros mismos. El fuego del deseo y el enojo tiene el poder de destruir todas las cualidades humanas y de aniquilar la naturaleza divina del hombre, dejando sólo las pasiones demoníacas bullendo en su interior.

El fuego del deseo

La mayoría de las cosas mundanas son finitas, pero el fuego del deseo y el enojo es ilimitado. Le den lo que le den al fuego -sea madera, aceite u otro- jamás se saciará. Si hasta el fuego más intenso se acaba extinguiendo a la larga, el fuego del deseo y el enojo no conoce límite. Tiene un apetito voraz que nunca se agota; no puede ser saciado. Jamás está satisfecho. El fuego del deseo y el enojo no se contenta con nada.

Siendo esa su naturaleza, ¿existe alguna forma de controlarlo? El Señor declaró en el Gita "Puedes conquistar el enojo con amor, y puedes conquistar el deseo mediante la renunciación y el sacrificio." Donde hay amor, no puede haber enojo. Si cultivan el amor, no habrá espacio en su corazón para que germinen el odio ni el enojo. El corazón es como una silla, sólo hay lugar para un ocupante. Por lo tanto, una sola cualidad puede asentarse ahí, y no deja espacio para que otra ocupe el lugar. Deben de hacer su máximo esfuerzo para establecer sólo el amor en su corazón y nada más. Jamás permitan que su corazón se comporte como en el juego de las sillas, ya dando lugar al amor, ya dando lugar al enojo y al odio.

Si quieren conquistar el enojo con amor, tienen que cultivar un tipo de amor elevado. El amor siempre está dispuesto a regalarse y a pasar por alto los defectos y las debilidades de los demás. El amor tiene esa extraordinaria cualidad; vive dando y perdonando, mientras que el ego vive tomando y olvidando. Donde hay amor, no hay cabida para el egoísmo, y donde hay egoísmo, no puede haber amor.

Hagan del amor la fuerza predominante en su vida

No hay absolutamente nada en el mundo que no puedan obtener cuando hay amor en ustedes. El amor puede vencer todos los obstáculos. Por lo tanto, para alcanzar la victoria sobre el enojo, sólo tienen que llenarse de amor y hacer que se vuelva la fuerza predominante en su vida. En cuanto reconozcan que el morador de su corazón es el morador de los demás corazones, que el amado Señor a quien adoran mora en su corazón, y está alojado en los demás corazones, no habrá ninguna posibilidad de que odien o se enojen con nadie. Si el Señor mora en cada corazón, ¿cómo podrían ver a otra persona con desprecio? Por lo que deben de sumergirse en el amor y acogerlo cual prenda indeleble dentro de ustedes.

Como ha dicho Baba, cuando el amor está asociado a los pensamientos, se torna en verdad; cuando el amor entra en sus actividades, sus acciones se vuelven rectas; cuando sus sentimientos están saturados de amor, su corazón reboza paz interior; y cuando dejan que el amor guíe su entendimiento y razón, su inteligencia se llena de respeto y preocupación por la vida, y en ustedes se manifiesta la no violencia.

Así pues, el amor es verdad, es acción correcta, es paz interior, es no violencia. El amor es la corriente que subyace a todas las nobles cualidades. Si sus pensamientos no están llenos de amor, no hay verdad. Si el amor no inspira sus acciones, éstas carecen de rectitud. Si no experimentan amor, no pueden tener paz interior. Y si su entendimiento no está fincado en el amor, en su intelecto no podrá fijarse la no violencia.

Por ello, así como el azúcar es la base de diversos postres, el amor es el ingrediente básico para que haya verdad, rectitud, paz interior y no violencia. El amor es la Divinidad misma. El amor es Dios y Dios es amor. El amor es el poder divino que todo lo mueve. A través del amor pueden fácilmente conquistar el odio y el enojo. Por eso, vivan siempre en amor.

Naturaleza del enojo

El enojo es el causante de muchas dificultades y puede acarrear un sin número de problemas. Puede destruir su dignidad y minar su humanidad. El enojo entra primero de una manera sutil, y paulatinamente va invadiendo todo su ser. Al principio, sólo pide un poco de espacio; parece decir: "hazme aunque sea un lugarcito para sentarme". Pero una vez establecido, sentencia: "Ahora me haré de holgado espacio para quedarme". No le otorgues el más mínimo lugar a tal sentimiento. Una vez que el enojo entre en ustedes, les será imposible desalojarlo. Aunque se amisten con él y le entreguen toda su riqueza, no los dejará en paz. Es un veneno letal; no dejen que ponga ni un pie en ustedes.

Las luces traseras de un carro se encienden para avisar que el carro se va a detener. De igual modo, antes que el enojo explote, los ojos se ponen rojos, los labios tiemblan, y el cuerpo eleva su temperatura. Al experimentar cualquiera de estos síntomas, mejor abandonen inmediatamente el sitio donde se encuentran y permanezcan un rato alejados hasta que se disipe el enojo. Como ya se mencionó, también pueden tomar una ducha de agua fría.

Cuando el enojo llega a las palabras, generalmente lleva a complicaciones mayores. Incluso si su enojo es justificable y están protegiendo la verdad, de todas formas deben de hacerlo con dulzura y cariño para que la persona pueda aceptarla sin sentirse ofendida. Por lo tanto, los devotos deben de controlar el enojo cultivando el amor en su corazón.

El sacrificio conquista al deseo

Veamos ahora cómo manejar el deseo. Para conquistarlo tienen que cultivar el sacrificio, estar dispuesto a renunciar a cosas. Esto no significa que deban alejarse de su familia para irse al bosque; tampoco implica ceder sus propiedades. Cuando toman conciencia de que todas las cosas son defectibles, transitorias y de ayuda ineficaz para que alcancen su meta, dejarán de desearlas.

Aun viviendo como padres de familia inmersos en el mundo, pueden ver la falibilidad de las cosas. Digamos que les encanta el curry y le piden al cocinero que les prepare un guiso aderezado con él. Se sientan a la mesa, traen la comida y cuando están por comenzar a comer con gran deleite, llega corriendo el cocinero y advierte: "¡Cuidado!, no coma, señor, acabo de descubrir que una cuija venenosa cayó en la cazuela y yace muerta en el fondo." Al escucharlo, y conociendo el peligro de comer, cancelan la idea de probar el alimento, por muchas ganas que tuvieran de disfrutarlo.

Del mismo modo, deben de reconocer la naturaleza de las cosas de este mundo, percatarse de que siempre están cambiando y un día dejarán de existir. Si ya lo saben, ¿por qué se hacen la ilusión de adquirirlas para disfrutarlas largo tiempo? La comida no es sino la medicina para la enfermedad del hambre. ¿Por qué habría de convertirse en artículo suntuoso de consumo? Cuando les recetan medicinas por estar enfermos ¿acaso se rehúsan a tomarlas porque sepan mal? No; entonces deben de admitir que lo que consumen en el mundo no son sino "medicinas" para las "enfermedades" que padecen.

Cuando la enfermedad remite, disminuye la necesidad de la medicina. Cuando se sienten bien, no hay necesidad de medicinas; pero cuando están enfermos se ven forzados a tomar el medicamento apropiado que curará su malestar. No se pueden rehusar a tomarlo sólo porque tenga mal sabor, y sin embargo pretender curarse. Hoy por hoy van tras comestibles sabrosos que en lugar de curar su mal, les hacen más daño. Celebran haber descubierto cantidad de delicias en el mundo y estar llevando una vida feliz, consumiendo cosas que aparentemente les brindan comodidad y dicha.

 

Mas no representan el goce verdadero, ya que en un futuro pagarán las consecuencias de haber consentido su paladar.

La plaga del deseo y el odio

Imagínense un árbol gigante, frondoso, cargado de flores y frutos. El árbol es imponente y bello. Pero un día el árbol comienza a secarse y sus flores comienzan a caer. ¿Le habrá faltado agua o abono? ¿Lo cuidaron bien? No; se trata de una plaga que atacó la raíz y está destruyendo su belleza. Primero se come la raíz, y después sigue con el árbol. Del mismo modo, si permiten que el deseo y el odio entren en ustedes, un inesperado día se sentirán devastados. Esto es absolutamente cierto.

En el mundo material se toma al hombre rico como alguien importante, pero en el mundo espiritual, la riqueza material no tiene ninguna importancia. La caridad tiene mayor grandeza que todas las posesiones y riquezas del mundo. Sin caridad, la riqueza material no posee ningún valor intrínseco. Hagan de cuenta que tienen cuatro herederos y cada uno reclama parte de la riqueza del padre. El primero es la beneficencia, el segundo es el gobierno, el tercero es un ladrón, y el cuarto es el fuego. Cada uno espera su patrimonio. Si le dejaran toda su fortuna al primer heredero -la beneficencia- no les tocaría nada a los demás. Con todo, al favorecer a la beneficencia, notarán que los demás demandantes respetarán su decisión y no reclamarán nada para sí.

Sabemos, por ejemplo, que el gobierno exenta de impuestos a quienes donan dinero a la beneficencia. Hasta el fuego tendrá miedo ante ustedes, y los ladrones los dejarán en paz. Así que si donan dinero a la beneficencia -que en cierta forma es la hija mayor y natural heredera- los demás, que en otra circunstancia reclamarían lo suyo, respetarán su decisión y no se opondrán a ella. Con todo, si poseen riquezas y no las donan a la beneficencia, el ladrón los tendrá bajo la mira, y el gobierno tratará de sacarles alguna parte. Y si, por alguna razón, éstos los dejan en paz, vendrá el fuego y destruirá sus posesiones cualquier día.

Hagan que las nobles virtudes brillen en ustedes

El Gita ha declarado que la caridad es lo que realmente importa y no la riqueza. De igual modo, lo que cuenta en los seres humanos no es la habilidad para hablar con elocuencia, sino la verdad que se defiende. Si no hay verdad en su discurso, digan lo que digan carecerá de valor. El Gita también asevera que lo importante no es la vida en sí sino el buen carácter. Una vida si no se tiene buen carácter es fútil. Deben de cultivar el buen carácter y ganarse el respeto haciendo que las nobles virtudes brillen en ustedes.

Su deber principal es albergar buenos pensamientos, mostrar una buena conducta, hablar de cosas sanas y llevar una vida edificante. Deben de tener mucho cuidado con las palabras y acciones para no crearse mala fama. Vale más vivir corto tiempo como el cisne, de fama elevada y carácter impecable, que vivir cien años como el mal afamado cuervo, rapiñando a los demás. El Gita ensalza a las almas intachables cuyas vidas rebozan sencillez, bondad.

Las buenas acciones son mucho más importantes que la fuerza física. Un cuerpo no utilizado al servicio a los demás es cuerpo muerto. Usen el cuerpo para servir a la humanidad y no sólo en su propio beneficio, egoístamente. Para superar dicha tendencia, deben desarrollar la vocación de servicio y procurar siempre la oportunidad de servir a los demás. Al hacerlo, sus mismas buenas acciones elevarán el nivel del resto de la humanidad. Es muy difícil llegar a nacer humano. Dediquen pues, tiempo en pensar cómo aprovechar la rara oportunidad que se les dio, y cultiven los buenos hábitos para superar fallas de carácter como el deseo y el enojo, que sólo los hacen desperdiciar la oportunidad de oro que tienen ahora en sus manos.

Hay que reemplazar malos hábitos con buenos hábitos

¿Cuál es la mejor manera de erradicar los malos hábitos ya enraizados y reemplazarlos por otros buenos? He aquí un ejemplo.

Imaginen que un día llega un hermoso perro a su casa, y no saben de quién es. Para que se quede más tiempo el lindo can le dan algo de comer. Al día siguiente, el perro vuelve más o menos a la misma hora; de nuevo le dan de comer, contento de que los visite. De esta suerte, el can regresa todos los días para que lo alimenten. Gradualmente aumenta el apego; ahora el perro entra en su casa, y pasa en ella cada vez más tiempo. Un buen día se dan cuenta de que el animal ya no se va, y a partir de ese momento se queda a vivir con ustedes.

La alegría que experimentaban ante su belleza física no les dura mucho. Cuando la belleza deja de ejercer fascinación, se vuelve una monserga. Pronto se sienten incómodos de que el perro esté ahí todo el tiempo y buscas la forma de deshacerse de él.

Lo primero que deberían de hacer sería preguntarse qué fue lo que hicieron para que el perro se quedara. La razón es que desde el principio lo alimentaron regularmente; lo acariciaron, jugaron con él, y le prestaron atención. La práctica cotidiana se convirtió así en apego entre ustedes y el can. Ahora deberán de idear una estrategia que disuelva el apego y los ayude a deshacerse del animal. Será lo mejor para revertir el proceso que dio lugar al apego y transformó al objeto en algo tan caro.

La práctica regular es el secreto del logro

Si dejan de alimentar al perro unos días y se muestran indiferente a él, sin prestarle atención, pronto el animalito agarrará su camino. Por lo tanto, la práctica es lo más importante. Es a través de la práctica que desarrollaron los apegos y cualidades indeseables, y sólo a través de ella podrán cambiarlos de nuevo. El Gita afirma que la práctica es la base de todo. En el duodécimo verso del capítulo sobre devoción, señala: "Por medio de la práctica podrán adquirir conocimiento, con el conocimiento podrán cultivar la meditación, a través de la meditación desarrollarán la auto renuncia, y cuando alcances la auto renuncia, conquistarán la paz mental." Así pues, todo comienza con la práctica.

Durante muchos nacimientos, la belleza los ha cautivado; se entregaron al deseo y al enojo hasta que dichas pasiones enraizaron en ustedes. Hoy son ustedes esclavos de sus deseos. Las solas palabras no podrían liberarlos de ellos. Tras practicar el apego largo tiempo, dichos rasgos ya echaron raíces tan poderosas, que aun si las cortasen a ras, retoñarían una y otra vez. Cuando el deseo se vuelve parte suya, sólo revirtiendo el proceso, practicando el desapego y la auto renuncia, es posible deshacerse de tales lacras.

Al comienzo, los deseos resultan atractivos y dulces. Tras cierto periodo, les parecen disgustosos, pero para entonces es muy difícil o hasta imposible deshacerse de ellos. Por eso, es mejor cultivar desde el principio la auto-renuncia y el desapego como parte de su naturaleza, sin dar lugar ni importancia a los deseos. A menos que practiquen la renuncia y puedan resistir a los deseos, no estarán listos para recibir la gracia de Dios.

Un buey o un caballo desbocados, un carro sin frenos o una vida sin control de los sentidos, son todos muy peligrosos. El control de los sentidos es muy importante. Deben de tener bajo estricto control la tendencia de la mente a dispersarse en todas direcciones, persiguiendo deseos. Mente y sentidos deben de estar bajo vigilancia dentro de ciertos límites. Incluso la alegría que se desborda allende ciertos límites puede resultar perjudicial. Para cada cosa existe un límite y un rango de funcionalidad saludable.

Hay que mantener los sentidos dentro de límites normales

La temperatura normal del cuerpo es de 36.5° centígrados, si aumenta incluso un grado es indicativo de posible infección. Sólo estando en el nivel normal, sabemos que el cuerpo está sano. Del mismo modo, la presión normal es 80 -120. Si ésta sube a 90 -150 hay anomalía y es probable que haya enfermedad. De igual manera, el ritmo cardíaco normal es de 75 latidos por minuto; si éstos aumentan, se considera una condición irregular.

Lo mismo rige para los sentidos. Existe un rango de luz adecuado para el funcionamiento de los ojos. Si la luz es demasiado intensa, los ojos no pueden ver y salen lastimados. En cuanto a los oídos; existe también un rango saludable para la audición. Si el nivel del sonido excede dicho rango -por ejemplo, estando cerca de un avión, un tren o un amplificador- la audición se distorsiona. Es decir que los sentidos sólo pueden funcionar dentro de un rango normal de percepción.

Vemos que la vida funciona de modo equiparable a un negocio. Si desean que su negocio crezca ilimitadamente dentro de una compañía limitada, van a enfrentar mucha ansiedad. Por lo mismo deben de restringir su conducta, vivir dentro de ciertos límites. Podemos referirnos a esto como disciplina. La disciplina es indispensable para el progreso espiritual de un individuo. Sin disciplina es probable que la persona caiga al nivel animal. Pero su práctica también debe realizarse con límites. Incluso para poder disfrutar de la vida se necesita de disciplina. Como pueden ver, para todo existe un límite, un tope. Si respetan los límites, no tendrán problema.


El Gita enseña que el deseo y la rabia son los principales obstáculos para la liberación, de manera que templarlos es de vital importancia. Tienen que estar muy al tanto de estos dos enemigos y llegar a controlarlos. Ellos no provienen del exterior; son sus enemigos internos. Si sus enemigos internos les presentan desafío, ¿cómo podrían aspirar a controlar los externos? Si logran mantener su deseo y su enojo bajo control, serán capaces de vencer a sus enemigos externos fácilmente. El Gita enseña que la manera de conquistar el deseo y el enojo es abonando su vida con renuncia, sacrificio y amor.

jueves, 22 de agosto de 2024

EL GITA DE SAI BABA - CAPÍTULO IX. EL DESEO Y EL ENOJO: GEMELOS MALÉFICOS

EL GITA DE SAI BABA

EL CAMINO DE LA AUTOREALIZACIÓN Y

LA LIBERACIÓN EN NUESTRA ERA

DIVINOS DISCURSOS

Bhagavan Sri Sathya Sai Baba

Prashanti Nilayan

Compilado y editado por Al Drucker

CAPÍTULO IX. EL DESEO Y EL ENOJO: GEMELOS MALÉFICOS

Sólo cuando sean capaces de aquietar su mente, podrán superar sus deseos, y sólo cuando logren controlar sus deseos, lograrán dominar el enojo. Por lo tanto, el primer paso para conquistar los deseos y el enojo es liberarse de la mente pensante.

Encarnaciones del amor:

Aquietar la mente es práctica esencial tanto de devotos como de gente ordinaria, pero tal y como el capítulo del Gita sobre devoción señala, acallar los pensamientos es especialmente importante para los devotos. Los pensamientos están cargados de energía y tienen vida propia. Pueden ser más poderosos que el material más fuerte. Comienzan a pensar desde el primer momento en el que nacen. El material del que están hechos los pensamientos es muy sutil; tiene que ver con lo que comen. Por lo tanto, si ingieren comida consagrada, les vendrán pensamientos elevados.

Destruyan los pensamientos impuros con pensamientos puros

Cuando los pensamientos que albergan son puros, sus acciones se santifican, y sus palabras también se santifican. Los pensamientos puros son como una espada filosa pues son capaces de desalojar los pensamientos, sentimientos y acciones impuras, cortándolos en pedazos. Por otro lado, si ingieren alimento no consagrado, florecerán en ustedes sentimientos, pensamientos y acciones impuras. Y no sólo, sino debido al alimento impuro, su cuerpo se debilitará y perderá su capacidad digestiva, y sufrirán todo tipo de achaques.

El Señor enfatiza en el Gita que para que el mundo avance y el potencial espiritual de las personas florezca, es preciso tener un cuerpo sano. Por ello es importante ingerir solamente alimento natural, y purificarlo ofreciéndoselo al Señor, antes de ser consumido.

El pensamiento y los procesos mentales le dan forma a la mente. Si los pensamientos se dirigen al mundo fenoménico, el proceso mental girará en torno a la riqueza y la propiedad, ya que éstas son la base de la vida en el mundo material. Cuando se habla de riqueza, generalmente se habla de posesiones y apegos como el dinero, las casas y la tierra. Otra forma de riqueza es la fama y la posición social. Pero El Gita no considera las posesiones ni Cuadro de texto: 2el estatus social como la verdadera riqueza. El Gita afirma que el carácter y el buen comportamiento es su verdadera riqueza y, sobre todo, que su mayor riqueza radica en el conocimiento de su verdadero ser.

Buen carácter, buen comportamiento y conocimiento del ser

Nombre y fama, propiedad y familia son bienes efímeros que pueden desaparecer incluso estando en vida. Las calamidades y la mala fortuna pueden acarrear la pérdida de nombre, fama, propiedad y familia. Lo que es más, no tendrán relación con ninguna de estas cosas después de la muerte. Entretanto, el buen carácter, el buen comportamiento y las virtudes que los acompañan, no solamente los ayudarán durante su vida sino más allá de esta vida. Serán sus fieles y eternas compañeras. Permanecerán en ustedes para que puedan alcanzar el conocimiento de su verdadero yo, y con esto, conocer al Señor y fundirse con Él.

Su auténtica fama no depende de su belleza física o de sus encantos personales. No depende tampoco de sus riquezas ni de su fuerza física. Depende exclusivamente de su buen carácter. En las sagradas escrituras encontrarán la historia de Visvamitra quien, en tiempos pasados, fuera un rey cruel y poderoso que se vanagloriaba de sus proezas físicas. Un día, decidió tomar venganza del sabio Vasistha. Éste, desde luego, basaba su fuerza exclusivamente en la Divinidad. Era un alma elevada que vivía con la conciencia puesta en Dios. Contaba con una protección invisible que le venía por estar inmerso en la Divinidad.

Cuando fue atacado por las flechas y proyectiles letales de Visvamitra, el sabio permaneció sereno. Las flechas que éste le lanzó a Vasistha perdieron poder, como si hubiesen sido lanzadas contra un muro de piedra. Los proyectiles lanzados se hicieron pedazos al momento de tocar el cuerpo de Vasistha, cayendo al suelo.

En efecto, la fuerza física expresa un tipo de debilidad. Sólo el poder que se basa en la Divinidad y está sustentado en la rectitud constituye la fuerza verdadera. Al darse cuenta de ello, Visvamitra se entregó a severas penitencias para llegar al loable nivel espiritual de Vasistha. Tras realizar austeridades por un tiempo, Visvamitra pudo alcanzar el conocimiento de la Divinidad, al punto de que el mismo Vasistha lo reconoció como un sabio consciente de su Divinidad.

Poder divino y poder físico

Los Kauravas -primos malvados que Arjuna y los Pandavas enfrentaron en la 'Gran Guerra'-ascendían a cien hermanos. Ellos basaron su fuerza en el poderío militar. Al final, todos los hermanos murieron en la guerra que ellos mismos habían propiciado; no quedó ni un solo hijo para llevar a cabo los funerales de sus padres cuando éstos fallecieron. ¡Terrible destino! En lugar de procurar la ayuda divina, los hermanos Kauravas se refugiaron en el poderío material, el dinero y la fuerza física de sus combatientes. Por su parte, los hermanos Pandavas se rindieron por completo a Krsna y se acogieron a su gracia.

Cuando Arjuna cayó rendido a los pies de Krsna, éste quedó muy complacido; irguiéndolo le dijo: "Levántate, Arjuna, el poder real radica en la fe. Al final, la justicia y la rectitud siempre triunfan y el egoísmo perece; es la inmutable verdad que se cumple en cada era." El día de la batalla, Krsna le advirtió a Arjuna que aquel que se refugia en el Señor obtiene su gracia, y obtiene éxito en todo lo que emprende. Mientras que quien rehúsa la protección del Señor, no obtiene su gracia y, a la larga, fracasa y queda destruido.

Si aspiran a ganarse la gracia del Señor, tienen que controlar sus deseos mundanos. Todas las actividades que desarrollan en el mundo fenoménico ocurren en el estado de vigilia. Mas, lo que resulta de dichas actividades no es más real que lo que acontece en los sueños. Las mansiones y grandes recintos que ven en sueños se desvanecen en un tris al abrir los ojos. No son ni nunca fueron reales. Las experiencias del estado onírico desaparecen al ingresar a la vigilia, así como las experiencias del estado de vigilia se desvanecen durante el sueño. Pues bien, durante el sueño profundo ¡los dos estados anteriores desaparecen!

Dios yace más allá de los tres mundos

Krsna enseñó en el Gita que existen tres mundos: el físico, el mental y el causal. El mundo mental es una forma sutil del mundo físico, y el mundo causal es una forma más sutil del mundo mental. De estos tres mundos que intervienen en la vigilia, el sueño y el sueño profundo, el mundo causal es el más sutil; y penetra absolutamente todo. Más allá de estos tres mundos, se encuentra el Señor infinito, el principio divino. El principio divino es lo más sutil de lo sutil, lo más diminuto de lo diminuto, y también lo más inmenso entre lo inmenso. Dios es lo más poderoso de todo lo que es poderoso. Nada existe superior a Él. Búsquenlo e instálenlo en su corazón y sálvense. Sepan que lo más poderoso entre lo poderoso es su mismo ser. Esta es la verdad que subyace a la Divinidad. La verdad de ustedes mismos.

El día se compara con el proceso de cicatrización de una herida. Inicialmente sobre la herida se forma una capa de células protectoras. Al tiempo, la herida se cura y la capa protectora se desprende. Cuando tanto la sensación de ser el servidor del Señor como la de ser uno con Él -que nublan al verdadero yo- se desprenden, se ingresa a la etapa final del no dualismo. Es cuando se sumergen en la única verdad: "Yo Soy".

Donde quiera que miren, verán su propio y único ser

Cuando afirman "Soy Él, soy Dios", aún existe cierta dualidad porque se trata de dos entidades, yo y Dios. La no-dualidad no es completa. Al inicio, cuando afirman "Dios mío, soy tu servidor", el Señor es ubicado fuera del servidor; su identidad es claramente distinta. Por otro lado, cuando afirman "Soy Dios", si bien todavía existe traza de dualidad, la distinción no es la que existe entre un sujeto separado del objeto, sino la que hay entre el sujeto y la imagen de sí mismo en el espejo.

Siempre que haya personas distintas o existan entidades separadas, necesariamente se producirán diversas imágenes o reflejos. Pero en la etapa de no-dualismo calificado, ven su imagen en todo, porque ustedes son lo único que existe. Son el ser único, reflejado en distintas imágenes, del mismo modo que la imagen del sol produce múltiples reflejos en distintas vasijas con agua. Así, en la etapa de no-dualismo calificado, se encuentran solos; no hay nadie más. Lo único que aún se interpone entre ustedes y la Divinidad es el espejo. A cada paso perciben su propio reflejo, por eso se sienten cerca de y amados por el Señor, de frente a Él.

Empero, una vez que perciben al Dios único que todo lo impregna, ¿para qué necesitan más imágenes? ¿Puede haber algún lugar donde no se encuentre Él? Cuando el mundo entero se convierte en la morada del Señor omnipresente, ¿en dónde se podría buscar la puerta de entrada a su mansión? Si hubiese una calle separada de la casa, tendría que existir una puerta que da a la calle, pero en realidad no existe tal calle. Cuando el Señor penetra todos los rincones, ¿cómo podría haber un lugar particular en donde buscarlo? No; Dios no reside en ningún lugar en particular.

Una vez que se percatan de que Dios está en todo lugar, todo el tiempo, la percepción de la Divinidad ya no es la de un objeto que se refleja en distintos lugares, sino la percepción de que sólo existen el yo: el único ser inmortal, que mora en todo lugar, plenamente presente en todas las cosas. La percepción del Dios que abarca todo, del uno sin segundo es lo que se llama no-dualismo.

No son pecadores, son Dios

Como parte de su liturgia tradicional, la gente en ocasiones repite: "Señor, soy un pecador, mi alma está llena de pecado, he pecado." Pero ¿quién es ese que peca? ¿Puede una persona estar separada del Señor? ¿Puede haber una persona así? Tales afirmaciones sobre pecar y ser un pecador no son una práctica recomendable para el devoto. En su lugar deberían de pensar "En verdad, soy Dios. No soy diferente de Dios. Soy la paz misma. Soy el amor eterno. Soy la dicha pura sin fin". Mantén dichas ideas y pensamientos en tu mente y alcanzarás tu meta.

En el Gita, el Señor habla de las cualidades que un devoto debería de tener, e instruye "No sientan odio hacia ninguna criatura viviente". En efecto, si encaran la dicha y la desgracia de igual modo, no surgirá odio en absoluto. Si reconocen que el mismo principio trascendental ha encarnado en cada ser humano y en cada criatura, el odio no tendrá cabida. Si toman conciencia de que la divinidad reside en cada individuo, ¿cómo podrían sentir odio hacia nadie? Pero ¿dónde está ese "otro"? Se preguntarán a quién realmente se dirige la frase "No experimenten odio hacia nadie". ¿Se dirigirá hacia quienes han tomado conciencia del principio trascendental que existe tanto en ellos como en los demás? Ciertamente no. El mandato es para los que no han descubierto la profunda verdad de la unidad que subyace a todos los seres.

Cuadro de texto: 5El dulce camino del servidor

Experimentan inmensa alegría cuando abrazan la identidad de servidores del Señor. Pronto los inunda la dicha de estar inmersos en su dulzura, y no desean abandonar dicho estado jamás. A veces imaginan que si algún día tuvieran que dejar de ser servidores de Dios para ingresar al estado del 'Yo Soy', no podrían continuar disfrutando de su dulzura; después de todo el azúcar no conoce su propia dulzura. Les preocupa pensar que al volverse uno con el azúcar, no podrían seguir disfrutando de lo dulce. Puesto que en tanto sus servidores pueden paladear la dulzura del Señor, tal vez prefieran permanecer en dicha etapa para degustar su dulce néctar, en lugar de hacerse uno con Él.

Por ejemplo, Hanuman, el gran devoto de Dios experimentó la suprema dicha por su determinación inquebrantable de servir a Rama. Pero, ¿cuánto tiempo puede durar dicho gozo? Durará mientras reciban la gracia del Señor y permanezcan junto a Él. Si por acaso llegaran a separarse de Él, seguramente se sentirían profundamente abrumados.

En la etapa de no-dualismo calificado, no surge la cuestión del sufrimiento, porque en ese estado de exaltación, permanecen continuamente en el Señor, y la sensación de separación o sufrimiento simplemente no tiene cabida. En la etapa de servidores aún cabe la posibilidad de que el Señor y el servidor se separen, pero en la segunda etapa -de no-dualismo calificado- su dicha ya no puede ser interrumpida, ya que la separación ya no puede tener lugar.

Control del deseo y el enojo

Si desean alcanzar la verdad ulterior de su ser y sumergirse en la dicha de su propio principio divino, necesitan adquirir total control sobre sus deseos. En el momento que surja un pensamiento, tienen que indagar su naturaleza y preguntarse ¿este pensamiento es deseable o perjudicial para mi avance espiritual? Los devotos deben de ser muy cautelosos desde el principio, para que los pensamientos lóbregos no sedimenten en su mente. Para la mayoría de las personas es imposible no pensar. Mas, si acaso surgen pensamientos negativos, lo menos que pueden hacer es no albergarlos ni acogerlos.

Transformen inmediatamente los pensamientos negativos en sacros. De igual modo, emprendan solamente buenas acciones y aprovechen cualquier oportunidad para transformar sus acciones en adoración, consagrándolas al Señor. Al transformar todo pensamiento en un pensamiento noble, y todo trabajo en adoración, verán avances en su camino espiritual. Al controlar sus pensamientos, podrán asimismo ganar control sobre su ira.

Muchos individuos sufren accesos de rabia, y se preguntan cuál será la mejor manera de controlarla una vez que los domina. Lo mejor es hacer lo siguiente: una vez que se den cuenta de que están sintiendo rabia, sólo ríanse en voz alta; o vayan al baño y dense una ducha fría. También pueden tomarse un vaso de agua fresca y relajarse en un lugar fresco. Cuando estén enojados, es muy efectivo salirse de donde se encuentran y cambiar de sitio.

 

Si con las medidas anteriores aún no logran controlarse, párense frente al espejo y vean su cara. Al mirarse, sentirán tanto disgusto que en el momento podrán controlar su furia.

Otra cosa que pueden hacer cuando sientan enojo es indagar qué lo motivó y si se justifica Recuerden que, si alguien va a salir lastimado con su enojo, estarán cometiendo un pecado, lo que no es bueno para ustedes. Recurrir a cualquiera de los métodos mencionados, les será muy difícil. Sólo recuerden detener la lengua antes de que, por la ira, se active y deje salir una andanada de palabras hirientes. Tómense su tiempo y piénsenlo dos veces. El enojo debilita de muchas maneras a la persona que busca superarse espiritualmente. Si se esfuerzan en controlarlo al momento, su esfuerzo fortalecerá su cuerpo y purificará su mente.

Atracción y repulsión

El Gita asevera que una persona débil jamás podrá auto realizarse. Por consiguiente, para llegar a conocer su 'yo' verdadero, es importante que logren el control de sus apegos y repulsiones, sus deseos y su enojo. Dichos pares de opuestos emergen del principio básico de atracción y repulsión inherentes al psiquismo humano, así como a los objetos fenoménicos. La atracción y la repulsión están implicadas en todo lo que constituye su mundo. Dichos impulsos son los que los mantienen atrapados en él, y mientras se sigan ocupando del mundo, la luz de la verdad no ha de brillar para ustedes. Por lo tanto, tienen que eliminar de su corazón la atracción y la repulsión por las cosas externas, para que el conocimiento del 'yo' verdadero florezca en ustedes.

Cuando el conocimiento sagrado del atora se manifieste en ustedes, tendrán paz. La fragancia de la paz se esparcirá a su alrededor, abarcando a quienes los vean y los toquen. Empero, si hay en ustedes sentimientos, pensamientos y acciones negativas, empañarán su corazón e infectarán a otros con su veneno. Buenos o malos, los pensamientos que se alojan en su pecho envolverán a quienes los rodean y pronto ellos emularán los mismos sentimientos.

A menudo es difícil distinguir entre lo bueno y lo malo. La verdadera diferencia no radica en la apariencia exterior ni en las etiquetas, sino en la pureza interior y las intenciones. Si sostienen una rosa en la mano derecha -que en Oriente es considerada la mano pura- la fragancia de la flor no sólo los envolverá a ustedes sino a quienes están alrededor. Si toman la misma rosa en su mano izquierda -que en Oriente es considerada la mano impura- la rosa seguirá esparciendo su aroma. Puede ser que hagan la distinción entre la mano izquierda y la derecha, más la fragancia no hace tal distinción. La fragancia envuelve con la misma delicia a quienes están cerca, se tome con la mano impura que con la pura.

Del mismo modo, si son creyentes o ateos, eso es algo que alude a sus creencias personales. Mas para Dios, mientras sus pensamientos sean puros y hagan cosas buenas y pronuncien buenas palabras, ustedes le serán caros, aunque sean ateos. El Señor declaró en El Gita "Quien alcance el control de sus deseos, aplaque su enojo y doblegue su atracción y repulsión por las personas y las cosas de este mundo, en verdad me es caro".

 

El carácter es lo importante, no las creencias

La filosofía inda clasifica a la gente en dos: los creyentes y los no creyentes. Pero ante la Divinidad, más que las creencias, lo que cuenta es la virtud del hombre. Prahlada, hijo de un rey demonio, fue uno de los mayores devotos del Señor. Su padre y maestros lo pusieron en bastantes apuros al tratar de contaminarlo con atributos demoníacos. Sin embargo, a pesar de haber nacido demonio, Prahlada siempre exhibió un carácter noble y virtuoso. A pesar de las dificultades que atravesó, pudo disfrutar la dicha de su ser inmortal y reconocer la presencia de Dios en su corazón. Prahlada significa 'el que es continuamente feliz'. Por eso, si piensan constantemente en el Señor, la dicha se expandirá en ustedes y se volverán uno con Él.

Al inicio de su travesía espiritual, tienen que hacer un esfuerzo particular para controlar sus deseos, su enojo, sus apegos y su odio. Esto hará que el principio de la Divinidad brille en ustedes. Controlar el deseo y el enojo es una práctica fundamental, y es la tarea primordial de todo devoto. Cuando lleguen a controlar el deseo, el enojo, el apego y el odio, podrán enderezar su vida y alcanzar su meta. Pero si permiten que dichos sentimientos permanezcan en ustedes, sea cual fuere la práctica espiritual que realicen, será en vano y habrán desperdiciado su vida.